Murderer [JaeYong, DoWoo]

1

—Bien, señor Kim. Podría contarme lo que sucedió desde la llegada de Jaehyun y Taeyong a a su casa?

—Cuando ellos llegaron a mi casa eran las una de la mañana y un par de minutos más. Les ofrecí galletas y té. Jaehyun se retiró al baño, mientras Taeyong me contaba que tenía un mal presentimiento. Luego de comer y hablar un rato ambos se fueron en direcciones opuestas, Taeyong a su casa y Jaehyun en dirección contraria. Mientras recogía las tazas escuché un grito muy fuerte desde la casa de Taeyong, inmediatamente fui a ver que sucedió y ahí estaba él, tendido en la entrada de la casa, llorando desconsoladamente y murmurando cosas que no pude entender hasta que ví el cadáver frente a nosotros.

—¿Cuántos minutos aproximadamente se demoró Jung en el baño? —Preguntó Chanyeol mientras anotaba nuevamente en su libreta y destacaba las cosas más importantes del relato de Kim.

—No fue mucho, unos 5 minutos más o menos. Dijo que la comida le cayó mal.

—Sigue siendo suficiente para matar a alguien...—Susurró para sí mismo el oficial Park, Jungwoo alcanzó a escuchar y un escalofrío recorrió su cuerpo. Él también creía que Jaehyun podría ser capaz, pero no tenía ningún motivo concreto para culparlo.

—Usted conoció a los Jung desde pequeños...¿Cree que Jung tenga algo que ver?

La mención de los hermanos Jung atemorizó a Jungwoo. No se esperó una pregunta como esa, el sólo recordar todo lo que vivió junto a esos hermanos revolvía su estómago. Pero no podía mentirle al detective, su opinión, de todos modos, sólo era eso, una opinión.

—Sí. —Respondió casi sin dudarlo, impresionando a Chanyeol, por más que ambos pensaran lo mismo, admitirlo en voz alta lo hacía muy distinto.

—¿Que hay de Shin Yuna?

—No lo creo.

—¿Choi Byungchan?

—Tal vez.

Chanyeol le sonrió amistosamente a Jungwoo cuando terminó el interrogatorio. Después de todo, a este punto, ya eran viejos amigos.

—Pídele a Shin Yuna que venga. —Dijo antes de que Jungwoo cerrara la puerta detrás de sí. Tan sólo instantes después, escuchó un par de tacones retumbar por el pasillo y luego abrir con no tanta sutileza la puerta de su oficina.

—Shin Yuna, nos volvemos a encontrar.

—Esta vez yo no fui señor Park, lo juro. —Dijo Yuna dejándose caer en la silla.

Chanyeol esbozó una sonrisa y luego miró con atención a la mujer que tenía frente a él, su cabello estaba desordenado, por el viento seguramente, el vestido rojo que traía puesto parecía hasta irónico en una situación como esa y para rematar, llevaba el collar de amistad que solía compartir con Aeri.

—Así que...¿Saliendo con uno de los modelos más famosos de toda Corea? ¿Él sabe que estuviste tras las rejas? —Preguntó Chanyeol mientras jugaba con su lápiz.

—No, no se lo mencioné, supongo que se me olvidó. —Respondió Yuna sarcásticamente mientras rodó los ojos. —Ahora que Aeri está muerta siento que lo puedo recuperar ¿Sabías que la zorra se estuvo revolcando con él como si nada?

—Sus palabras me hacen pensar que usted es la culpable, tiene motivo, tuvo oportunidad ya que Aeri se encontraba sola. Y según sé, discutieron. ¿Cómo quiere que le crea?

—Ya sé, pero yo no fui, estaba en mi casa. —Respondió Yuna mientras formaba una burbuja de goma de mascar.

—¿Quién puede confirmar eso?