I wish I could - Ojalá pudiera

Capítulo II

La cara de Midoriya se puso completamente roja y comenzó a evadir la mirada de la castaña mirando hacia otros lados.

- Deku-kun, descuida - lo tomó de las manos y prosiguió - sabes que puedes confiar en mí, pase lo que pase te apoyaré.

El chico se tranquilizó, cosa que no había hecho desde la noche pasada.

- Gracias Uraraka-san, lo aprecio - le tomó las manos - de hecho si hay algo... Pero es un poco vergonzoso...
- Izuku, no te voy a juzgar.
- Anoche estaba entrenando con Kacchan y no podía parar de mirarlo, mi corazón se aceleró y sentí algo en el estómago - se apartó y puso sus manos en su rostro - lo busqué en Internet y decía que era amor, pero no puede ser, ¿o si?
- Si puede ser, creo que es un poco obvio...
- ¿Eh? ¿Tanto así? - suspiró y miro al cielo - siempre lo he admirado, desde que éramos niños, él es una persona asombrosa y sé que será un gran héroe. - dijo mientras la castaña observaba como un ligero brillo comenzó a iluminar esos ojos esmeralda. - Él es una persona muy buena a pesar de su explosiva manera de ser.
- ¿Sabes? Creo que te enamoraste hace mucho de él. - Midoriya la miró asustado mientras ella sonreía de una manera muy amigable y miró al cielo. - ¿Cuándo empezaste a verlo de esa manera?
- Hmm... Desde que lo conocí me pareció fascinante su forma de ser, él tenía todo lo que yo no tenía y me pareció asombroso.
- Entonces fue amor a primera vista, ¿no crees?

El peliverde, quien no conocía nada sobre sentimientos o relaciones, se escondió entre sus brazos mientras caía en cuenta de que quizá amaba a Bakugo desde su infancia, aunque le costaba creerlo, no era algo imposible.

- ¿Qué debería hacer? Desde que soy consciente de lo que siento me es difícil concentrarme y con esto no puedo mirarlo otra vez a la cara.
- Tranquilo, yo tampoco sé mucho sobre esto, pero algo que sí sé es que tienes decirle.
- ¿Y arriesgarme a que me deje de hablar y me odie otra vez? No hay manera de que sienta lo mismo que yo... - El peliverde se relajaría un poco, una leve tristeza lo invadió - Alguien tan increíble como él jamás se fijaría en alguien como yo...
- Eso no puedes saberlo, si algo me has enseñado es que siempre hay una manera para que todo salga bien. Sólo debes confiar en ti mismo.
- Si, pero... No creo que sea tan fácil, no creo poder soportar su rechazo. - miro su teléfono y faltaban cinco minutos para su entrenamiento con el rubio - Uraraka-san, me tengo que ir, debo ir a entrenar con Kacchan. - tomó sus cosas y salió corriendo.
- ¡Actúa como siempre! - gritó la chica.

Izuku llegó rápidamente hacia la zona de entrenamiento, donde el rubio ya estaba calentando.

- Llegas tarde, inútil. - digo sin voltear a verlo.
- ¡Perdón! ¡No volverá a pasar! Me quedé platicando un poco con Uraraka.
- Lo sé, los vi, vayamos a entrenar, ¡tu vida no me importa!
- Oh, lo siento.

<< Kacchan suena un poco desanimado, ¿le habrá pasado algo? >>

Iniciaron el entrenamiento y las explosiones de Bakugo eran intensas y agresivas, al menos, más de lo normal.

- Eres un debilucho, te gané fácilmente.

Tomó sus cosas y se fue directamente a los dormitorios dejando al pecoso en la zona de entrenamiento, normalmente dejaría que Izuku lo siguiera, pero esta vez sólo quería alejarse de él lo más rápido posible.

<< ¡¿Por qué estoy tan enojado de haberlos visto tomados de las manos?! >>

Llegó a los dormitorios y para su sorpresa Kirishima, Denki y Mina estaban sentados en la sala.

- ¡Oye! ¡Bakugo! Ven con nosotros un rato - gritó el pelirrojo desde su asiento.
- No, muérete de una puta vez. - respondió el rubio más irritado que de costumbre.
- Me parece que algo le pasó a Kacchan - dijo Denki mientras miraba con complicidad a Mina
- ¿Qué tratas de insinuar? Maldita rata eléctrica - dijo mientras se acercaba con una mirada amenazante
- Kirishima, ¡ayúdame! ¡Kacchan me va a matar antes de haber estado con una chica! - gritó Denki
- Oye, Bakugo, tranquilo, lo que pasa es que estamos ligeramente preocupados por ti, hoy has estado más enojado de lo normal y no te ves nada bien. - dijo Mina notablemente preocupada.
- ¡A ustedes que les importa! Métanse en sus propios asuntos. - siguió caminando hacia su cuarto.
- Tiene que ver con Midoriya, ¿no? - dijo Kaminari provocando que se detuviera al escuchar ese nombre.