Capítulo 4

2K 263 36
                                    

Y bueno... aquí estoy persiguiendo a Kanato por segunda vez, pero esta vez tenía una razón para hacerlo.

Todo era tan simple como querer que alguien me viera.

Hasta el momento él había sido el único que reaccionó a mi cercanía aunque no fuera de la forma correcta. Así que perseguirlo todo el día y atravesar su cuerpo para ver sus reacciones fue lo que me mantuve haciendo.

Verlo retorcerse por escalofrios me sentaba un poco mal pero lo hacía por una buena causa ¿no?

Aún mientras estaba en la limosina continuaba intentandolo.

-¿Estás bien?- le preguntó Shu.

-Eso no te importa.- respondió agresivamente el de cabellos violetas.- Solo me encuentro raro, tengo frio.

-Sea lo que sea lo que te esté molestando espero que se detenga.

Sentí esa frase como si fuera directamente hacia mi persona, para que me detuviera. Pero no era posible ya que si él podía verme hubiera reaccionado de alguna manera. No era posible.

Aún así me detuve.

En cuanto llegamos a la mansión Laito fue a dormir, todos tomaron diferentes caminos. Dejé de perseguir a Kanato por el momento así que me puse a pensar que haría esa noche.

Ni siquiera me había dado cuenta de que Shu aún continuaba de pie en la puerta junto a mi. Yo no le tomaba mucha importancia teniendo en cuenta que yo siempre me mantenía  junto a alguno de los hermanos o cerca de Yui.

-Déjanos en paz. No voy a tolerar que continues molestando a mis hermanos.

Dijo esto antes de comenzar a caminar lentamente hacia las escaleras. Es shock me quedé.

-¡Puedes verme!- grité luego de recuperarme.

La siguiente hora fue... digamos que fue la primera vez que acosaba tanto a alguien.

-Shu-sama, Shu-sama, Shu-sama.- repetía mientras lo perseguía.

No se teletransportaba para que no lo molestara, simplemente caminaba a pasos lentos mientras lo seguía. Me pregunté si de verdad él podía verme ya que me había ignorado en todo el camino hacia su habitación.

No esperó a que yo pasara para cerrar la puerta y eso puso aún más en duda si podía verme o no.

Apenas cerró la puerta a sus espaldas fue a acostarse en la cama. Cerró los ojos y quedó más o menos en una posición donde te cuestionabas si estaba vivo o muerto.

-¿Te han dicho que eres increiblemente molesta?

-¡Oh dios! ¡Si puedes verme!

Solté un par de chillidos de felicidad antes de acostarme en la cama a su lado con una sonrisa de oreja a oreja.

Me sentía la fantasma más afortunada del mundo. Es que vamos ¿a quien no le emocionaria que el mismísimo Shu Sakamaki le diga que es molesta?

-¿Porque nos acosas?

Llegó la sagrada pregunta. En mi cerebro ya tenía una respuesta estructurada y estaba lista para responder de una forma inteligente pero como soy torpe en turno mi deber era quedar en ridículo.

-Es que me morí y luego llegué a su escuela y como los vi y siempre me gustaron pues vine a conocerlos.- lo solté todo como si fuera una sola palabra y sin respirar.

Seguro no me entendió absolutamente nada.

-Habla más despacio.

Efecticamente, no entendió.

-Perdón, me puse nerviosa.

Lenta y calmadamente le conté mi historia, omitiendo que Diabolik Lovers era un juego y todo lo que involucraba. No quería tener que explicarle que venía de... ¿otro mundo?

No sé porque me recordó esto a un anime de esos donde el protagonista muere y reencarna en un mundo nuevo con poderes y toda la cosa. Si este fuera mi caso tengo la peor suerte del mundo porque sigo siendo igual de fea que cuando estaba viva.

Señoritas, tener la autoestima baja era mi día a día.

-¿Siempre has podido verme?

Suspiró antes de responder, parecía no tener ganas ni de hablarme pero ahora tenía que aguantarme. No se iba a deshacer tan fácil de mi.

-Si, desde pequeño he podido ver algunas cosas extrañas y tú no eres la excepción. Normalmente las dejo pasar porque no me interesan pero no tolero que molestes a mis hermanos.

-Ay que lindo es ver como los quieres.- sonreí.

-Bien, ya creo que puedes irte. Vete al cielo o evaporate, no sé.

Me dio la espalda ignorandome por completo.

-¿Qué? ¡No! ¡Yo no me quiero ir todavía!

Gateé sobre la cama hasta pasar por encima de su cuerpo y recostarme frente a él. Como ya mencioné anteriormente no iba a deshacerse tan facilmente de mi.

-Si me dejas quedarme prometo que seré una fantasma buena, incluso podría traerte los chismes de otros.

Shu abrió un ojo mirándome fijamente para luego volverlo a cerrar.

-Parece que esa oferta no te tentó lo suficiente.- puse una mano en mi barbilla, pensando.- Oh, con mi ayuda podríamos asustar de muerte a quien quieras.

Ahí si reaccionó con una sonrisa. No tenía idea de que estaba pensando pero seguro era algo divertido.

-Está bien, puedes quedarte. Solo no molestes a Kanato otra vez.

-Oki doki.

-¿Porque quieres quedarte aquí simplemente observandonos?- preguntó.- ¿No prefieres intentar enamorarme o algo así?

Dicho esto se colocó sobre mi a cuatro puntos acorralandome en el proceso. Me sentí un poco intimidada de esa manera pero no avergonzada, ni hacía falta teniendo en cuenta que ya había desnudo a casi todos los hermanos Sakamaki.

Que no panda el cúnico.

-No gracias.

Me levanté de la cama casi de un salto mientras lo atravesaba. Sacudí mi falda un poco y arreglé mi cabello que, a pesar de ser tranparente y fantasmal, también se desarreglaba.

-Pero buen intento, casi que me convences.

Con tanta conversación se me había olvidado presentarme, no quería que Shu me conociera como la fantasma sin nombre, así que me apresuré a mencionar mi nombre.

-Por cierto, soy Yurei.

-Un gusto Yurei.- volvió a acostarse.- Pero por favor no vayas a espiarme mientras me baño como hiciste con Subaru.

-Así que chiste.- me quejé.

El fantasma de una dialover [Diabolik Lovers]Where stories live. Discover now