Me Convertí En El Hermano Mayor Del Emperador Loco ¿Como Evito Mí Final?

Capítulo 12

“¿Hermano estás enojado?” Era la séptima pregunta que me hace mientras me carga y me lleva, quien sabe dónde.

‹No estoy de humor, para conversar contigo Claude› exprese con mí rostro serio.

“Pero...”

‹sin peros› Corte su excusa para bajarme de sus brazos e instintivamente caminar hacia mí habitación.

«Esto... Se complica cada vez más» Suspiré pesadamente ante ese pensamiento.

Pensé en las dos ocasiones que Claude me beso. Me gusto, pero... Estaba mal lo que estaba sintiendo. Ahora soy el hermano de sangre de Claude y necesito actuar como tal. Suspiré nuevamente.
Incluso cuando me acosté en la suave cama, el rostro frío y los ojos decepcionado de Claude seguía viniendo a mí cabeza.

«Espero que esto... No me lleve a mí muerte» Lleve mí mano hacía mí pecho nervioso y apreté un poco mí mano.
  No quiero ver la espada de Claude, clavada en mí pecho.

• • • •

Claude se encontraba enojado, no, furioso. No solo Anastasio se fue sin decirle nada, sino que ahora tenía al rubio mayor enojado con el.

“¿Es por lo que hice hace unos minutos atrás?” Se pregunto en voz alta mientras apretaba los puños con fuerza. “No es mí culpa. Esa mujer estaba apunto de tocarlo y... Yo soy el único que puede tocarle” Su voz tenía un claro tono de enojo y decepción.

«¿Porqué?, ¿Porqué no puedo besarte?, ¿Porqué no puedo demostrarle al resto que te amo?» Sus pensamientos se hacían cada vez más obsesivos e indescriptibles.

“Tal vez... ¿Piensa que es asqueroso?” Negó rápidamente esa posibilidad, después de todo, anastasio es el producto del amor incestuoso entre el emperador y la hermana de este “El no pensaría eso, si sabe lo de su madre” Claude respiro profundo para exhalar con fuerza.

El menor comenzó a recordar aquellos registros que descubrió cuando tenía 8 años.
  El emperador anteriormente tuvo una hermana, este estaba tan perdidamente enamorado de dicha hermana que la despojó de su inocencia y desde esa noche, el emperador, y su hermana siguieron teniendo aquellas relaciones. Incluso cuando los descubrieron, nadie dijo nada, respecto al incesto que ocurria en el Palacio. Después de todo, las relaciones entre hermanos donceles y hermanas estaban aprobadas solo para la realeza. Todo esto lo hacían para mantener la línea de sangre pura en la familia.
  Gracias a ello Anastasio nació siendo el hijo del emperador y la hermana de este.

Incluso para Claude leer eso, hacía que su estomago se revolvió asqueado. Nunca pensó que encontraría tal secreto sobre el nacimiento de Anastasio.
  Aún así... Mientras más pasaba el tiempo con el mayor, Claude se enamoraba más de este. Y por primera vez supo cómo se sentía el emperador cuando se enamoró de su hermana.

“...Mañana le confesaré mis sentimientos y lo voy a cortejar” Susurro con firmeza y determinación.

Estaba seguro que daría todo de el, para que Anastasio correspondiera esos sentimientos, que estuvo ocultando por tantos años.

* * * *

Cuando Claude se levantó de su cómoda cama, se cambió rápidamente para ir a ver a Anastasio.
Corrió o mejor dicho camino rápidamente hasta llegar al despacho dónde se encontraba el mayor, el cual estaba haciendo mucho papeleo y entro sin tocar.

“Hermano, hablemos” La intromisión inesperada hizo que el rubio mayor diera un ligero sobresaltó.

‹Estoy ocupado, Claude› Expreso una vez que vio que se trataba del menor.

“Tengo algo importante que decirte” La voz sería de Claude llamo la atención de Anastasio.

‹¿Que es?›

“ Iré directamente al grano; Hermano, me gustas, déjame cortejarte”

‹¿Eh?, Creo que escuche mal, ¿Puedes repetir lo que dijiste, Claude?› Expreso nervioso con un toque de shock en su rostro.

“Me gustas, déjame cortejarte”

«¡Que directo!»

Anastasio no sabía que decir, sus labios se movían, pero ni una sola palabra salía de ellos. Aunque su propio cuerpo lo traicionó cuando un sonrojo apareció en su rostro.

“Incluso si no me das tu aprobación para cortejarte, lo haré de todas formas” Cuándo dijo eso, salió del despacho con rapidez y sus mejillas tenían un ligero sonrojo.

Anastasio quedó quieto en el asiento y su conciencia comenzo a procesar lo que acaba de suceder.

«¿¡Que carajo acaba de suceder?!»

• • • •

Estoy muerto. ¿¡Porqué Claude se me acaba de declarar?!, ¿¡Que pasa con Diana y Anastasia?!. Todas esas preguntas se acumulaban una por una.
  Suspiré pesadamente mientras salía del despacho y caminaba por los pasillos, hasta que comencé a escuchar gritos.

“¡Tu..! ¡Maldita mujerzuela!”

“¿¡Quien te has creído, para golpearme?!, Una plebeya como tu no tiene ningún derecho”

Ese fue el último grito que escuche, para por fin visibilizar a esas dos personas que gritan. Me lleve una gran sorpresa al ver qué Diana se encontraba en el piso y aquellos dos bastardos le gritaban.
  Había más nobles alrededor pero ninguno ayudaba a Diana, tenía tantas de gritarles, pero por ahora mí voz es inútil. Así que golpe el muro que tenía a mí lado, ocasiónando un estruendo que hizo sobresaltar a los dos hombres y al resto de personas en el lugar.

‹Se puede saber ¿Que están haciéndo a mí invitada?› Cuándo ellos concentraron su mirada en mí, sus cuerpos tamblabaron, era seguro que ahora mismo mí rostro se había transformado en una mueca aterradora.

“S-su majestad... N-nosotros no hicimos nada malo, fue está plebeya que me golpeó”

“¡Eso no es verdad, su majestad!, El noble aquí presente quiso sobrepasarse conmigo y me defendí dándole un golpe”

“¡Tu...!”

Aplaudí una vez con fuerza, y todos en lugar se quedaron callados. Me acerque a ellos y ofrecí mí mano a Diana, la cual acepto de inmediato. La levanté del suelo y mire a los dos nobles y a los otros que se encontraban mirando el ‘espectáculo’.

‹Es una ofensa para la familia real que te hayas atrevido a mentirme en mí propio rostro. Eso a mí no me importa, pero lo que si me importa es que te hayas atrevido a querer cometer tal asqueroso acto contra una señorita en mí palacio› Sonreí fríamente y mire a Félix el cual se acercaba hacía mí ‹Félix, llévate al conde Jack a dar un paseo a las fríos calabozos. Capas que así reflexiona sobre el no cometer actos asqueroso contra otras señoritas nunca más›

“Es-espere. Su majes...-” Trato de decir algo, pero Félix que lo estaba agarrando del cuello.

“Entendido su majestad” Dicho eso, Félix se llevó al hombre arrastras mientras esté gritaba que lo soltará.

Suspiré pesadamente mientras miraba a Diana y le di una mirada de arrepentimiento y culpabilidad.

“No me mires así. Esto no es tu culpa, son cosas comunes en estás épocas” Me sonrió débilmente miéntras me miraba.

‹Es mí culpa. Se supone que soy el emperador y tengo que imponer orden en el imperio› Suspiré y agarré su mano ‹¿Me acompañaria a un lugar más tranquilo?› Sonreí, ella me miro y asintio con la cabeza.

Nos fuimos del lugar, ya que no quería que todos esos ojos encima nuestro malinterpreten las cosas.