𝚂é𝚙𝚝𝚒𝚖𝚘 𝚌𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘

1.7K 194 69
                                    


Clint

Cuando aparco en casa de Pietro a la mañana siguiente, él y su hermano están parados en el patio de adelante con sus brazos cruzados mientras tienen su atención pegada en la casa que está cruzando la calle. Cooper y Lila entran por su cuenta, así que camino y me paro junto a Pietro.

— ¿Qué estamos mirando?

Las palabras apenas han salido de mi boca cuando Jessica sale de su casa con sus sábanas en la mano. Las arroja furiosamente en un bote de basura y les prende fuego antes de gritar y regresar adentro.

— Ha estado con eso toda la mañana. — dice Pietro. — Aparentemente no sabe cómo usar una lavadora, porque eso quita el polvo pica-pica.

— ¿Cómo que eso hace que se antojen unos s'more, no? — (1) dice Peter. — Iré por los malvaviscos. — Se da la vuelta y entra.

Jessica sale de nuevo con el brazo lleno de ropa. Grita de nuevo y los arroja al cesto, haciendo que las flamas se hagan más altas.

— ¿Quiero saber? — pregunto.

— Idea de Peter. Jessica nos echó a la policía, así que entramos a su casa y rociamos sus cosas con polvos pica-pica — explica Pietro despreocupadamente.

Asiento. Sabía que tenía que ser algo como eso. Es aterrador cómo las cosas que él hace empiezan a tener sentido para mí.

— Mamá accedió a cuidar a los niños esta noche. Ella y papá quieren llevarlos al Chuck E. Cheese's. — (2)

— Mierda. — esa no es la reacción que estaba esperando. Pietro se gira rápidamente hacia mí. — Viene para acá.

Eso me hace sentir un poquito mejor.

— ¡Esto es un ultraje! — grita Jessica mientras se acerca. Su cara tiene tres tonalidades de rojo.

— Lo sé. — contesta Pietro, sonando completamente escandalizado. — ¡No puedo creer que hayas besado a mi hermanito omega!

Peter escoge ese momento para aparecer con una bolsa de malvaviscos y un gancho para la ropa.

— Hey, Labios Candentes.

— Yo... él... — balbucea Jessica. Entonces grita otra vez y se regresa a su casa.

Pietro suspira.

— Amo este vecindario.

No puedo evitarlo, pero miro boquiabierto a Peter.

— ¿Besaste a Jessica?

Se encoge de hombros.

— Tienes que hacer lo que tienes que hacer. Y no planeo hacer repeticiones instantáneas tampoco. No importa lo que ella diga, yo creo que se corrió. — Peter se estremece ante la idea.

— Más te vale no volverte un omega rarito. De otra manera, habrá un montón de alfas enojados en este pueblo. — advierte Pietro.

— No puedo creer que dejo a mis niños con ustedes, gente — los molesto. — Mamá vendrá a recogerlos a las cuatro. Yo vendré por ti a las cinco.

Cruza sus brazos encima de su pecho.

— ¿A dónde vamos?

— A una cita. Que tengas un buen día.

Le beso en la nariz y me alejo, sonriendo cuando lo escucho resoplar de molestia detrás de mí.

Cuando llego a la oficina, encuentro a Natasha en el vestíbulo con sus pies apoyados en el escritorio y con un libro en sus manos. Está tan concentrada que ni siquiera se da cuenta de que entro. Eso es muy anti-Natasha.

Pietro Maximoff: SecuestradorWhere stories live. Discover now