Murderer [JaeYong, DoWoo]

3

—Mark, él se acostó con Doyoung. —Soltó Yuta al no poder soportar la situación ni un poco más.

—¿Qué? —Balbuceó Jungwoo, miraba a sus dos amigos y luego se levantó casi tambaleándose.

Jungwoo no creía lo que oía, Doyoung no hubiera sido capaz de hacer algo así, y menos con Mark, a quién siempre dijo odiar. O quizás por eso lo odiaba. ¡Era tan obvio! ¿Cómo no lo vió?

—Fue al poco tiempo que ustedes comenzaron a salir, Mark se lo dijo a todo el mundo, pero Doyoung se encargó que nadie lo mencionara frente a ti. —Continuó Yuta, mirando al piso por la culpa.

—¿¡Y ustedes no podían hacerlo!? ¡Qué les pasa!? ¡El maldito idiota me fue infiel y ustedes lo cubrieron!! —Gritó mientras se alejaba de ellos.

—No lo digas así, Woo. Sabes que todos le temíamos, y nos dejó muy claro que no debíamos hacerlo.  —Dijo John tratando de suavizar las cosas.

—Son unos malditos cobardes, me pudieron haber ahorrado toda la mierda por la que pasé, pero prefirieron cubrir la infidelidad que Doyoung tuvo. —Dijo Jungwoo, casi más para él mismo que para ellos.

—Doyoung nunca lo confirmó, no sé si sea real, conoces a Mark, Woo. Él pudo haber mentido sobre eso. —Dijo Yuta con una expresión seria, no sabía si eso hacía la situación mejor, pero ver a Jungwoo tan alterado lo entristecía.

—Doyoung te quería, no creo que haya hecho algo así. —Dijo Johnny en apoyo a Yuta.

—Callense de una vez. No quiero oírlos más. Me tienen harto. —Dijo Jungwoo lo más fuerte que el nudo en su garganta le permitió.

Acto seguido, Jungwoo se encerró en su habitación y se sentó en su cama, miró fijamente el cuadro que tenía colgado en la pared de al frente. Pensativo se acercó lentamente y tomó el cuadro entre sus manos, miró la pintura que él mismo había hecho hace años atrás, donde estaban él y Doyoung frente a la torre Eiffel. Sacó el marco que la cubría, y luego el lienzo. Detrás de todo eso, estaba la carta que siempre se negó a leer.

Doyoung se la dió el mismo día del incidente, pero él nunca la leyó, la escondió ahí, hasta hoy. Después de años leería la carta a la que tanto miedo le tuvo. Y quizás de alguna forma podría limpiar su mente de lo que había visto y escuchado hoy.

"Para ti, mi querido Woo.

Puede que ya sea tarde para lamentar el daño hecho, pero quiero aceptar mis errores, y mis defectos en esta carta, que espero leas pronto. Tal vez debí comentártelo desde el principio, pero tuve miedo de que te alejaras de mí al sentir que yo era un monstruo.

(...) todas esas muertes tuvieron justificación, nadie era una blanca paloma y yo sólo intenté protegerte de sus malas y turbias intenciones. Tal vez yo ya no esté ahí contigo, o tal vez tú no quieras estar conmigo, pero yo debo advertirte sobre mi hermano menor. Lamentablemente sé que el seguirá mi camino, no quiero que te acerques a él, ni que nadie cercano a ti lo haga. Es peligroso que convivas con eso de nuevo, o que veas a alguien sufrir por ello.

No dudes nunca cuanto te amo, y cuan fiel te fuí, siempre te miré sólo a ti, jamás toqué a nadie más, y aunque te hagan odiarme más de lo que ya lo haces, sé que me amas, y yo aún te amo a ti. Y si de alguna forma sigo siendo yo el único en tu corazón, espérame.

Te amaré hasta más allá de la muerte.

Tu novio, Jung Doyoung."

La carta lucía como una despedida, como si Doyoung ya tuviera conocimiento de lo que sucedería horas después.

No comprendía porque nunca leyó la carta antes, quizás en ese entonces odió mucho a Doyoung, pero ahora... ahora simplemente el odio desapareció y se convirtió en melancolía y amor. Nuevamente amor, o quizás siempre lo fue y aquel enojo que sintió era porque su amado lo había dejado y no por lo que había hecho.