Pietro Maximoff: Secuestrador

𝚀𝚞𝚒𝚗𝚌𝚎𝚊𝚟𝚘 𝚌𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘

¿Quién está preparada para saber quién es el padre biológico de Luna? :0
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Pietro

Estoy listo para esto. Estoy listo para saber quién es el padre biológico de mi hijo. Estoy listo para averiguar por qué me abandonó por todos estos años. Estoy listo para la conclusión, listo para avanzar, y estoy listo para patearle el trasero.

Wanda está esperando afuera de mi casa cuando aparcamos.

— Instalé una sala de interrogación en el sótano de Logan porque es más oscuro. Habría usado el tuyo, pero no había un cuarto. ¿Una alberca de pelotas? ¿En serio, Pietro?

— Te dejaré jugar ahí más tarde — prometo.

— Oh, lo sé. — sonríe. — La siguiente cena familiar es en tu casa. — avanza hacia la casa de Logan. — ¿Listo para conocer al papi de tu bebé?

Por supuesto que lo estoy.

— No.

De acuerdo, tal vez no lo estoy. Clint toma mi mano y le da un ligero apretón.

— Al menos no es mal parecido. — dice Wanda en un intento por hacerme sentir mejor. Me hace sonreír, pero tiene el efecto opuesto en Clint. — Por supuesto, no es ni de cerca tan atractivo como Clint. — añade para divertirlo.

La anticipación me está matando. Lo seguimos hasta el interior de la casa y bajamos al sótano. El cuarto está casi completamente a oscuras con nada más una lámpara sosteniéndose sobre la mesa. Están llevando esto del rollo del interrogatorio a los extremos.

Veo alrededor de Logan, al culpable amordazado y atado a una silla.

Viéndome de vuelta está un rostro que no había visto en estos siete años.

Peter está parado detrás de él, golpeando la macana de Logan contra su mano.

— Atrapamos a este chico malo rastreando alrededor del exterior de tu casa. No fue tan rudo cuando arrastré y pateé su trasero. — pule sus uñas en su playera. — Solamente otra cosa que aprendí en rehabilitación.

— James — gruño. — ¿Qué diablos? Fui bueno con tu horripilante trasero. ¿Cómo pudiste hacerme eso a mí?

Wanda jala la mordaza fuera de su boca. — Él te hizo una pregunta.

Me lanza una mirada.

— ¿Qué? — sisea. — No es como si te hubiera lastimado o algo. Te merecías lo peor.

Veo rojo. Quiero golpearlo demasiado, pero sé que solo me va a lastimar mi maldita mano.

Sintiendo mi dilema, Clint gentilmente me mueve hacia un lado.

— Permíteme.

Juro que escucho un hueso romperse cuando lo golpea.

— Aquí, Mariquita. — dice Peter, ofreciéndome la macana. — Dale con el palo.

— ¿Crees que dejarlo embarazado no es lastimarlo? — grita Clint, listo para golpearlo otra vez.

— ¿De qué diablos estás hablando? — James contesta enojado. — No lo dejé embarazado.

¿Qué? Jalo a Clint para atrás.

— Pero, la máscara...

— Solía estar obsesionado contigo. La tomé la noche en que la dejaste caer en ese jodido baile aburridísimo. Estabas demasiado ocupado para darte cuenta. — se burla.