Capítulo VII. Teniente PNP Javier Estrada.

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En una de las comisarías del distrito. El Carnero tenía evidentes huellas de maltrato físico, pero sobre todo un comportamiento muy errático. Los hombres del cuerpo de policía evitaban mencionar algo sobre su aspecto o sobre los tres días que tenía de desaparecido. Setenta y dos horas eran más que suficientes para empezar la búsqueda de cualquier policía con todos los recursos, más aún tratándose de un teniente. Sobre todo, tratándose de uno de los hombres de confianza de los Romero. La familia más rica y poderosa del país. Sin embargo, el Carnero apareció por su propio pie en la mañana como si se hubiera tomado unas breves e intensas vacaciones.

El revuelo de su desaparición en un marco de asesinato masivo en un local nocturno de la ciudad, confería al asunto de su desaparición un matiz bastante turbio. Sobre todo, por las malas relaciones que tenía el dueño del local con el pago de los cupos organizados por la mafia del distrito a la cual el Carnero y su gente protegían. Hasta ese punto era algo que los miembros de la policía podían esperar. En algún momento, alguna de las bandas menores intentaría devolver el golpe a la organización criminal que reinaba en el distrito. Todos en el cuerpo, incluido altos mandos con galeones de general, sabían que el teniente Javier Estrada, alias El Carnero, trabajaba directamente para la mafia más grande de la capital: "La Colonia".

"La Colonia" es el grupo criminal con mayor participación en los negocios de las calles de la ciudad de Lima. Involucrados en actividades ilícitas como pagos de cupos, narcotráfico, trata de personas, prostitución y sicariato. A su vez, La Colonia servía a los intereses de sus financistas. Hombres de la talla de Adriano Romero, hermano del actual presidente del congreso de la república y una de las cabezas de la organización criminal más grande de Lima.

La familia Romero, como es bien sabido, es una de las más ricas y prósperas del país. Su fortuna se la debe principalmente a una dinastía de negocios heredados de padres a hijos. Todo un linaje a cargo de los negocios turbios que siempre han sabido sostener. Hoy en día, el poder y legado de los Romero descansa sobre cuatro pilares, cuatro hermanos para ser más precisos.

De los cuatro hermanos que conforman la familia, el menor y el mayor de ellos son los que tienen una notoria actividad a cara descubierta. Adriano Romero, el menor de los hermanos, con tan solo veintisiete años, es el típico mafioso con afán de elegancia y poder. No se anda con medias tintas, si estas en contra de los intereses comerciales de la familia Romero, Adriano arrojara a los miembros de La Colonia en tú contra y muchos de esos miembros visten uniformes.

La Colonia es el crimen y la ley en esta ciudad, el crimen y la ley en este país. Sin embargo, La Colonia no era realmente el problema de este asunto.

La desaparición de El Carnero, aparte de toda la cobertura destinada a un asunto tan amarillista, era el verdadero problema. El Carnero era el único sobreviviente que vestía uniforme de aquella carnicería. Por lo tanto, era obvio que todas las investigaciones se realizarían en torno a él y sus conexiones.

Los testigos formaban otro problema. En su mayoría eran parroquianos adictos que argumentaban en sus declaraciones un sin fin de historias fantásticas sobre la lucha de dos demonios con apariencia de hombres. El parte policial, con respecto a lo dicho por los testigos, estaba considerablemente engrosado por las fantasías que la prensa recogía ávida de titulares escandalosos, histéricos y fantásticos. Toda esa atención mediática no era nada favorable para el Carnero y su cliente, el señor Adriano Romero. Se atarían los cabos y se toparían eventualmente con la evidencia de que todo el asunto surgió de un cobro de cupos por parte de la policía al servicio de la mafia del señor Adriano. La Colonia podría quedar expuesta y eso no le convenía a nadie. Así que la visita de la DRINCRI (División de investigación criminal), no se haría esperar.

Los agentes en la investigación levantaron la evidencia y los cadáveres para las respectivas autopsias. Los informes médicos revelaban heridas que eran propias del ataque de alguna fiera más que de un tiroteo, pese a la cantidad de casquillos desperdigados por el suelo del local que evidenciaban lo contrario. Dos puntos resaltaban en la recopilación de pruebas: La presencia de casquillos de munición modificada de gran calibre y tres cintas de vídeo de la discoteca del bulevar.

El Maldecido InmortalTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang