En Otro Momento

1.5K 207 46
                                    

Abril 14 [🌹]

Quiero saber, debo preguntarle.

Pero eso sería cruel ¿No?

Sí, sería muy cruel.

Miro el techo llenando mi cabeza de pensamientos.

La tarde era aburrida y dejarme divagar entre las dudas que me invadían era la única manera de distraerme.

Esas últimas semanas habían sido extrañas.

Gustabo desapareció por un tiempo y, cuando volvió parecía no ser él.

Dejó de acercarse, dejó de mirarme, dejó de hablarme, me había dejado.

No tengo derecho a quejarme, le dí razones suficientes para alejarse desde hace mucho.

No tengo derecho a preguntar el por qué de tan repentino comportamiento, porque después de todo era lo que yo quería.

Pero ahora que lo tengo, me siento peor.

Nunca hice algo que no me beneficiara, y nunca hice algo que podría lastimarme.

Él era esa excepción, esa molesta excepción. Si él estaba de por medio un “No” nunca sería la respuesta. Por eso debía rechazarlo.

La distancia que puse entre él y yo fue por nuestro bien.

O sólo por mí bien.

Me levanté de mi cama, me puse una sudadera y salí de mi casa, me estaba ahogando en tantos pensamientos.

Desde que se me declaró a los 13 años nada fue igual.

Decidí distanciarme, decidí terminar todo.

No sé por qué.

Caminé por un rato mientras el sol daba un espectáculo hermoso junto con las nubes, el color naranja del cielo se sentía calmante.

Él no se alejó de mí, nisiquiera cuando se lo pedí.
Él no me abandonó, nisiquiera cuando yo lo hice.

Es un idiota.

Soy alguien orgulloso, nunca admitiría en voz alta que la distancia también me afecto.
Retractarse no era una opción, yo puse el distanciamiento, no tengo derecho a reclamar nada.

Soy un idiota.

Mi mirada se dirige a ese bosque, a nuestro lugar.

Dejé de venir desde su declaración, puesto que fue aquí donde decidió confesarse. Niño estúpido.

El día en el que me besó me pregunté el por qué se sintió tan bien el contacto con él.

Camino despacio, aparto algunas ramas bajas de los árboles.

Aquí le propuse matrimonio.

Una sonrisa tonta se forma en mi rostro.

Oh, mierda.

Ahí está, otra vez.

¿Por qué aparece de la nada? Está debajo de un árbol, dormido.

Me acerco de manera silenciosa, no sé qué hago, pero no quiero parar.

La cercanía es tanta que puedo ver sus largas pestañas, y al parecer unas ojeras que marcan su piel.

Mi mano toca su mejilla izquierda, es como si no tuviera autocontrol.

A bajado de peso.

- ¿Qué...Haces?

Despertó.

- ¡Nada, yo solo pasaba por aquí y...! - No sé que decir, pero quiero que siga hablando.- ¡No deberías dormir en lugares como estos, te puedes enfermar!

- Estoy bien.- Su voz suena tan... Apagada.- De todas maneras gracias, en un rato me iré.

Apesar del tono de su voz, me sonríe mientras sus ojos siguen cerrados.

- ¿Por qué no te sientas? Hace mucho no hablamos.- Me hace un espacio a su lado.

Me siento a su lado y el silencio se hace presente, uno muy largo, uno muy incómodo.

Hace muchos años esto no se sentía así.

- Lo siento, Jack.

¿Eh?

- No debí besarte, lo siento, fui un idiota.

¿Por qué parece el final de algo?

¿Por qué parece como si te arrepintieras de todo?

- Espero me perdones.- Y ahí están, sus ojos claros, que parecen apagados, parecen consumidos por la tristeza, pero la sonrisa que los acompaña parece sincera.

Quiero decir algo, pero no me sale.

- Eres un idiota, así que está bien, supongo.- Dije.

Suelta una risa tan silenciosa que casi no logro oírla por el viento.

- ¿Sabes? Julia es una buena chica y, creo que serían una pareja increíble.

¿Qué?

- Nunca te lo dije, la razón por la que te amo.- Acerca su mano a la mía, da un primer toque con su dedo, como pidiendo permiso, para después poner su mano encima de la mía, está fría.- ¿Quieres saber?

Me sonríe como dándome a entender que todo estará bien.

Asiento mi cabeza, confirmando.

- Fuiste la primera persona que me dijo que mis ojos eran lindos, fuiste la primera persona que me propuso matrimonio.- Sonrió nervioso.- Fuiste la primera persona que me dio otro tipo de felicidad, y fuiste mi primer amor.

“Fuiste”

- Fuiste él primero en darme la oportunidad de sentir algo extraordinario.- Aparta poco a poco su mano de la mía.- Quería agradecertelo y pedirte perdón por haberte hecho pasar tantos malos ratos, sólo pensé en mis sentimientos, debí alejarme cuando me rechazaste por primera vez.

Y su mano deja de tocar la mía.

- Gustabo... ¿Está todo bien?

Mira el cielo, suspira y lo suelta.

- Tengo Hanahaki.

Mientes ¿No?

- Que locura ¿Verdad? - Ríe.

Miénteme, por favor.

- Quizá... En otro momento podamos ver florecer los cerezos...- Se levanta y camina unos cuantos pasos adelante.- Es hora de irme. Adiós Conway.

Su silueta desaparece en medio de los árboles, dejándome solo.

Algo duele, algo en mi pecho duele.

Y... ¿Qué? ¿Por qué yo estoy... Llorando?







Hanahaki | Intenabo Where stories live. Discover now