Gente Como Tú • TAEKOOK • +18

CAP 29

Auto cinema
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Apenas y el sol se asomaba de entre las ventanas cuando su hermosa figura lo encontró. Su piel reluciente bajo la nada, hermoso, durmiendo apacible con la espalda y torso descubierto para darle un panorama más exacto sobre lo que había ocurrido la noche anterior, o más bien unas horas antes del alba pues el mayor era un salvaje, y su idea de "una ronda" había pasado a una sesión de horas incansables que lo mantenían adormilado a su lado.

Estaba feliz.

Jungkook no creía realmente que aquello estuviera ocurriendo, que de verdad estuviera durmiendo junto al dueño de la empresa más grande de todo Seoul, junto al hombre más deseado de Corea, junto al que parecía el amor de su vida, por qué era increíble, era casi imposible para él tenerlo hace unas semanas, y ahí, en ese momento, le era casi irreal lo que veía, pero no quizo pensar demasiado en ello, no quería crear alguna inseguridad en su cabeza o alguna barrera para no amarlo, por ello se incorporó a su lado para volverse a recostar y empezó por marcar una línea imaginaria con la yema de su dedo índice, marcando primero la silueta de su espalda baja, tan ancha y lastimada, arañada por sus uñas que marcaron un camino desde sus omóplatos hasta su espalda baja, casi llegando a sus glúteos. Después recorrió son su palma la musculatura de sus antebrazos, aquellos que lo habían sostenido con fuerza hace tan solo momentos cuando entre sus manos apretaba la carne de su cadera, conteniendose de no dañarlo, y todo para fallar cuando lo embistió contra la pared, dañando su persona pero fascinandolo como la bestia que era, y tras cada parte que recorría de su cuerpo cerraba los ojos, recordando todo lo anterior con deseo en la mirada, anhelando que despertara y lo tomara de nueva cuenta.

Amándolo de nuevo.

- Ah~ - Suspiró negándose a creer lo que pensaba, por qué era tan prohibido, tan sucio que hasta el mismo tuvo que incorporarse de pie junto a la cama, sollozando leve por sus caderas doloridas. - Maldición...

Tomó la camisa que yacía sobre el suelo y se la colocó sin prisa mientras caminaba al baño de la habitación, abotonandose tras cada paso que daba, hasta detenerse en el umbral de la puerta para iluminar la gran habitación que tenía por baño el mayor, y de ahí entró, cerrando las puertas tras de sí para tener más privacidad en lo que hacía sus necesidades. Caminó a la taza del baño y simplemente prosiguió a bajar un poco su boxer para sacar su miembro y empezar a orinar, notando desde el principio de su vientre bajo unas marcas pequeñas en color púrpura producto de los chupones que Taehyung le hacia tras cada acto sexual que cometían, rió por ello, enternecido y sonrojado de notarlas ahí tan ocultas pero decidió no darles importancia, terminó y se dirigió al lavabo para lavar sus manos después de jalar la cadena, notando algo inusual al verse al espejo, pues lo que veía no era algo de diario, sino algo bastante increíble, complejo de lograr pero fantástico al conseguirse, y aquello no era nada más y nada menos que chupones, mordidas, manchas secas y demás sobre su cuello, pecho y abdomen por lo poco que estaba descubierto.

- Dios... - Murmuró angustiado mientras veía su reflejo, preocupado al remover la tela solo para encontrar más de aquello. - Fue... ¿Fue tanto?

De pronto la puerta del baño fue abierta.

Por el reflejo del espejo pudo notar la figura adormilada de su amante, quien a pasos torpes se acercó a su anatomía para verle, quedándose estático al notar lo que sus ojos  veían.

- Wow...
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- Sería genial ir al grano, estoy ocupado - Murmuró entrando a la oficina sin mucha prisa, llevando tras de su espalda la silueta de un joven hermoso.

- También seria genial que no invites a otras personas contigo - Espetó.

- Es mi pareja, te guste o no vendra conmigo...