2.Claustrofilia

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Jaebeom no se consideraba un chico mañanero, pero la voz insistente de su novio lo sacó del mundo de los sueños, aún perdido lo buscó con la mirada, Jinyoung tenía un papel en la mano, bufó, hoy tocaba día de compras.

Jinyoung le preparó el desayuno que tanto le gustaba para que si no anduviese de amargado todo el día, a parte del delicioso desayuno, el menor le dio varios mimos y besitos. El pelinegro tomó sus llaves y de provisión un paquete de condones. A veces el menor lo tomaba por sorpresa y terminaban follando en cualquier lugar.

— leche de fresa — habló el mayor

— eso lo compraremos al ultimo

—leche de fresa — hizo un puchero — leche de fresa

— oww bebé, está bien pero solo un par de botellas — acarició su mejilla, su novio sonrió — nos falta...— miró la lista —
— nada.... — el mayor lo abrazó por detrás — tenemos que comprar ropa... ¿habrá alguno en descuento? — sintió como su novio daba besos húmedos sobre su cuello, jadeó

— quiero jeans nuevos — dejó un último beso

— está bien

Ambos fueron a la sección de ropa, Jaebeom manejaba el carrito de compras mientras que Jinyoung miraba las prendas y precios, cuando encontraron los jeans, el castaño descolgó un par mostrándoselo a su novio. Se fijaron que no había nadie en la sección, por lo que ambos entraron al probador, el espacio era pequeño con razón no dejaban entrar a más de dos personas.

— este está muy bonito — le mostró el jean azulino con las rodillas rasgadas

—si... ¿amor?

—¿mmm? — el menor no pudo hablar ya que el pelinegro lo besó — Beomie...— el mayor lo tomó del cuello, sin dejar de besarlo — primero debemos buscar...algo de ropa que comprar..... llegando a casa te puedo dar lo que tanto pides.

—pero lo quiero ahora amor...—sus manos bajaron hasta el trasero del menor masajeando a su gusto, para luego dar una palmada a cada una

—¿será rápido? — preguntó

—si amor, ahora déjate caer — en un dos por tres en el menor quedó arrodillado a la altura de su polla, desabrochó sus vaqueros y su bóxer, pronto la cálida lengua de Jinyoung rodeó su glande deliciosamente, haciéndolo temblar. Se sentía sumido en un sueño mientras el menor lamía su extensión, definitivamente no deseaba despertar nunca. Lo peor de todo es que no podía quedarse callado, la lengua del menor le generaba tanto placer con simples movimientos, envolviéndolo en una agradable sensación.

— Mierda. —. Ahora el castaño comenzaba a besar el tronco de su miembro. — Eso es pequeño trágate mi polla

—mgh — el menor gimió

— amo tanto tu lengua. — Jinyoung soltó una suave sonrisa, subiendo nuevamente al glande para repartir varios besos sobre él. Jaebeom gimió. Esa mirada inocente pero lujuriosa del menor lo estaba volviendo loco. Tuvo que morderse el labio, ahora Jinyoung había introducido el glande en su boca. — tu boca es tan cálida —gruñó

Nuevamente la punta del miembro del pelinegro invadió la boca del menor, el cual comenzó a succionar con lentitud. Jaebeom sentía que en cualquier segundo podría derretirse en la boca del castaño, pero prefería resistir mucho más , necesitaba disfrutar de la boca de su novio aunque estuvieran en un lugar público. Tuvo que cerrar los ojos para conseguir fuerzas, la boca ajena se deslizaba tan exquisitamente sobre su extensión que lo hacía temblar. Esto era malo, su pequeño era demasiado bueno en esto. Realmente era bueno en realizar mamadas.

Otra vez sintió que tocaba el cielo. De una sola vez la boca de Jinyoung tragó la mitad de su miembro, continuando con la deliciosa succión. Cada vez más rápido, los labios del castaño le presionaban casi como si estuviera teniendo relaciones sexuales con él vía anal. Gruñía, lanzando insultos, pero sólo inspiraban a Jinyoung aumentar más el ritmo y que su boca siguiera avanzando para abarcar más de su miembro dentro. Podía escuchar claramente gemidos ahogados por parte del castaño, el cual se masturbaba mientras realizaba aquel maravilloso oral.

÷ F E T I C H E S ÷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora