Frío

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Marzo 25 [🌺]

Han pasado dos semanas desde ese beso. Prefiero recordar ese día como el día de mi primer beso en lugar de mi rotundo rechazo.

Fui al hospital ese mismo día y me diagnosticaron esa enfermedad de las flores, no recuerdo su nombre.
No me asusté cuando me lo dijeron...

“- Esta enfermedad puede causar la muerte si no se hace algo de manera inmediata, pero por protocolo debo preguntarle qué es lo que el paciente decide hacer.”

No me asusté cuando me lo dijeron...

“- La operación trata de sacar las raíces de las flores que crecen principalmente alrededor o adentro de los pulmones, al sacarlas el sentimiento de amor que provocó esta enfermedad desaparecerá.”

No me asusté cuando me lo dijeron, pero pensé en esa palabra “Desaparecerá”.

Significa que dejaré de sentir emoción al verlo, significa que no sonreiré al recordar su nombre, significa que no moriré, significa que no lo amaré.

Suspiré, estaba agotado.

Miré el techo de mi habitación, apreciando como la luz de la mañana entraba por mi ventana, no iría ese día al colegio, otra vez.

Mi velador estaba lleno de papeles con sangre y uno que otro pétalo.

Me lamenté no tener a nadie.

La soledad de la casa es aterradora.

Tengo frío.

Acomodé mi almohada y me dispuse a volver a dormir, estaba cerrando mis ojos cuando la puerta de mi casa comenzó a sonar.

No me moví, no me levanté, simplemente esperé, esperaría hasta que el ruido cesara, hasta que no se escuche nada.

El ruido no paró así que tuve que levantarme a la fuerza, bajé las gradas, y maldije a quien sea que estuviera al otro lado de la puerta.

Abrí la puerta de manera lenta y ahí estaba, mi gran amigo, Horacio.

- ¡Gustabo! - Se abalanzó hacia mi provocando que me tambaleara un poco.- Desapareciste por muchos días ¡Me tenias preocupado, perraco!

- Lo siento, lo siento. Me encuentro un poco enfermo.- Me separé del contacto mirándole a los ojos.

-Eso es raro en ti, no sueles ser muy enfermizo, no tanto como para faltar 10 días al colegio.

- Tú estas faltando y no estas enfermo.- Acusé.

- Mi excusa es la siguiente; No me respondías lo mensajes, no apareciste por ningún lado, y no me abriste la puerta dos veces.- Dijo con el ceño fruncido, mirándome con un notable enojo y preocupación.

¿Llorará si yo llegase a desaparecer?

- Lo siento, realmente no me sentía bien.

- ¿Qué tienes? - Colocó su mano en mi hombro izquierdo. El viento que entraba por la puerta que aún estaba abierta me daba directamente en el rostro, que calma.

¿Debo decirlo?

Le miré por un momento. ¿Cuál sería su reacción al saber?

- Dime que pasa, me estás asustando, no me digas que tienes algo muy contagioso, ya sabes qu- Interrumpí.

- Tengo Hanahaki Disease.

Oh, recordé el nombre.

El viento dejó de resoplar, sus ojos apuntaban a mi, sin embargo no parecía como si realmente me mirara. Y sonrió.

- Es... Es broma ¿No? Estas bromeando... ¿Verdad?

Su sonrisa se desvanece. Y me mira, esperanzado.

- No es una... No es una broma.

¿Por qué? ¿Por qué lloras?

- Por favor, Gustabo, dime que no es cierto, te... Te lo ruego.- Con sus manos apreta mis hombros y agacha su cabeza, está temblando, está llorando.

Pongo mi mano derecha encima de la suya. Se estremeció un poco al sentir lo fría que mi mano estaba.

Y por alguna razón... Comencé a llorar.

Me lancé a abrazarle.

Y los llantos se volvieron una melodia que rezonaba en la solitaria sala.

Tengo miedo pero ya no hace tanto frío.

[.....]

- Así que Hanahaki...- Murmuró.

Estábamos sentados en el sillón, el ambiente se sentía extraño.

- Ajá...- Afirmé, tratando de aportar algo a la conversación.

- ¿Y tu padre ya lo sabe?

- N-No... Ya sabes que no hablo con él desde que se fue con su nueva familia...

Dejaste el alcohol y a tu hijo.

- Debes decirle...

- Lo único que nos une es la pensión que me da para comer.- Me sentía miserable.

Todo quedó en silencio y, presentí que lo preguntaría.

- ¿Qué harás entonces?

- No lo sé...- Apoyé mi cabeza en el espaldar del sillón.

- Es... Es por Jack ¿Verdad?

Asentí regresando a mirarlo.

- Le gusta Julia.- Solté. Me miró con asombro.- Cómo podría alguien como yo, competir con alguien como ella....

Lo oí suspirar y decidió hablar.

- ¿Esta no te parece una razón suficiente para rendirte?

No dije nada, estiré mis brazos hasta alcanzarlo y lo abracé.

- Tengo miedo... Tengo miedo de no poder verle todos los días al entrar al colegio, de no poder darle caramelos que lo más seguro es que serán rechazados, de no poder apreciar lo perfecto que luce con tan solo existir... Tengo miedo de desaparecer y no poder hacer ninguna de esas cosas.

Me apretujó entre sus brazos.

- ¿Tipo de flor? - Susurró.

- Sakura.- Respondí.

.
.

Tengo miedo pero ya no hace frío.










Hanahaki | Intenabo Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang