𝗙𝗥𝗘𝗘𝗗𝗢𝗠 𝗢𝗡 𝗧𝗛𝗘 𝗥𝗔𝗠𝗣𝗔𝗥𝗧𝗦, eren j. [snk]

❁ཻུ۪۪🔖ꦿ 𝗣𝗔𝗥𝗧𝗘 𝗧𝗥𝗘𝗦.

❝ꓸ᭄ꦿ⃔𝐅𝐑𝐄𝐄𝐃𝐎𝐌 𝐎𝐍 𝐓𝐇𝐄 𝐑𝐀𝐌𝐏𝐀𝐑𝐓𝐒 ━━━━ 𝐞𝐫𝐞𝐧 𝐣𝐚𝐞𝐠𝐞𝐫.
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇs: ʟᴀ ᴘᴇᴏʀ ᴄʜɪᴄᴀ ϙᴜᴇ ᴘᴜᴅɪsᴛᴇ ᴅᴇᴊᴀʀ ᴀʟ ᴜ́ʟᴛɪᴍᴏ.
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Artemisia se asomaba discretamente por el telón oscuro que rodeaba el carruaje, estaba incómoda de no estar haciendo nada para ayudar ahora que más quiere contribuir.

- ¿Funcionará? Él no se parece en nada a mí... -murmuró Eren, manteniendo los codos en sus muslos y las manos entrelazadas-. Tiene cara de caballo.

Artemisia rió en bajo al escucharlo, y cerró el telón a su vez para después darle un vistazo al chico.

- Lo único y más notable que me diferencia de Orlando, es la estatura. Así que... Eso también me preocupa. -anunció la chica con una media sonrisa.

Mientras ellos hablaban del plan, Armin, Jean y Orlando iban secuestrados, por lo que tuvieron que tomar la apariencia de los más buscados en el Gobierno.

- Vamos, dejen que oiga sus voces. Vamos. -un viejo pervertido abrazaba por los hombros a Armin y a Orlando, este último lo miraba con repugnancia, mientras que el rubio intentaba alejarse del hombre-. Por favor. Quiero oír las voces de unas chicas tan lindas.

Orlando y Armin miraron a Jean horrorizados por el constante manoseo sobre los cuerpos de ellos. Y muy a los adentros del mellizo, una furia emanaba al ponerse a pensar que si él no hubiera tomado el puesto, su melliza estaría pasando por eso.

En eso, un hombre de gran masa muscular entró al lugar oscuro donde los tres secuestrados estaban atados y disfrazados.

- ¿Estás seguro de que son Eren, Artemisia y Christa? -interrogó.

- Sí, la descripción coincide.

- ¿Oh? ¿Dónde está el guardia?

Mikasa hizo aparición inmediatamente, soltando un quejido a la vez en que pateaba el rostro de uno de los bandidos. Claramente, ganándose el asombro de sus compañeros.

Orlando se levantó de la caja, y en un movimiento rápido, pateó la costilla derecha de uno. Fue tanto el fervor en el golpe, que se escuchó claramente como sus huesos se fracturaron. No le importó ello, y terminó derribando al último que quedaba.

- Era dejarlos en el suelo, no paralíticos. -dijo Jean, corriendo a atar junto a Armin a los que recientemente había lastimado el más alto.

- No tengo control sobre mis patadas. -se encogió de hombros.

- ¡Connie! ¿Eran sólo cuatro hombres? -Mikasa alzó la voz.

- ¡Sí! No hay nadie cerca.

El hombre que traía Mikasa atado intentó sacar su pistola para dispararse, sin embargo, una flecha lo frenó del suicidio.