Hanahaki | Intenabo

Extraño

Abril 16 [....]

G

"¿Hice algo mal?"

"Seguro no lo hace a propósito..."

"No debí decir nada, debí callarme"

Mi cabeza estaba repleta de dudas e inseguridades, Jack había estado evitandome y empezaba a enloquecer por saber cuál sería la razón.

- Sí, me rechazó, pero en ese caso yo debía ser quien debería estar evitandolo, ¿por qué me evita él? - Susurraba tratando de ordenar mis ideas y encontrar la respuesta correcta.

Tal vez está muy avergonzado porque me declaré....

O quizá ahora me odia

Me levanté de mi escritorio, me puse mis zapatos y salí de la casa. No aguantaba más.

Caminé a pasos rápidos hasta la casa de Jack, suspiré al llegar y toqué despacio la puerta, rezando para que la persona que abriera esta fuera Jack.

- ¿Si?

Que suerte, la abrió él

Jack me miró un poco asombrado e incómodo, dispuesto a cerrar la puerta nuevamente.

- ¡E-Espera, dime que pasa!

- No sé a qué te refieres, deberías ir a tu casa, hace frío, te vas a enfermar.

- ¡Si sabes a que me refiero, me has estado evitando!

- Gustabo, yo no-

La madre de Jack salió a la puerta mirándonos algo extrañada.

- Gustabo, que bueno es verte, pasa, pasa, hace frío afuera, te vayas a enfermar.- Ofreció amablemente la señora.

Estaba decidido a entrar pero miré los ojos de Jack, que no parecía muy cómodo con la idea.

Entiendo...

- Oh, no se preocupe señora, yo ya me iba.

Me giré para empezar a caminar, volvería a mi casa, quizá no era el momento de preguntar nada.

- Espera... Gustabo, pasa...- Dijo, Jack, entre dientes.

¡Jack me invitó a pasar!

Hace mucho no entraba a su casa

Entré a la casa y en unos instantes nos encontrábamos los dos solos en su habitación, en un silencio total.

Que incómodo...

El único sonido que interrumpía ese silencio eran las gotas de la aparente lluvia chocando al terminar su caída.

- Quizá deberías quedarte a dormir...

¿Eh?

[.....]

C

Sus mejillas están rojas, ¿será por el frío? Están tan rojas como cuando se declaró...

¿Por qué estoy pensando en eso justo ahora?

Las gotas que caían del cielo rezonaban cada vez más fuerte, empezó a llover.

- Quizá.. Deberías quedarte a dormir.

Sus ojos se ven sorprendidos...Se ve tierno.

¡No! No... No quiero pensar así de él

- ¡Acepto! Pero no tengo ropa para dormir...- Me miró con sus ojos brillosos y lo último lo dijo agachando su cabeza, casi como si quisiera ocultar su emoción, que lindo...