Distancia garantizada (II)

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--- Lunes ---

20 de enero - El primer día

Al día siguiente, Kara se despertó de un sueño inquieto.

Había dado vueltas y vueltas toda la noche en la cama en vano, con demasiadas cosas en la cabeza, todas las cuales giraban en torno a un denominador común ...

Alex.

La kryptoniana recurrió a dar vueltas por todo el planeta, lo que resultó exitoso hasta cierto punto, ya que cuando llegó a casa, el cansancio la alcanzó rápidamente, dejándola dormida durante la siguiente hora más o menos.

Cuando sus ojos se abrieron, entrecerrando los ojos para reajustarse a la luz del día, pudo sentir los efectos de las cien vueltas por el dolor inusual en su cuerpo. Se enorgullecía de su resistencia, ya que Kal-El ni siquiera podía acercarse a rivalizar con ella en ese departamento, pero cien vueltas a gran velocidad alrededor de la Tierra podrían afectar a cualquier especie, incluido un kryptoniano.

Pero el daño físico en su cuerpo no era nada comparado con las fuertes emociones que sentía arremolinándose en su mente.

El regreso de la conciencia de Alex y la posterior exhibición tomaron a Kara por sorpresa, abrumándola hasta tal punto que no pudo procesar por completo lo que su distancia ahora significaba para sus vidas en el futuro.

No sería capaz de ver a Alex en absoluto, al menos hasta que se recuperara del Fizz, pero según la expresión de Lena ayer, Kara sabía que una pronta recuperación de su hermana no estaba sobre la mesa pronto.

Suspirando en sus sábanas, comprobó la hora y notó que ya era mediodía.

Agarró su teléfono con fuerza en su mano, deseando que sonara.

¿Quizás debería llamar de nuevo? Kara pensó pero luego negó con la cabeza; El tono de su madre esta mañana rozaba la tolerancia y la reprimenda, ya que Eliza (y Lena para el caso) reiteró que serían ellos quienes llamarían para una actualización, no al revés.

Sin embargo, escucharlos era más fácil de decir que de hacer.

Todo en su cuerpo le decía que averiguara todo lo que pudiera sobre la condición de Alex y tratara de aliviar el dolor, pero el quid de su situación era que no podía porque ella era la raíz de todo.

Y eso hizo que todo se sintiera peor de lo que ya era.

--- Viernes por la tarde ---

24 de enero - La primera semana

Finalmente llegó el final de la semana laboral y Kara se hundió en el sofá tan pronto como entró en su apartamento.

Todo está (no) bienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora