Despierto con alcohol.

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Capítulo 22:

Estoy en una habitación de hospital, está un chico sentado en una silla (la más incomoda que he visto en mi vida).

El chico se ve alto y su cabello castaño y un poco ondulado. Su cara pacífica hace que sonría sin pensar. Ahora como si supiera que lo estoy viendo, abre sus ojos y me ve. Puedo observar sus ojos color miel y todavía adormilados.

-¿Janet? -Alza ambas cejas.

-Peters. -Sonrío.

-Pensé que jamás despertarías. -Dice en lo que se levanta de la silla y se acerca a mí.- Te extrañé.

-¿Me extrañaste? -Alcé una ceja.

-Sí, es difícil no hablarle a la persona que te vuelve loco por tres semanas. Igual es difícil no ver esos ojos azules que dicen más que mil palabras, y ver una sonrisa en sus labios que hacen que quiera besarlos. -Puso una sonrisa de oreja a oreja.

-¿Tres semanas? -Abrí bien los ojos, ignorando todo lo que me dijo.

-Sí, estuviste así por tres semanas. -Se encogió de hombros.- Todos vinieron a verte, te mandaron flores, globos, dulces y cartas. Tu madre se los llevó porque eran demasiadas cosas.

-Muchas gracias. -Puse una mano en su pecho. De pronto me llegó el recuerdo de los pasillos.- Por cierto... ¿Por qué te estabas besando con Annie? -Se alejó de mí rápidamente y se mordió el labio inferior.

-¿Por qué siempre llegas en los momentos menos adecuados? Ella sabía que ibas a llegar ahí justo cuando me estaba besando. -Se pasó las manos por el cabello, frustrado.

-Siempre dices lo mismo. -Rodé los ojos.- ¿Por qué no admites que sigues sientiendo algo por ella?

-Porque no siento algo por ella. -Extendió los brazos.- De la única persona que siento algo es por ti. -Me señaló con su dedo índice.

-Claro. -Respondí con ironía.

-Vamos Janet, me gustas mucho. -Se acercó nuevamente a mí.

-Pero sigues sintiendo algo por Annie. -Terminé su oración.

-No. -Respondió cortante.

-Peters, ya has echo eso dos veces. Una lo acepto, ¡¿Pero dos?! -Fruncí el ceño.- Ya basta de mentiras, sigues sintiendo algo por Annie. Aceptalo, no me enojaré, no somos novios, de hecho dudo que seamos amigos, porque los amigos no se mienten. -Entre cerré los ojos.

-No me digas eso, por favor. -Frunció el ceño.

-Te digo la verdad. -Vi hacia otro lado.- ¿Sabes qué? No quiero pelear ahora. Vete. -Dije todavía sin verlo. Peters me miraba confundido hasta que por fin salió de la habitación.

¿Y si me decía la verdad y en serio me prefiere que a Annie?

Acabas de arruinar todo, Janet. El chico hace tres semanas que no hablaba contigo y lo único que hiciste fue patearle el trasero. Muy bien Janet, te felicito. Primer lugar en la mejor idiota del mundo.

Cállate. Le digo a mi subconsciente.

Sólo digo la verdad.

-¿Puedo pasar? -Pregunta alguien al otro lado de la puerta.

-Pasa. -Respondo.

Entra ese chico que tanto extrañaba, con su cabello desordenado y ojeras en los ojos.

-James. -Sonrío.

-¡Troll! -Sonríe mostrando los dientes y abre sus brazos para darme un abrazo.

Sus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora