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- Cuéntales, la realidad reinita. Que en realidad eres...- Uma comenzó a hablar pero fue interrumpida por Mal.
- No hay tiempo para esto, tenemos que salvar Auradon.- exclamó molesta y todos asentimos de acuerdo.
- ¿Chico?- llamó Carlos al perro.- ¿En serio?- preguntó una vez más viendo como el perro lamia los dedos de un sujeto.
- ¿Qué? Yo no fui.- se defendió rápidamente.
- ¿Sabes que fue lo que paso?- preguntó Carlos.
- Si, Audrey apareció y puso a todos a dormir y convirtió a algunos en...- comenzó a explicar lo que pasó per fue interrumpido por Evie.
- Chicos. Hannah es de piedra.- dijo señalando a una estatua y nos acercamos a ella.
- Bueno, estén todos alerta.- avisó Jay.
- Ya estamos aquí. Quizá en la escuela.- dijo Uma.
- No.- detuvo Mal.- Audrey fue directo a la corona, entonces me parece que ahora ira por Ben y su castillo allá, debemos ir.
- ¿Quién lo dice?- preguntó Uma retándola.
- Lo dice Mal.- se defendió la peli morada.
- ¿Y eso debe significar algo para mí?- preguntó Uma.
- Chicas.- llamó Evie intentando tranquilizarlas.
- Al castillo.- ordenó Mal y todos la seguimos.
Cuando llegamos al castillo, no encontrábamos a Ben por ningún lado.
- Podría estar dormido en cualquier lado.- dijo Mal.
- O es una roca.- dijo Celia obvia provocando que Evie le tapara la boca con su mano.
- Tengo su olor, una colonia fuerte, fácil de rastrear.- dijo Chico.- ¡Síganme todos!
- Genial chico.- felicitó Jay.
- Y además soy muy cariñoso.- volvió a hablar el perro.
- ¿De verdad?- pregunto Gil sorprendido.- Nunca he tenido una mascota, excepto por la cabeza de ciervo en el cuarto de papá, pero eso es...
- Esperen.- nos detuvo Uma señalando una pared que estaba arañada.- ¿Qué es esto?
- Creo que Benjamin no está dormido ni es una roca.- dije preocupada y todos me vieron sin entender.- SU padre fue una bestia.- dije obvia.
- O quizá esto ya estaba así.- dijo Carlos intentando ser positivo.
- Bien, síganme.- habló Chico para después correr.
Chico nos guío por un pasillo hasta dar con la sala de duelo, revisamos por todos lados pero no había nada ni nadie.
- ¿Así que rastreas, abrazas y hablas?- pregunto Gil acariciando al perro.- ¿Hey, crees que podrán hablar también sus cachorritos?- se dirigió a Carlos.
