Jungwoo por su parte ya no se encontraba con ellos, estaba explorando aquel espantoso lugar.

Al lado de la habitación en la que estaban Byungchan y Jaehyun, había otra pequeña habitación, el papel tapiz cubrían unas viejas fotografías polaroid, Jungwoo descubrió las paredes y quedó más que sorprendido.

La pared estaba repleta de fotos suyas, habían fotos que no recordaba haberse tomado, fotos de cuándo era apenas un bebé y fotos de poco antes de la muerte de Doyoung. Pero lo más sorprendente sin dudas eran las fotos de después del funeral de Doyoung.

Jungwoo se alejó y miró impresionado cada foto. Estaban ordenadas cronológicamente, y la más reciente era sólo de anoche.

Doyoung o quién sea que haya sacado esa fotografía había estado en su casa, aunque no entraron, era una foto de él durmiendo através de la ventana. Pero alguien había estado allí, sin ninguna duda.

Pero eso no podía ser, no había manera que fuera Doyoung quién tomó esa foto o las demás. Él vió a Doyoung morir en ese accidente, Yuna fue condenada por el crimen. E incluso asistió a su funeral.
Doyoung no podía estar vivo, si así fuera el ya se abría acercado a hablar con él ¿Que diablos estaba pensando?
Aunque Doyoung estuviera vivo lo último que quería es que fuera a su casa, o verlo por ahí, lo molería a golpes si se lo cruzara.
Pero, no pudo evitar las ganas de hundirse en sus brazos una vez más, como solía hacerlo antes. Anheló por un segundo volver a escuchar sus tiernas palabras. Sin darse cuenta había comenzado a llorar. La mezcla de emociones lo abrumaba demasiado, no tenía idea qué pensar, no tenía claridad de qué era correcto.

El lugar lo comenzaba a sofocar por lo que salió corriendo sin dirección. El pánico de pensar en ver de nuevo a Doyoung le pasó la cuenta.
Sintió como el aire le comenzaba a faltar, por más que respirara lo único que conseguía era marearse y sentirse más débil. Su cuerpo sudaba a litros y su corazón se aceleró demasiado, las náuseas subían y bajaban. Creía que iba a vomitar todo lo del almuerzo. Pero los ejercicios de respiración que aprendió en terapia lo ayudaron a relajarse luego de varios minutos.

Tuvo un ataque de pánico. Un ataque de pánico después de dos años sin ellos. Creyó que nunca dejaría de tenerlos, cuándo dejó de tenerlos pensó que era un sueño, pero ahora eso parecía ser una verdadera pesadilla.

Dejó de correr y cayó al piso, sus piernas le dolían por el esfuerzo físico que había hecho, no sabía que tan lejos estaba de la cueva a la que habían entrado recientemente. Pero mientras más lejos estuviera de ese lugar mejor sería para él.

Las náuseas volvieron repentinamente, el mal presentimiento que tenía lo mareó y no le hizo darse cuenta de que estaba llorando de nuevo, esta vez en el hombro de Jaehyun.

—Doyoung no está vivo, esas fotos las tomé yo. Para de alguna forma hacerle saber que tú estás bien. —Mintió Jaehyun, de cierta manera el comprendía lo que pasaba por la mente de su adversario. Él también tuvo mucha curiosidad al ver esas fotos, pero no había manera de que fuesen de Doyoung, él estaba enterrado bajo tierra.

—¿Tú? ¿De verdad? —Preguntó alejándose de Jaehyun.

El rostro demacrado de Jungwoo se encontraba fijamente observando los ojos del castaño. Jaehyun estaba mintiendo, pero él le creyó inocentemente, porque era lo mejor para su frágil corazón.

—Vámonos Kim. Este lugar te hizo mal. —Dijo Jaehyun, casi sintiéndose mal por él.

El viaje de vuelta fue aún más silencioso que el de ida. Jungwoo no quiso preguntar por Byungchan y Jaehyun tampoco quiso nombrarlo.

—Ya llegamos, Yuta y John están en la ventana. Nos vemos luego, Kim. —Se despidió con la misma indiferencia habitual. Dejando a Jungwoo pensativo.

Murderer [JaeYong, DoWoo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora