doce

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Despierta por las mañanas, es así gracias a que sus padres quieren que ella encuentre algo por lo que vivir. Ella esta mejor, sí, lo esta. Pero no encuentra su propósito en la vida, esta cansada de todo aun.

- Mira cariño. -frente a ella dejó el desayuno- Hice tus Hot cakes de avena que tanto amas. -le sonrió con dulzura-

- Gracias mamá.

Comenzó a comer con tranquilidad, hace un poco más de una semana que esta en su casa, tiene un hermano el cual estudia en Canadá. Lo envidia un poco, el si tiene decidido que hacer y lo que quiere, ella ni siquiera sabe que hacer después de desayunar.

- Hoy saldremos, alístate en unos diez minutos. -comentó su padre-

- No quiero salir. -dijo mientras mira su teléfono sobre la mesa, sabe que no debe ser así, pero espera un mensaje de parte de su amigo como lo hace todos los días-

- Anda, anímate. Iremos a tomar el sol, comeremos algo delicioso, un picnic.

- Esta bien. -dijo a pesar de que no quiere ir-

Terminando de desayunar subió a su habitación, se dio una rápida ducha y se vistió con algo cómodo, nada más y nada menos que una simple chaqueta de mezclilla -claro, con una camisa debajo- y una pantalonera deportiva color negro, obvio, sus tenis también.

Su madre entro poco después, ella lleva un vestido amarillo con flores, el verano llego.

- Mi niña, hoy es un día especial, viste algo más formal. -habló con dulzura-

- No quiero llevar algo llamativo mamá.

- Pero aun así.. Bueno, esta bien, lleva lo que quieras, igual siempre te vez bien. -acaricio su cabello- Anda, tu padre esta en el auto.

Después de un corto camino de seis minutos, llegaron a un agradable, grande, verde y floreado parque, supone que es especial para picnics. Su madre esta muy emocionada por esto, su padre también, pero su madre es tan eufórica. Ella así era antes.

Ayudo a bajar las cosas del auto, se colocaron debajo de un gran árbol para que este les diera sombra y comodidad.

- Debería estar aquí. ¿Dónde esta? -miró alrededor-

- Mamá. Dime por favor que no has invitado a alguien. -dijo algo molesta- Te lo dije, no quiero ver a nadi... -callo cuando miró a Hoseok caminar a ellos con una gran sonrisa, bueno, ni siquiera gran podría describir lo hermosa que es su sonrisa ahora-

Ahora sabe porque su madre le decía que era un evento especial, quizá debió haberle hecho caso, no se ve tan bien como todos.

Camina a ellos sonriente, con una gorra sobre su cabeza color rojo, su camiseta es negra con algo escrito en ella, sus pantalones color mezclilla algo rotos -es la moda, dice Hoseok- y sus tenis blancos. En sus dos manos lleva una canastilla.

- Hola. -llegó aun más sonriente- Siento haber tardado. -hizo una reverencia-

Aerin sigue en un transe.

light | jung hoseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora