Jeon jungkook, que vivió toda su vida pensando ser un simple humano y no creyendo en lo sobrenatural, descubre en su cumpleaños número dieciocho que es un hada cuando sus poderes de control sobre el agua se manifiestan de la manera más inesperada.
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En el mundo humano:
Jungkook sonreía a sus padres ampliamente, pero aunque intentaba disimular, se le escapaba un destello de tristeza en aquella sonrisa.
Estaba por marcharse a un lugar completamente desconocido para él, ya en el aeropuerto, nervioso y asustado, sosteniendo fuertemente su equipaje y teniendo la sensación de que el pánico lo haría salir huyendo de su destino.
- Tú sabes que te enviamos a ese lugar porque es lo mejor para ti, ¿cierto? - preguntó su madre, mirándolo dudosa.
Pero Jungkook no podía entender, cómo en la cabeza de sus padres estaba la idea de que, en una situación como esa lo mejor para él era estar lejos de sus padres por un tiempo indefinido.
No iba a tener el apoyo que quería de ellos, y eso lo hacía sentir mal.
Pero no iba a decirles, porque no tenía caso.
Y si lo pensaba, tal vez irse al final no fuera tan malo.
Porque no tiene personas a las que puede considerar amigos realmente y sus padres no lo comprenden. Por lo que sólo quizás el mundo de las hadas era el lugar para él, un nuevo y fresco comienzo.
