Capítulo 1: "Nuevo comienzo"

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Una vez que me enjuagué y lavé bien todo mi cuerpo, pasé la toalla por cada lugar, asegurándome de haber secado bien cada zona, una vez que lo logré, me vestí con la ropa que había elegido previamente, me miré en el pequeño espejo del baño y me peiné el cabello lo suficiente para no parecer una desquiciada, salí de allí, me dirigí a mi habitación y tomé el gran maletín en el que guardé todas mis pertenencias y ropa necesaria para mi estancia en la universidad, revisé todo por última vez, cerciorándome de que nada importante se me quedara en casa. Caí en cuenta varias veces de que me faltaban accesorios, a lo que procedí a guardarlos, por lo que me quedé pensando durante varios minutos sobre si esta vez ya tenía todo listo.

Sonó el pitido de un carro. Eran Connie y Sasha que venían a recogerme. Miré la hora y maldije para mis adentros, me quedé más tiempo del necesario organizando todo lo requerido que había olvidado tomar mi desayuno. Cerré el cierre del bolso y lo cargué en ambos hombros, se sentía bastante pesado, pero no le di mayor importancia y salí corriendo escaleras abajo.

—¡Hola, cariño! Se me había olvidado de que justo hoy te vas a la universidad —dijo mi madre entusiasmada.

—Sí —le di un tierno abrazo—. Estoy apurada.

Tomé lo primero que encontré en la nevera, un yogurt de fresa con frutas picadas dentro de él. Estaba con la mente en otro mundo que olvidé por completo que también debía comer algo durante el trayecto. Miré por todos lados algo ligero hasta que encontré en la mesa que el empaque del pan estaba abierto, aproveché rápidamente y tomé dos pedazos.

—¿Por qué tan apurada? Debes desayunar debidamente —dijo preocupada.

—Lo siento, no puedo, Connie y Sasha me están esperando afuera —los pitidos eran más intensos esta vez—. Hasta luego, te amo —la volví a abrazar.

—Espera, cariño, tu papá no se ha despedido de ti.

No le tomé mayor importancia y salí corriendo con las llaves en mi mano derecha, el yogurt en la izquierda y ambos panes en mi boca tratando de que los movimientos de mi mandíbula no fuesen bruscos, abrí la puerta y luego la cerré a mi paso echándole doble seguro, guardé estas en el bolsillo de mi pantalón y corrí hacia el carro de mis amigos que me esperaban ansiosamente. Connie estaba al frente del volante mientras que Sasha estaba en el copiloto. Abrí la maletera, me quité el pesado bolso que posaba en mis hombros y lo tiré ahí sin haber medido la fuerza, creí que me regañarían, pero no lo hicieron. Cerré la puerta y me senté en los asientos de la parte trasera. Connie arrancó el auto al mismo instante en que me acomodé.

—Nuestra amiga nunca cambia, siempre llegando tarde —dijo Connie mencionando mi nombre mientras que Sasha se rio.

—¿Quieres? —dijo Sasha ofreciéndome de su comida.

Debí imaginarlo, Sasha siempre traía comida sin falta, sin embargo, por el poco tiempo que tenía no pensé claramente.

—Ufff, eso ni se pregunta —dije y esta me ofreció una enorme galleta con chispas de chocolate.

Le di un gran mordisco a esta y no pude evitar emitir un leve sonido de satisfacción, no había nadie mejor que la señora Blouse en cuanto a comida casera se trata, sin duda alguna con esos grandes dotes culinarios que tiene y que le enseñó a su hija, para Sasha no será tan difícil la carrera de gastronomía.

—Deliciosa, ¿no? La hice yo —dijo orgullosa de sí misma.

—¿Es en serio? —dije sorprendida.

Sasha sin duda alguna ya era toda una experta en culinaria, pero no podía creer que ya estuviera al nivel de su madre, recordaba que aunque todo le quedara delicioso, le faltaba ese no sé qué que la señora Blouse le daba a todas sus comidas. Era increíble que en tan poco tiempo haya perfeccionado sus técnicas.

