𝗙𝗥𝗘𝗘𝗗𝗢𝗠 𝗢𝗡 𝗧𝗛𝗘 𝗥𝗔𝗠𝗣𝗔𝗥𝗧𝗦, eren j. [snk]

❁ཻུ۪۪🔖ꦿ 𝗣𝗔𝗥𝗧𝗘 𝗡𝗨𝗘𝗩𝗘.

❝ꓸ᭄ꦿ⃔𝐅𝐑𝐄𝐄𝐃𝐎𝐌 𝐎𝐍 𝐓𝐇𝐄 𝐑𝐀𝐌𝐏𝐀𝐑𝐓𝐒 ━━━━ 𝐞𝐫𝐞𝐧 𝐣𝐚𝐞𝐠𝐞𝐫.
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ɴᴜᴇᴠᴇ: ᴇʟ ᴅᴇsᴘᴇʀᴛᴀʀ. 
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La pareja casada permanecía en Marley, y la tranquilidad sólo les duró unos meses, o eso al menos a Sonne. No le gustaba ni le parecía correcta la discriminación que se les daba a los Eldianos, pues nunca será sano por más que sus antepasados hayan hecho cosas horribles.

Cómo bien dicen; nadie nace siendo malo. Menos los Eldianos. Ellos no son educados para odiar a los Marleyanos, ni para fomentar al daño físico de los demás.

— Ellos nos ayudarán, Sonne. Si les decimos que somos los herederos al trono, y si hacemos las pases con Marley... —Ferdinand tomó del hombro a su amada, la cual se giró enojada.

— ¡¡Me utilizarán!! ¡Y lo más probables es que quieran devorarme! —gritó agitada—. Estás demente si crees que haremos esto solos. Por eso papá siempre iba acompañado de la policía militar Cariana, todo en caso de que quieran arrebatarnos el poder.

Ferdinand apretó los puños.

— ¿Entonces por qué nos fuimos? Habríamos tenido ayuda de Caria.

Sonne hizo una mueca de frustración.

— ¡¡Entiende que no!! ¡¡Ellos también me querían utilizar!! ¡¡El mundo está podrido!! —se fue de ahí.

Tenia razón. Por el lado que lo vieras, todos luchaban por sus bandos, ninguno tenía la razón de sus actos.

Y Sonne estaba en el limbo de aquellos.

Unos días después, Sonne decidió irse de Marley acompañada de su marido, quien estuvo inconforme por las drásticas decisiones que ha estado tomando su amada, pero nunca volvió a rechistar sobre lo que ella dijera o demandara.

Se habían vuelto cercanos al círculo de los militares marleyanos, y fue por esa razón que la Cariana quería huir de ese lugar. Ya estaban demasiado involucrados como para terminar echando por la borda la escapada que cometieron hace unos meses.

— No quiero ir viajando de país en país, Sonne. Debemos encontrar un lugar fijo para rehacer nuestras vidas. —Ferdinand se colocó a su lado en el barco que acababan de tomar.

Era para ir a un nuevo país, y ellos se habían infiltrado para escapar.

La ojiazul bajó la mirada al suelo del barco, preguntándose si realmente sería de ayuda para la paz entre las naciones y Caria. Después de todo, era joven y torpe, quería entregarle la felicidad a sus compañeros de sangre en Caria.

— Entonces vayamos a una parte en que no tomen rumbo los barcos.

Le ofreció una sonrisa optimista, acompañada de un ligero brillo en sus ojos, que fueron interpretados inmediatamente como señal de que rompería en llanto.