Enfrentando Miedos

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Refugio a las afueras de Konoha, una semana después...

- ¡Detente Kawaki! ¡Esto no les servirá a ninguno de los dos!

Naruto intentaba desesperadamente detener a su protegido, a quien habían dado de alta -por así llamarle- cuatro días antes. Tan pronto como salió del laboratorio de Katasuke se había enterado por Sumire que Itachi había sido llevado en compañía de Tsunade al lugar en que se encontraban en ese momento. Apretó los puños con fuerza bajando la mirada cuando el Séptimo lo detuvo de ingresar en la guarida de Orochimaru. Necesitaba ver a Itachi al menos un momento, aunque sinceramente no comprendía el motivo. Aquel hombre ciertamente no era Sarada; mucho menos su padre Sasuke. Sin embargo, por alguna razón que aun intentaba comprender no podía desconfiar de él. Naruto giró el cuerpo del pelinegro hacia él y lo abrazó con fuerza contra su pecho, tal cual lo hiciera al poco tiempo de aceptarlo como su huésped y estudiante. Y Kawaki finalmente se entregó a esa cálida muestra de afecto. Jamás había podido negarse y esta no sería la excepción. Tal vez su relación con Boruto tuviera ciertas diferencias que limar aun, pero con el Séptimo todo era absolutamente diferente. Naruto era para él lo que Jigen jamás podría siquiera imaginar. La figura paterna que le hiciera falta desde que tuvo uso de razón. Y era consciente además que el rubio ya no sería el único que estaría allí cuando lo necesitara. Su familia y amigos le apoyaban incondicionalmente también. Tanto que Boruto, Sarada y Mitsuki lo habían recibido con los brazos abiertos como un miembro más del Equipo 7. Alzó la mirada al mayor en el preciso instante en que un hombre de curiosa apariencia, piel pálida, cabello lacio y negro y ojos verdes serpentinos salía de aquel lugar. Uzumaki se separó de Kawaki solo para poder observar más fijamente a Orochimaru antes de preguntar por el estado de Itachi. A lo que, lejos de recurrir a su acostumbrada ironía, el Sannin respondió:

- ¿Realmente crees a un prodigio Uchiha capaz de morir tan fácilmente? Considerando que posee el mismo dōjutsu que su hermano menor ahora...

Suspiró y señaló que habían logrado sanar en gran parte sus heridas. Y que quien había sugerido trasladarlo allí había tomado una sabia decisión, no solo por la ubicación de esa guarida, sino porque el sujeto que había estado a cargo de su cuidado al parecer desconocía por completo la naturaleza de un Sharingan. Se preguntó finalmente y esta vez sí con un dejo de sarcasmo si ese sujeto sabía siquiera qué era un Sharingan. Kawaki observó seriamente al Sannin, señalando que Katasuke y Amado desconocían tanto del dōjutsu Uchiha como los propios hermanos -o al menos Itachi- acerca del Karma. En este último caso de hecho, él jamás le había mostrado al hermano mayor de Sasuke como funcionaba o de qué se trataba realmente la marca en su mano. Se quedaron en silencio, hasta que finalmente Orochimaru les pidió que lo acompañaran al interior de la guarida, advirtiéndoles (especialmente a Kawaki) que no se alarmaran al ver a su asistente, a quien Boruto, Sarada y Konohamaru habían conocido en una ocasión. El Séptimo imaginó que, si era remotamente similar en naturaleza a Mitsuki, e incluso a Juugo, debía tratarse de uno de los sujetos experimentales del Sannin. No esperaba sin embargo la 'sorpresa' con la que se encontraría.

Minutos después...

- Nanadaime-sama, bienvenido... -saludó con su acostumbrada calma y amabilidad el hombre de aspecto imponente, cabellos anaranjados y ojos gris-violáceos. Estos últimos luego recayeron en el hombre que acompañaba a Naruto e, inclinándose nuevamente, agregó sin borrar la expresión en su rostro -Tú debes ser Kawaki, ¿verdad? Es un placer; puedes llamarme Jugo, muchacho...

El pelinegro aceptó la mano ofrecida y la estrechó brevemente como único saludo. Como era su costumbre y a diferencia de Suigetsu y Karin, el hombre de cabello naranja no comentó nada al respecto sino que en cambio volvió la mirada al Sannin. Al cabo de breves segundos, les explicó que Itachi ya había despertado, pero que se encontraba demasiado débil aun y tan solo había bebido una taza de té medicinal. Sin poder evitar la curiosidad y recordando lo que mencionara Orochimaru momentos antes, Kawaki preguntó por la persona que estaba asistiéndolo en ese momento, señalando que, aunque no era la palabra exacta utilizada por el Sannin, Orochimaru les había mencionado que era alguien cuanto menos peculiar. Jugo sonrió señalando sin ánimos siquiera de sonar irónico que en cierto modo todos allí lo eran. No obstante el muchacho que estaba atendiendo al Uchiha probablemente les recordaría a alguien sumamente familiar, excepto que lucía más adulto. Extendió su brazo invitándolos a acompañarlo al sector donde se encontraba Itachi y, al ingresar, efectivamente un par de ojos azules y otro gris-azulado se abrieron enormemente al descubrir el motivo de la advertencia del Sannin. De pie controlando los signos vitales del shinobi pelinegro se encontraba algo así como una versión más madura de Mitsuki. Al saberse observado, este detuvo momentáneamente su trabajo y volvió la mirada de soslayo a los tres hombres acompañando a Orochimaru. Inclinó su cabeza a modo de saludo antes de disculparse, señalando que no debía abandonar su trabajo.

Pacto de Honor y SangreΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα