𝙳𝚒𝚎𝚌𝚒𝚜𝚎𝚒𝚜𝚊𝚟𝚘 𝚌𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘

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Clint

Peter le estuvo echando el mal de ojo a Pietro por el resto de la tarde.

Obviamente, su odio hacia los ratones va más al extremo de lo que me había imaginado.

Pietro todavía no me ha delatado como su cómplice, pero me tiene aguantando la respiración. De cualquier forma, cuidare mis espaldas.

Después de que todos se van, Pietro quiere tener algunas cosas hechas en su casa antes de ir a la mía. Cooper y Lila se quieren quedar con él, así que me imaginé que estaría solo por un rato. No me esperaba que Luna quisiera irse conmigo.

Por supuesto, Pietro dice que está bien, y definitivamente no me importa, así que los dos nos dirigimos a mi casa.

— Tu mamá me dijo que ustedes platicaron hace un rato... acerca de tu padre biológico.

Ojalá Pietro me hubiera dicho de lo que hablaron hace rato. Esto me pone nervioso.

Luna arruga su nariz.

— Él no es mi papá. Él no me quiso.

Su voz es triste, pero se encoge de hombros como si no fuese la gran cosa.

Aparco el coche a un lado.

— Hey. — digo suavemente, atrayendo su mirada hacia mí. — Él no te conoció. Si lo hubiera hecho, no habría manera de que él hubiera podido apartarse. A mi entender y parecer, él se lo pierde y yo me lo gano.

— ¿Tú quieres ser mi papá? — pregunta como si no pudiera creérselo.

— Si, puedo hablar con tu mamá sobre ello. — contesto. — ¿Eso está bien para ti?

Sus ojos se iluminan.

— ¡Sí!

Entonces empieza a divagar emocionadísimo.

— ¿Podemos ir a pescar? Mamá intentó llevarme, pero él atrapó una anguila y brincó fuera del bote. Pá dijo que asustó a todos los peces. Fue divertido.

Suelto una risita.

— Estaré feliz de llevarte a pescar, pero por ahora lo mejor será que lleguemos a casa antes de que tu mamá esté ahí. Pensará que te secuestré.

— ¿Puedo conducir? — pregunta.

— Pregúntame de nuevo cuando puedas alcanzar los pedales. — me comprometo.

Luna sonríe.

— Tenía que preguntar. Mamá hubiera dicho que no.

Si soy lo suficientemente afortunado para ser su padre, sé que me deberé mantener con pies de plomo. La chica es demasiado lista para su propio bien, pero no lo habría querido de otra forma.

Llegamos antes que Pietro, así que Luna tiene la idea de que deberíamos hornear algo para cuando ellos lleguen. Afortunadamente, tengo una de esas mezclas de galletas de chocolate listas para hornear en la nevera. El producto final nos hace parecer como chefs gourmet. Mientras Pietro no encuentre el papel de envoltura, no notará la diferencia.

— Cariño, estamos en casa. — canturrea Cooper mientras caminan dentro de la casa.

Pietro está sosteniendo a Lila, quien inhala profundamente.

— Huelo galletas.

Sonrío y beso a mis dos omegas.

— Luna y yo hemos estado esclavizándonos en la cocina toda la noche para hacerles estas a ustedes, chicos.

Pietro Maximoff: SecuestradorWhere stories live. Discover now