Último Adiós

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Daniel:
Ya era viernes, cuando saldría del instituto iríamos al hospital papá y yo.

Las clases se me hicieron eternas, intenté no pensar en eso pero se me hizo inevitable, mi padre me recogió del instituto y fuimos directamente al hospital. El camino fue silencioso, sabíamos lo que íbamos a hacer.

Cuando llegamos y entramos al hospital una horrible presión en el pecho apareció, no estaba realmente preparado, quería darme la vuelta y salir corriendo;

Papá me cogió por el hombro a modo de abrazo se veía que el tampoco estaba preparado.

Entramos a la habitación de Sara, estaba dormida, tan tranquila, los médicos nos dejaron solos para poder despedirnos tranquilamente, antes ya se habían despedido Mark, los padres de Mark, Laura, algunos amigos del equipo, Nina, dos amigas suyas y el entrenador, solo faltabamos nosotros dos.

-No nos podemos aferrar a ella, es mejor para ella, para ti y para mí Dani-me tranquilizó mi padre, lágrimas salían de los ojos de ambos.

-Adios pequeña, me has hecho reír, enfadar, gritar, deseperarme, me has enseñado lo que es la paciencia, cuando te fui a ver al hospital eras una pequeña bebé que mamá tenía en brazos, tenía miedo a cogerte en brazos por qué sentía que te dejaría caer, que eras una niña muy frágil para alguien tan bruto como yo, estos años han sido los mejores de mi vida, que sepas que cada vez que miré al cielo sabré que la estrella que más brille serás tú-terminé llorando. Papá me abrazó y luego se despidió él.

-Mi pequeña princesita, te quiero tanto, siento haberte fallado y no haber estado siempre a tu lado, eres lo mejor que me has pasado junto a tus hermanos, nunca pensé que tendría que imaginar una vida sin tí, sin la luz de mi vida, nazistes en unos tiempos difíciles e ilumínastes todo, siempre te querré y algún día te cuidaré otra vez, siempre te querré y cuídaré desde donde estes peque-termino.

Llegó el momento, el momento de desenchufarla, los médicos no preguntaron si de verdad estábamos seguros nosotros nos limitamos a asentir.

-Es mejor para ella, es muy pequeña- nos tranquilizó el médico-De todas formas hay posibilidades de que cuando la desenchufemos despierte, hemos tenido casos mucho peores que el de ella y han despertado así que no hay que perder la esperanza-nos dijó el médico dándonos esperanzas.

En realidad una parte de mi sabe que no despertará y otra parte de mi tiene esperanzas de que despertará que cancelaremos todo el funeral y todo irá bien.

El médico la desenchufó, pasaron 2,3,5,10 minutos, no despertó, está muerta, mi enana está muerta.

-Los siento, mis más sinceros pésames -nos dió el médico.

-Gracias-dijo mi padre con la voz quebrada.

Ahora solo estamos mi padre y yo contra todo lo que venga, intentaré ser fuerte por Sara, hasta decir su nombre me duele.

Salimos del hospital camino a casa, cuando llegamos ninguno dijo nada, Sandra y London supusieron la decisión que tomamos.

Sandra abrazó a papá, London intento abrazarme a mí pero yo me escape, solo quería estar solo, pasé por la habitación de Sara, la puerta estaba un poco abierta.

Entré a su habitación, tome una foto en la que estamos toda la familia en el hospital cuando nació Sara.

Mamá tenía en brazos a Sara, yo está en un lado y Ornella en otro, papá está acariciando la cabeza a mamá y mirando a Sara, todos estamos sonriendo, cogí el cuadro y me lo llevé a mí habitación, cuando salí de la habitación cerré la puerta tras ella, desde abajo se oían llantos yo le limité a irme a mí habitación.

Escribí a Mark y Laura.

Dani: Está muerta.
Mark: Voy para tu casa.
Dani:No, necesito estar solo.
Mark:mañana sin falta voy, no vas a impedirmelo y que sepas que estoy aquí para lo que necesite vale.
Dani:lo se Mark, gracias tío.
Mark:para eso estamos.
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Dani:Está muerta Capi.
Laura:Amor voy para tu casa.
Dani:No, necesito estar solo.
Laura:Me tienes para lo que necesites Capi.
Dani:nunca te vayas de mi lado, Capi.
Laura:Te lo prometo, jamás me iré.

Después me intenté dormir aunque eran las 19:00, no puedo más, necesito a mi madre.

Me levanté decidido, cogí las llaves del coche y salí sin decir nada, conduje hasta el cementerio y por fin llegue a su tumba; me arodille y lágrimas salieron de mis ojos rápidamente las limpié. Llevaba sin ir a su tumba desde el entierro, no he tenido nunca la valentía para ir.

-Mamá...te necesito-sollozé.

-No puedo ser fuerte mamá, no puedo, te necesito-sollozé.

Anocheció, ya eran las 22:00 y seguí ahí, viendo la tumba de mi madre, pronto al lado estaría la de Sara, no contesté a mi teléfono durante 3 horas, estaba en un momento de madre hijo.

-Sabes mamá, te dije que no tendría novia sería nunca, que jamás me casaría ni tendría hijos-le conté.-Pues estoy saliendo con Laura, la hija de Juan y Miriam, me hace muy feliz-seguí de cierto modo sentí que me estaba escuchando de algún modo y me reconfortaba.

-Te quiero y te hecho de menos mamá-terminé.

Me acerqué a la tumba y le di un beso y me volví a romper.

No pensé que esto sería tan difícil.

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