Capítulo 7

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─Lo lamento

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─Lo lamento. ─Susurra, alejándose del cálido abrazo. Fue imprudente y actuó sin pensar, sabiendo que algo como aquello solo los estaría dañando aún más. 

Aether no intentó detenerlo, simplemente se dedicó a observar en silencio antes de acomodarse contra el gran árbol una vez más. Xiao lo ha visto con distintas expresiones en el pasado: felicidad, tristeza, angustia, dolor, enojo y ahora no sabe cómo manejar la indiferencia helada que refleja el rostro contrario. Deseaba aún más que el mayor estuviera furioso, que le gritara y derramase todo su odio sobre él.

─No te preocupes. ─Dice en cambio, luego de unos largos y tensos segundos de silencio─, una parte de mí lo necesitaba, para saber que eres real y no te estaba imaginando.

«Lo siento», quiso decir esta vez; no obstante, sabía que un perdón no sería suficiente. Aether necesitaba mucho más que eso, al igual que Lumine.

─No quería que fuese así. ─Responde, dejando caer su mirada sobre sus manos, refiriéndose al reencuentro─, no fue fácil para mí, tampoco debió serlo para ti.

─¿Sabías que era yo? ─Cuestionó, extendiendo su mano para tomar la suya y tirar, obligándolo a levantar la mirada y encontrarse con sus ojos.

─Todo este tiempo. ─Se sinceró, porque estaba cansado de tantas mentiras.

Lo vio cerrar los ojos una vez más, exhalando con brusquedad y permitió que el silencio los envolviera. El sol estaba proyectando los últimos rayos de luz a su espalda y el frío se hacía notar cada vez más. Una brisa particularmente fuerte azotó los árboles, arrastrando las hojas secas y revolviendo sus cabellos, la mano de Aether se apretó alrededor de la suya, antes de aflojarse un poco, hasta que finalmente lo soltó.

No sabe cómo definir el ambiente que los rodea: no es tenso ni desagradable; sin embargo, puede sentir la brecha invisible que los separa, es como un muro al que se le fue agregando un ladrillo por cada día que pasaron separados y que ahora no se puede romper con facilidad.

─Te busqué. ─No pudo evitar sobresaltarse ante la suavidad de la voz contraría─; sin embargo, no importa cuanto lo hiciese, nadie supo decirme nada de ti.

─Lumine me dijo... ─Dudó un momento, bajando la mirada una vez más─, dijo que podía encontrarte aquí, ¿desde cuándo? ─Cuestionó, sabía que no necesitaba añadir más a la pregunta, el otro lo entendería.

─Desde el día en que recuperé todos mis recuerdos sobre ti. ─El prolongado silencio que sigue a la declaración lo fuerza una vez más a subir la mirada. Esta vez, Aether no lo está mirando, sus ojos están fijos en el cielo que comenzaba a oscurecerse─. Hace más o menos cuatrocientos años, no lo sé.

Si hay una persona que puede verlo desmoronarse hasta quedar reducido a nada, ese es Sora. Su corazón se oprime dolorosamente y el nudo que se ha formado en su garganta crece un poco más. Quiere soltar la risa amarga que burbujea en su pecho ante la ironía de todo, porque ha estado levantando muros a su alrededor para nunca más mostrarse vulnerable ante los demás y Sora lo destroza todo sin siquiera intentarlo.

Asuntos pendientes.Where stories live. Discover now