No lo mires a él. (Levi x Lectora x Eren)

Capítulo 27: "Biblioteca"

—Bueno, y sumado a eso la cuestión de que hablamos más de ese asunto... —pausó Ymir— No pudimos avanzar bien.

—Agh —moví mi silla hacia atrás y me paré.

—Hey, ¿a dónde vas? —me preguntó esta.

—A buscar libros que hablen de Andréi Rubliov.

Caminé diagonal a las columnas de libros y me adentré a estas. Parecían un completo laberinto, fácilmente podría perderme allí. "Debí mejor preguntar en información, soy estúpida" pensé, pero no quise devolverme con las manos vacías y tener que preguntarle a alguien.

—Agh —bufé nuevamente.

Cada columna era una época distinta, arte contemporáneo; moderno; antiguo; prehistórico, del cual había poca información; y medieval. Aunque deberíamos ver primero historia del arte antiguo por orden lógico, en la carrera, ninguna materia de historia era sucesión de la otra, por tanto, podías verlas cuando quisieras, por eso habían estudiantes de todos los semestres, pero claramente, es más recomendable ver arte antiguo y medieval primero antes que el moderno y contemporáneo debido a la complejidad de los mismos.

Por fin encontré la columna del arte medieval. Ahora la cuestión era revisar entre metros y metros de hilera completamente llenos de libros, incluso ni siquiera podía alcanzar a agarrar los que se encontraban en la última repisa. Estaba perdiendo tiempo estúpidamente. Me agaché y comencé a mirar de abajo hacia la derecha, y cuando terminara cada estante, lo haría de nuevo de derecha a izquierda, y así sucesivamente, como en zig zag.

Llevaba tres repisas inspeccionadas de seis totales y no encontraba absolutamente nada que pareciera aportante, incluso me pregunté si no había pasado algo por alto. Me sentí cansada de tanto arquear la espalda para mirar los estantes de abajo. "Será mejor que vaya a buscar cibergrafías en lugar de bibliografías" pensé. Volví a mi posición normal y me estiré un poco, varios huesos tronaron ante tal acción. Suspiré de placer por descansar un poco.

Una mano detrás de mí agarró uno de los libros que estaban en la cuarta hilera. Me asusté porque fue demasiado repentino. Me volteé al instante para ver de quién se trataba. Era el mismísimo Eren Jaeger.

—Me asustaste —dije enojada.

—Es increíble que lleves aquí siglos y que no hayas encontrado nada, y apenas yo llego y lo encuentro de una —dijo ególatra.

Bufé por su estúpido egocentrismo.

—¿Qué quieres? —le pregunté.

—¿Por qué crees que quiero algo? Solo vine porque estabas tardando demasiado.

—¿Ah sí? Mientras estaba buscando, pudiste continuar con tu parte, no eres un niño al que le tienen que hacer todo.

—Vaya, nos despertamos bravos, ¿no? —cruzó ambos brazos— ¿Qué acaso no estás cansada de tantos problemas? Porque yo sí, y demasiado.

—¿En serio vas a cambiar de tema? ¿No vas a admitir que eres un vago?

—Sé que lo soy, y tú también lo sabes, Jean seguro te lo advirtió y aun así te hiciste conmigo en el trabajo.

Castañeé los dientes y fruncí el ceño, estaba furiosa con él, a veces podía ser todo un amor y luego un maldito idiota. En serio no lo comprendía. Apreté los puños y en acto instintivo le propiné tremenda cachetada. Su cara apenas y se movió, estaba a punto de reírse.

—¡Eres un idiota! ¿Vas a ponerme todo el trabajo encima? —vociferé furiosa.

—Estamos en una biblioteca, cálmate.