Jauregui's Cottage

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“Qué es un alma gemela?”

“Es uh…Bueno, es como un mejor amigo, solo que más. Es la única persona en el mundo que te conoce mejor que nadie. Es alguien que te hace mejor persona. En realidad, no te hacen mejor persona. Lo haces por ti mismo, porque ellos te inspiran. Un alma gemela es alguien que llevas contigo siempre. Es la única persona que te conoce y te acepta y que cree en ti antes que nadie o cuando nadie más lo haría. Y no importa lo que pase, siempre vas a amarla. Nada podrá cambiar eso. Tiene sentido?” –Dawson’s Creek.

El cielo amaneció nublado, las últimas gotas de lluvia caían mientras el sol decidía aparecer. Dos chicas dormían con las manos entrelazadas y respiraciones próximas. Fue una de las pocas veces en las que Lauren y Camila pudieron dormir sintiéndose seguras, pues se tenían la una a la otra y nada más importaba. Camila fue la primera en abrir los ojos, estaba sudada, a pesar de la lluvia de la noche anterior, y con hambre. La primera vista que tuvo fue la de una chica dormida a centímetros de ella, sonrió al constatar que una vez más no estaba soñando que, la chica que siempre esperó, finalmente era suya. Tan suya, que estaba realizando sus sueños! En qué mundo Camila Cabello tendría a alguien que haría eso por ella? Un mundo en donde Lauren estuviera, claro.

Acarició el rostro de su chica con ternura, quería guardar ese momento, quería llevar la imagen de ese ángel a dondequiera que vaya.

-Amor? –llamó con voz suave. Lauren se movió un poco.- La lluvia ya cesó y de verdad tengo mucho hambre.

La morena finalmente se frotó los ojos y los abrió. Pensó estar ante la imagen más bello, el cuadro más hermoso que alguien pintó; su pequeña sonriéndole, con la cara arrugada por el sueño y despeinada. Ella rió y besó la palma de la mano de Camila que permanecía en su rostro.

-Buen día! –dijo bajo cerrando los ojos.- Podrías despertarme así todos los días.

Camila frunció el ceño.

-Así cómo?

-Así. –y llevó a la pequeña sobre ella con fuerza. Camila gritó del susto y luego rió besando a Lauren dulcemente.

Después de eso ellas se levantaron, Lauren tomó un baño mientras Camila comía su merienda y después fue su oportunidad para bañarse mientras la mayor tomaba solamente un café fuerte y tostadas. Lauren se preguntó en qué momento su gusto por la ropa comenzó a cambiar, ahora que se veía frente a un espejo y fruncía la nariz observando su chaqueta negra y una gorra en la cabeza. Wow. Estaba gritando que era lesbiana con esa ropa y Vero ciertamente no lo dejaría pasar.

Lesbiana?

Ese pensamiento le provocó escalofríos a Lauren. Cuando Camila salió del baño, se detuvo para ver mejor a su chica, ella estaba tan hermosa y tan perfecta con esa ropa tanto como lo estaba con vestidos. Las dos pagaron el hotel y entraron al auto para seguir el viaje, ahora faltaba poco para llegar a la casa de campo de los Jauregui que Lauren hace tiempo no visitaba.

-Ponte esto para completar tu nuevo look. –Camila le ofreció a Lauren unos lentes oscuros que la hicieron reír.- Crees que me vería bien con bigote? –preguntó en seguida bajando la ventana del auto, viéndose en el retrovisor dibujándose un bigote con una pluma negra. Lauren quitó la mirada de la carretera por un momento para ver lo que ella estaba haciendo y no pudo dejar de reír cuando la pequeña se volvió hacia ella e hizo un puchero para recibir un beso.

-Estás hermosa, Camila. –bromeó regresando su atención a la carretera.- Debo preocuparme con las demás chicas?

Camila fingió pensar.

-Solo con las de ojos verdes. –las dos rieron. Camila se acomodó en el banco y llevó la pluma al rostro de la morena.- No te muevas! –ordenó cuando Lauren intentó desviar el rostro.

-Si sufrimos un accidente, voy a decir que fue tu culpa por estar queriendo ponerme un bigote!

En cuanto Camila terminó de dibujar en el rostro de Lauren, rió más alto. Estaba chistoso y a Lauren le pareció lo mismo cuando se vio en el retrovisor.

-Tu edad mental es de siete!

Camila tomó la mochila de Lauren en el asiento de atrás –sí, ella no podía, no tenía la capacidad para quedarse quieta por un segundo-, y tomó la cámara de video.

-Sonríe, amor. –pidió encendiendo la cámara y volviéndola hacia Lauren que le sacó la lengua. Después la volvió hacia ella misma; -Hey, estamos aquí en algún lugar entre Los Ángeles y California, no sé muy bien… En fin, Lauren me está llevando a una casa de campo y espero que sea en el buen sentido y no salga como una maniaca sexual, de lo contrario tengo spray de pimienta en el bolso que mi papá me dio. Por cierto, papá, mamá, los amo. Vero, Lauren está tomando tu ejemplo y se está vistiendo como niño.

-Te gustó! –exclamó la morena ofendida.

-Pero es porque te amo, es diferente. –respondió la pequeña divertida.- Mientras tanto, quiero dejar grabado que no hubo un momento desde que Lauren boy…digo, Lauren, -las dos rieron. -, entró en mi vida que no la haya amado. –ellas se tomaron de la mano después que la morena cambió la marcha y Camila filmó eso.- Hasta luego.

Y apagó el aparató, guardándolo de nuevo en la mochila.

-Llegamos. –anunció Lauren alegre así que el auto entró en un camino de tierra, muy malo por cierto, y atravesó un portón. Lauren vio los ojos de Camila brillar en cuanto vio el campo.

Como lo imaginaba, era verde, e incluso aún mojado por la lluvia no perdía su belleza. La cabaña estaba bien en el centro y la rodeaban arboles enormes, y un poco más lejos, había un río. La pequeña notó que la casa de campo era bien al estilo Jauregui, simple, pero no perdía ese toque perfeccionista en relación a la pintura, el cuidado del césped, limpieza… La morena estacionó el auto al lado de la casa y bajó.

-Es aquí. –dijo, observando a Camila encantada bajar también.- Espero que te guste.

Camila la miró.

-Gustar? Amé este lugar, Lauren!

Lauren balanceó la cabeza satisfecha y abrió el maletero para comenzar a sacar las cosas, Camila la ayudó llevando las maletas. Cuando entraron a la casa, no podía ser diferente, el olor a madera impregnado le daba al lugar una sensación de naturaleza. Lauren miró atenta en cada rincón asegurándose de que nada estuviera fuera de lugar y que a la pequeña realmente le estuviera gustando, estuvo segura de eso al ver a Camila caminar hacia el centro de la sala con las maletas en mano.

-A mi papá le encantaba esta silla. –indicó el mueble empolvado.- Y yo vivía jugando frente a la chimenea.

Camila miró encantada cada rincón de la casa, parecía un sueño. Las dos terminaron de descargar las maletas después de algunos minutos, era poco, solamente para unos cuatro días, pero concluyeron que ese lugar necesitaba una limpieza urgente, estaba muy empolvado. Así que, después de almorzar algunos bocadillos, iniciaron la limpieza, que también sirvió como baño, cuando Camila decidió que mojar a Lauren era su prioridad. La mayor, es claro, aceptó el juego y las dos iniciaron una guerra para ver quién mojaba a quien primero.

It Was Just A DreamWhere stories live. Discover now