Bien acompañada.

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Qué agobiante se ha de sentir que tu ex dé a luz, estar allí para ella pero ni se entere que lo estás.

Kevin era el que se ganó más confianza a los ojos de Antonio por tan buen trabajo que hacía y le dio días de descanso extra.
Era jueves y Antonio estaba ocupado tratando con unos clientes en la ciudad, así que Isabel y Haide le pidieron a Kevin que las llevara a las orillas de la ciudad a hacer el mandado.

Iba bien hasta que a mitad de camino a Is le llegó la hora; la más paranoica era Haide, de allí Kevin e Isabel.
Jack no se podía creer la casi suerte de que le tocara la hora de parto aunque fuera en estas circunstancias. Tenía unas inmensas ganas de decirle que era él, que aquí iba a estar para ella y todo eso pero seguro lo mata.

Conducía todo asustado camino al hospital y se frustraba más por el hecho de que no sabía en dónde quedaba y las indicaciones de Haide lo desconcentra aunque la idea es ayudar.
A Is lo que la ponía más nerviosa era la forma en como él conducía, ella no sentía necesaria esa desesperación y aunque se ahorraba las palabras extendió la mano hasta tomar su brazo que iba al volante y lo miró fijamente.

Jack apareció ese momento, entendiendo lo que pedía y se calmó.
Era como antes, no lo olvidaría.

Entrando al hospital ayudándola a caminar unas enfermeras apenas viéndolos se la llevaron por el ruido que Haide hacía llamando la atención perfectamente, él se quedó de pie viendo como se la llevaban y Haide le agarró el brazo.

—Muchas gracias Kevin, hazme el favor de llamarle a Antonio que venga rápido, ya yo me encargo.

Asintió y sacó su teléfono rápidamente buscando el contacto de Antonio.
Los putos celos no querían llamarlo pero tiene qué, es prácticamente su obligación, ya hizo mucho con haberla traído.

En veinte minutos Antonio ya estaba allí demasiado contento y nervioso como si fuera suyo y Jack en la obligación de esconder las mismas emociones.

Qué jodido que el padre de la hija de tu novia y tú estén juntos esperando el nacimiento de la niña y tú ni enterado de que comenzaste a confiar y tener favoritismo en la persona que la dañó tanto. Claro que si se enterara le daría un puñetazo en la cara que lo manda de regreso a Los Santos.

En la sala de espera Antonio seguía dando vueltas de un extremo a otro del pasillo y Jack sentado moviendo la pierna nervioso.
Al quedar frente a este lo miró.

—No quiero molestarte más Kevin, es tu día libre y aquí te tenemos quitándote tu tiempo.—Habló dando una palmada en su hombro.—Gracias por cuidarme a mis dos mujeres importantes y sobre todo traerlas a tiempo y a salvo. No me arrepiento de la confianza que tengo depositada en ti.

—Gracias... Pero si a usted no le molesta estoy aquí para ustedes, lo que necesiten.

Quedó pensando y asintió.

—Bueno hay un favor que te puedo pedir.—Kevin asintió esperando saber qué era.—¿Puedes por favor pasar a la casa y traer las cosas de Is? Dejamos la maleta en la mera mera entrada.

—Claro que sí.

Recibió otra palmada en la espalda para irse y mantuvo su compostura hasta llegar a la camioneta, dentro con sus manos tomando el volante con fuerza en ambas manos reposó la cabeza encima y respiraba hondo forzándose a no expresar nada y seguir así hasta que se le pasara pero la respiración era más agitada y con desesperación.

Soltó un grito desgarrador hasta al punto de quedarse sin aire y golpeaba el volante dando permiso a las lágrimas de salir, volvió a tomar aire suficiente que los sollozos le hicieron retroceder pero siguió gritando hasta acabar igual.
Algunas personas pasaban por ese estacionamiento abierto que volteaban a ver intrigados pero es un hospital, hay muchos sentimientos mezclados en esas paredes blancas y mayormente negativas.

Habrá perdido a algún familiar.
Murmuró una chica que pasaba por allí con su papá.

Jack no sabía qué pensar o qué hacer al respecto, vino a lo pendejo dejándose llevar por las ganas que la razón ¿y ahora qué piensa hacer? Ya dio a luz y sigue sin tener idea de cómo la traería devuelta si es evidente que está cómoda aunque no quiere del todo a Antonio.

Dejó todos sus sentimientos después de un momento y se fue de regreso a la hacienda para buscar esa maleta y de paso tomar un par de cosas suyas y dar una vuelva un rato. Total tiene que aprovechar sus días libres.

Hizo lo que tenía que hacer, dejando en claro a Antonio nuevamente que está dispuesto a lo que necesite para ayudar pero en realidad no tenía más que hacer, lo invitaron a ver a la niña pero se negó y que la vería ya que todos vuelvan a casa; si se la presentaban rompería en llanto frente a todos, así que por el bien propio y de su hija se fue conduciendo sin rumbo simplemente para despejar su cabeza y pensar mejor todo esto que ha hecho en casi un simple año. Apreciaba como iba comenzando a atardecer con la ventaba abajo para que el humo del cigarro no penetre la camioneta prestada, miró a su derecha un momento viendo la ropa sobresaliendo de la maleta de mano negra recordando que tiene un plan b en caso de que ya no haya huevos de dar la cara sin ese feo bigote y barba larga.
Él en su cabeza esperaba mejor este momento estando solamente los dos en Los Santos, con Volkov y Michelle acompañándolo sintiéndose como Antonio estaba... Pero ya ni ellos están, uno está en coma y otra desaparecida sin tener contacto con ella. No era justo, él es el que debería estar allí, él debería vivir ese momento tan especial, depositó tanta confianza en que todo lo haría bien, que se amarían hasta el final que se permitiera y reconstruiría ese hueco que un hijo de puta dejó pero es que también recuerda a Julia y el nacimiento de su primer bebé ya no se podía comparar pero aún así esperó que fuese así recapitulando ese mismo plan de reinventarse con ella pero es que ahora es tan real... Es su hija, fruto de él... ¿Quién lo diría? Es de verdad, es papá otra vez, crecerá y se van a reflejar sus rasgos en ella y tiene la gran duda de ello: ¿Tendrá sus ojos? ¿o la nariz...? Algo.

En algún momento lo tiene que descubrir y preferiría que no sea tarde.

Vio una iglesia y aunque no presentaría el más mínimo de respeto igualmente decidió entrar, así como lo hacía en Los Santos al visitar las tumbas de sus compañeros; la iglesia era preciosa y estaba bien cuidada con pinturas en el techo que daban un ambiente cálido junto a la iluminación; continuó caminando hasta el final viendo ese hombre que le cae mal colgado en la cruz.

—Creí que al fin pensarías en ponerte de mi lado pero veo que sigues siendo una puta mierda, un fraude. Me has arrebatado a muchas personas... Eres un cabrón ¿es que no te basta? El puto colmo fueron mi mujer y mis hijos y ahora un gilipollas le quita mi apellido a mi hija.
¿Quién coño se supone que debe ayudarme? ¡Nadie, joder, nadie! ¿qué pasa? ¿te has quedado sin ángeles, sin puto personal? Eres un puto asco.—Habló sacando el bolsillo de su pantalón otro cigarro y siguió mirando la estatua.—Me puedes comer la polla.—Soltó con repudio y respiró hondo.—Espero disfrutes el puto espectáculo desde allá arriba.

Podrido🥀; la Rosa marchitó.Where stories live. Discover now