CAPITULO 14

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Jonathan

Rancho de la familia O'Conell, en las afueras.

Estábamos en pleno diciembre, y hacía décadas que no veía nevar con tanta intensidad.

Había pasado una semana desde que me colé en el edificio más protegido de todo Londres y donde antes tenía mi heroico o no tan heroico trabajo. Me llevé a Nora de allí y desde entonces ella no había despertado.

Intuía que llevarla al piso con Kim sería mala idea, empezaba a desconfiar de ella, había hurgado en mis cosas y desde luego no iba a dejar que pisoteara la ya muy baja autoestima de Nora. Sinceramente no sabría decir qué había sido de Betty, esperaba que me hubiese hecho caso y se hubiese quedado unos días con Kim, a salvo de los agentes que probablemente intentaban seguirnos el rastro.

Pero lo importante era que Nora seguía respirando. La había traído al rancho de mi hermano Colton a las afueras de la ciudad. Mis sobrinas la habían peinado el cabello con trenzas y depositado flores en él, aunque las cambiaban cada hora puesto que encontraban siempre unas más bonitas que le fuesen con el color de sus ojos que yo había descrito, puesto que aún no los había abierto.

– O sea que eras agente secreto...– dijo mi hermano colocando una silla del revés y apoyando los brazos sobre la parte alta del respaldo. – Y ahora estás en un lio...–

Colton era mi hermano mayor, con treinta años recién cumplidos había conseguido todo lo que nuestros padres querían para nosotros, encargarse del rancho familiar y formar una preciosa familia. Desde luego, se lo merecía más que yo.

– Sí, siento haberme presentado aquí después de tanto, sé que Scarlett se habrá cabreado, pero tuve cuidado, borré mi rastro y esta granja no sale en los mapas ni consta en la herencia que nos dejó mamá.

– Lo sé, lo sé Jona, no estoy preocupado por eso sino por ti. Te fuiste de casa de papá hace dos años y desde entonces no hemos recibido noticia alguna y ahora te presentas con una muchacha herida y dices ser un espía o algo así...

En ese momento entró Lucy, la mayor de mis sobrinas, aunque apenas tenía seis años. Sus rizos rojizos me recordaron instintivamente al cabello de Nora e intuitivamente pregunté por ella

– ¿Ella se encuentra bien?

Colton bajó los hombros rendido tras ver como llevaba la conversación por otro rumbo.

– Veo que no quieres hablar más del tema, pero tendrás que hacerlo algún día, no puedes estar huyendo para siempre. Y sí, Nora está bien, Scarlett ha pasado con ella todo el día, aunque no sé si te dejará subir a verla, desconfía de ti.

– La he salvado la vida, no pienso causarle más daño Colton y no nos podemos quedar aquí para siempre ¿lo sabes no? Nora tiene una familia.

– ¡Sí y tú también Jonathan! ¿o es que te habías olvidado de nosotros?

Le miré con rabia en los ojos, notaba como mis músculos se tensaban y destensaban solos, tenía que calmarme.

– No lo entenderías, papá no ha sido el mismo desde que mamá murió y tú te viniste a vivir aquí. Solo estábamos él y yo, y era una situación insoportable.

Lucy empezó a lloriquear y Colton la cogió en brazos para calmarla, sabía que no debíamos discutir delante de una cría, pero no quería ponerle freno a una conversación que deberíamos haber tenido hace ya mucho tiempo.

– ¿Insoportable? ¿O más bien tú eras el insoportable? Jonathan tu problema es que no soportas el dolor, has anulado tus sentimientos por completo desde la muerte de nuestra madre, pero ahora es distinto ¿verdad? Esta chica... ha cambiado algo en ti, puedo verlo.

En la piel de Adele ✔️Where stories live. Discover now