-Yo...

-Ella sería incapaz de asesinar a nadie.-Drake la cortó antes de que ella pudiese decir nada más. Helena ni miró a su hijo, se dirigió a la chica y la miró de arriba abajo.

-¿qué ha pasado aquí?-A sam no le caía bien aquella mujer, pero no iba a ser maleducada.

-Supongo que lo he causado yo- Le respondió con el mismo tono con el que Helena le hablaba- Pero no se como. Lo que sí se es una cosa- Helena la miro levantando una ceja, aquella chica era una muñeca de porcelana, pero notaba su espiritu fuerte. También veía a Drake detrás de la chica, desafiándola con la mirada, era la primera vez que se atrevía a desafiarla, en su mirada también veía que haría cualquier cosa por aquella chica. Pero eso no podía ser, ella no era una cazadora, no sabía lo que era, pero si no iba a ser su pareja no le interesaba que su hijo se fijara tanto por ella.-he visto a los Licaón, reunirse, varios grupos se van a reunir no muy lejos.-Sam suspiro- Pretenden acabar conmigo.

-¿Has visto?- helena soltó una risotada- ¿cómo lo has visto? quizás estas con ellos y esto solo es una manera de despistarnos, después de todo has destrozado la enfermería, así no podremos curarnos.- Helena parecía haber perdido los papeles.-Eres uno de ellos, vienes a matarnos, vienes a acabar con nosotros.

Helena sacó un cuchillo de su pantalón y se lo puso en el cuello a la chica, Sam se quedó quieta, si se defendía parecía que le daba la razón. Drake golpeó la muñeca de su madre y el cuchillo cayó al suelo, puso a Sam pagada a su espalda.

-No la toques- Drake casi parecía gruñir.

-Vamos, no hagas el tonto Drake- su madre se acercó más a él y este apretó más a Sam contra su espalda- Ella es una de ellos y si no lo es ¿qué más da? La buscan a ella, no pienso mandar a los cazadores a una guerra que no les incumbe.

-Me ha salvado la vida dos veces, ha incinerado a un Licaón solo tocándolo.

-Eso son cosas sin inportancias.

-¿Mi vida no tiene importancia?

-Ahora mismo eres tan útil como un mueble.- Esta vez Sam salió detrás de la espalda de Drake y la abofeteó mandando a Helena al suelo. La miró durante unos segundos, Helena tenía lso ojos abiertas como platos, todos en la habitación estaban de esa manera, nadie era capaz de creerselo. Sam no podía que hablara así de su hijo, pero esa mujer tenía razón en una cosa.

-No estoy con esos seres asquerosos, pero tienes razón, solo me buscan a mi. No os he pedido ayuda y no lo haré.-John ayudaba a su mujer a levantarse del suelo- Pero no soporto que trates así a Drake.- Este no podía creer lo que estaba presenciando, ella había pegado a su madre por como le había hablado- Me iré ahora mismo.

-Yo me voy contigo- dijo Drake sin dudar, a ella le dió un vuelco el corazón.

-No puedes Drake, te asesinaran.-Drake le puso una mano en la mejilla.

-Te lo prometí, aunque tu no te acuerdes.

-Dios, cuanta empalagosidad- dijo Helena- El amor adolescente es de lo peor.- suspiro y los dos jovenes dejaron de comerse con los ojos, Sam se sonrojo levemente.- Lamento deciros que ninguno de los dos os ireis de aquí.

-Antes creía que era una traidora y ahora no quieres que se vaya, decídete- hablo finalmente John, que no había dicho nada hasta el momento.

-Sigo pensando que es una tridora, la llevaré a las mazmorras del sótano-Drake estaba a punto de protestar- y como veo que Drake desea tanto a su lado, irá con ella.

-No puedes hacer eso- gritó Sam- Mi padre me buscará- un montón de cazadores aparecieron de la nada y agarraron a Sam y a Drake, este se removía, pero Sam no hacía nada, sabía que si intentaba luchar, si hacía daño a alguno  la estúpida historia de que era una traidora parecería más real.

El cazadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora