98

3.7K 398 153
                                    

Lo miré a los ojos, él podía tener razón, pero es que nada de esto tenía algún sentido.

—Quiero besarte.. —Susurró mirando mi rostro.

Lo miré algo confundida mientras el ponía sus manos en mi cuello y besaba mi frente.

—Estoy casado, si lo hago voy a ser castigado.. —Dijo mirándome. —Peor es no poder besarte.. pero no puedo recibir un castigo infernal ahora.

—Está bien, Mateo. —Le dije y lo miré. —Decime la verdad ya, porque si no no pienso escucharte luego.. y no voy a detener mis planes.

—Yo venía a decirte pero te pusiste pesada. —Dijo Mateo y yo lo miré mal.

Él sonrió antes de abrazarme.

—Vení ahora sí, no estás contenta si no discutimos. —Dijo antes de sentarse en el suelo, nuevamente conmigo en sus piernas.

—¿La amas a ella? —Le pregunté mirándolo.

—Mirá si voy a amar a esa, por más que tenga tu misma cara, ambas son muy diferentes. —Dijo él mientras acariciaba suavemente mi cintura.

—Lo mismo le habrás dicho a ella. —Dije y él negó con una sonrisa.

—Te cagarías de risa si oyeras lo que le digo. —Dijo Mateo antes de besar mi mejilla. —Te amo..

Como me encanta...

—Basta, Mateo. Hablemos primero. —Le dije y él asintió mirándome.

Pasó una mano por su cabello y suspiró.

—No sé si te diste cuenta cuando volviste, en el tiempo en que te moriste me volví cercano a Lucifer, como si fuera su mano derecha. —Empezó diciendo. —Y, me explicó que.. estaba cansado de estar en esa cueva en la que mantiene encerrado. Lleva vidas enteras siendo el diablo, hasta finalmente encerrarse ahí.. aburrido de lo que es la tierra, y frustrado por los ángeles, nunca tienen una guerra en la que algún bando termine rendido, quizá si derrotado, pero nunca entregan el mundo al otro, o nunca admiten ser más débiles, la guerra nunca acaba pero tampoco nos lleva a ningún lado. Pero bueno, ha estado tanto tiempo debajo de la tierra que sus energías han vuelto, quiere dejar el trono, y se que le divierte elegir un heredero, solo que.. los demonios son estúpidos.. y no es fácil elegir un rey. Por eso, quise demostrarle que yo podía..

Alcé ambas cejas.

—¿Vos?

—¿Tan poca fe me tenés? Mala. —Dijo y yo negué riendo ligeramente.

—No es eso, solo que.. no creí que vos estuvieras buscando ese puesto..

—Sí, el problema es que tenía que demostrárselo de alguna forma, y yo no sabía cómo. Mientras vos estabas aumentando el rango yo estaba tratando de resolver cómo demostrar que debía ser el rey. Cuando llegó Mary no tardé en darme cuenta de que era la heredera de Lily, pero no entendía su plan.. luego comencé a encontrarme a Ester.. pensaba que eras vos.. pero fue poco tiempo para darme cuenta de que se trataba de ella y entender que Lily se había sacrificado para que Ester pudiera ser un demonio, probablemente Lucifer se lo concedió luego de pedirle una heredera.

—¿Y por qué Mary?

—Porque Gerard murió, fue cuando entonces el hechizo también lo hizo, así que Lily aprovechó para acercase a la casa y terminó quedándose con Mary, su aprendiz. —Explicó.

Eso tenía sentido, pero..

—¿Mataste a Gerard? —Pregunté directa.

Él frunció el ceño y me miró confundido.

—¿Qué?

—¿Lo mataste? —Cuestioné recordando la teoría de Daniel.

—Amelia, no quiero ser malo con vos, pero, ¿podés pensar un poquito? Siempre quise matar a Gerard y nunca lo hice porque había un hechizo, ¿cómo lo iba a matar yo si aún no podía cruzar a su casa? —Dijo obvio.

Y era cierto, no lo había considerado.

—Ya entendí, pero hablame bien. —Dije y él suspiró.

—Cuestión, me di cuenta de que Ester quería casarse conmigo fingiendo ser vos.. y se me ocurrió una brillante idea. —Dijo y su sonrisa se ensanchó.

Yo lo miraba seria. —¿Y qué fue?

—Si me casaba con Ester, resolvía el problema con Lucifer. Pensé.. que él había traicionado a su dios, pero lo odiaba a fin de cuentas, todos podemos traicionar a quien odiamos, sus puntos es porque traicionó al ser supremo, soy consciente de eso. Pero, te convertirste en mi diosa hace tiempo, y aún amándote.. te traicioné.

—Sos un hijo de puta, Mateo. —Dije mirándolo.

—Dejame terminar. —Me dijo y yo rodé los ojos. —Te traicioné en parte, ya sé, fui hiriente y te hice a parte, y me casé con alguien para toda mi eternidad, solo te pedí algo..

Miré mi mano y le enseñé el anillo.

—Seguimos comprometidos, tuve la esperanza de que en el fondo lo captaras. Que alguna vez te dije que ese anillo era único en el mundo y hecho solo para quien va a ser mi mujer.. ¿lo recuerdas?

Una sonrisa se instaló en mi rostro.

—Lo de la serpiente del mismo color.. —Susurró mirándome.

—¿Y si era un plan por qué no me lo dijiste? —Dije yo.

—Porque sos terca, Amelia. No te cabría que esté con ella de la mano o ese tipo de cosas, no dejarías que ella te humille y terminarías dejándole saber que es un plan. —Dijo él.

—Claro que no. —Fruncí el ceño y él sonrió.

—Claro que sí. —Dijo él burlándose.

—No. —Insistí. —Yo habría podido.

—Te conozco, dejá de discutir conmigo. No te gusta que te humillen, tu comportamiento le habría dado muchísimas pistas. —Dijo él.

Bufé. —Como sea.. no has terminado de contarme el plan.

Él me miró a los ojos. —Luego de demostrar que merecía el puesto, solo queda algo por hacer..

—¿Qué? —Cuestioné.

—Un sacrificio, debo dar algo muy importante a Lucifer. —Dijo él.

Alcé una ceja. —¿Y qué vas a darle?

Él sonrió. —Para alguien casado, lo más especial pasa a ser su esposa..

Ester.











Me costó mucho hacer el cap, creo que ya la mayoría se había dado cuenta del plan de Mateo<3 pero tenía que dejarlo bien explicado, cosa que espero que sí se haya podido.

Las amo mucho, más tarde capaz actualizo. ❤️

HELL II [✓]Where stories live. Discover now