—¿Ves? Lo mismo le dije, sin duda alguna será una gran chef —dijo Connie dándole una palmadita en la espalda.

—Ay chicos, no es para tanto —se sonrojó—. Bueno sí, lo es —rio y no pude evitar sonreír, estaba sumamente feliz de los logros de mis amigos.

Terminé de comer la galleta, junto con los panes y el yogurt que había sacado de la cocina, siempre tratando de no ensuciar el tapete del piso del carro de Connie.

Fue un paseo largo, durante ese tiempo Sasha y Connie colocaron música country y se la pasaron cantando desafinado todo el rato y haciendo poses raras en sus asientos, no les importaba si todo lo que hacían era raro o daba vergüenza ajena, ellos eran felices siendo como eran, la amistad que estos dos tenían era demasiado pura y bella, me sentía un tanto celosa porque nunca me he sentido tan parte de algo, ni siquiera con ellos, aunque fueran mis mejores amigos. No me sentía lo suficientemente confiada como para alocarme con ellos, ni con nadie.

Después de dos largas horas de locuras por parte de ellos, ambos se calmaron y empezaron a hablar de todo lo que harían en la universidad, incluso me insistían en ir con ellos a las fiestas que se llegaran a dar siendo invitados, yo dudé demasiado, incluso no me apetecía hacer parte de alguna fraternidad ni involucrarme socialmente con muchas personas, con solo tener a Connie, Sasha y algún que otro nuevo amigo, me bastaba.

—¡Ay, vamos! No te vas a poder quedar así de amargada toda tu vida, ¿o sí? —preguntó Sasha algo molesta conmigo, no le respondí— ¡Oye! Todos los años que hemos estado juntos no te hemos visto feliz, es decir, ¿no crees que deberías intentar nuevas cosas? ¿Salir de tu zona de confort?

—Sasha tiene razón, la preparatoria fue una época bastante alocada —rio recordando todas las borracheras y drogadas que experimentó en varias fiestas—, y la verdad es que nunca te hemos visto en ese modo. No digo que tires por la borda toda tu vida en sexo, drogas, alcohol y todas esas mierdas, pero todavía somos jóvenes, debemos vivir el momento al máximo mientras podamos.

Cuando Connie dijo esto Sasha empezó a mecerse de adelante hacia atrás en su asiento y a decir en voz alta la palabra fiesta. No tuve más opción que responderles.

—Está bien, lo pensaré. Igual no creo que nos inviten tan fácilmente a las fiestas de fraternidad —dije escéptica.

—¿Qué? ¿Estás loca? ¿Acaso no sabes de quién eres amiga? —dijo Connie mostrándose indignado, pero solo lo hacía para molestarme— ¡Somos los que siempre animan las fiestas! —dijo emitiendo un gran grito en la última palabra, Sasha gritó animada al unísono.

Volvió a prender la radio, poniendo la música a todo volumen, esta vez era electrónica y los movimientos de ambos eran al ritmo de las vibraciones del carro, se encontraban más alocados que la otra vez que se pusieron a bailar country, no pude evitar reírme por las estupideces que siempre hacían.

Me quedé durante un tiempo pensando, claramente tenían razón, siempre me quejo de que mi vida no trae emoción alguna, sobre que la monotonía me consume. Pensé en la infinidad de posibilidades que tenía a la palma de mi mano, podía experimentar con algún chico por primera vez o incluso emborracharme y drogarme por primera vez, obviamente todo controlado, no podía darme el lujo de hacer todo así como así. Eran tantas las opciones para vivir el momento y sin embargo yo seguía cerrándome a las posibilidades pensando en las consecuencias que esto podría traer.

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Espero hayan disfrutado este primer capítulo uwu

No lo mires a él. (Levi x Lectora x Eren)Where stories live. Discover now