IGNORANDO SEÑALES

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Nuevamente estaba en el mismo bar esperando poder descubrir algo nuevo, pero al igual que las veces anteriores que fueron ella o su equipo no descubrieron nada relevante. Nathalie se estaba desesperando, pensando que tal vez Leroy podía tener razón.
—¿Pensando demasiado? —los ojos de la mujer buscaron la voz que conocía perfectamente.
—¿Qué haces aquí?
—Te dije que quería acompañarte Nathalie.
—Esta no es tú misión Leroy —dijo la hermosa mujer con molestia.
El hombre se sentó a su lado, —estoy aquí para tomarme unos tragos, vi tu linda cara conocida y por eso me acerqué.
—Eres realmente detestable.
El hombre se acerca besando su mejilla, —te estoy dando credibilidad querida, a menos que lo que quieras es aceptar otro baile de un desconocido.
El rostro de Gabriel apareció en su cabeza, pero simplemente lo omitió, prestándole más atención al hombre frente a ella, —no soy buena para las bromas Leroy.
El hombre retomó la compostura, llamando a una de las chicas del bar para pedir una bebida, —las camareras son hermosas, ¿crees que el mismo Hawkmoth las elige?
—Cuando lo conozca se lo pregunto.
—Oh vamos es sólo una broma, intenta divertirte Nath.
La mujer miró a los lados lentamente, —no necesito diversión Leroy, lo que necesito es...
Su declaración se detuvo cuando trajeron la bebida del hombre, —sé lo que quieres querida.
—¿Cómo va todo con tu enamorado?
—¡¿Puedes dejar de tomarme el pelo y comportarte?!
El hombre se levantó y le extendió la mano, —bailemos.
Nathalie suspiró, pero terminó accediendo. Ambos comenzaron a bailar, pero naturalmente Leroy no podía mantener la boca cerrada, —tienes el cabello muy largo, no sabía que te lo habías dejado crecer tanto.
—No tienes que saberlo todo de mí.
—Claro que sí, tengo que saber todo de mi futura esposa.
Nathalie arrugó el rostro, sabiendo que sólo intentaba molestarla, —¿realmente piensas sentar cabeza algún día?
—Tal vez, si encuentro a la mujer que me haga cambiar.
Leroy la guió en su baile, ella sabía que bailaba bien. Nathalie siempre pensó que era un hombre atractivo y seguro de sí mismo, pero también uno mujeriego que apreciaba su soltería, así que nunca se tomó los comentarios del castaño enserio.
—No estás tan joven como antes Leroy.
—Estoy cómo debo estar cariño —dijo susurrándole al oído—. Hay un hombre de apariencia extraña a las cuatro en punto.
Leroy le da la vuelta gracilmente y Nathalie termina de espaldas contra él. Sus ojos se fijan en Gabriel, —¿el de camisa blanca?
—Sí, parece alguien importante.
—Te equivocas Leroy, es un simple negociante.
—¿Segura? —cuestionó.
—Sí, ¿no será que sólo querías tenerme en esa posición comprometedora?
—¿Qué crees que soy? —preguntó ofendido—.  Realmente si me parece un hombre extraño, no parece ni siquiera estar a gusto rodeado de toda esta gente, deberías verle la cara.
—¿Eso crees? —cuestionó haciéndose la tonta.
—No lo creo, lo estoy viendo Nathalie.
—¿Crees que acabamos de encontrar a Hawkmoth? —le preguntó para luego reírse a carcajadas.
—No me estás tomando enserio —soltó dándole la vuelta para que la mujer apoyara su cabeza en el musculoso pecho del mayor.
—Oh claro que lo hago Leroy, me das muchas razones para tomarte enserio.
—¿Por qué dudas de qué puede ser alguien peligroso? —la pregunta del hombre hizo que la mujer recobrara la compostura.
—Fue el hombre con el cual bailé ayer, hablamos y luego lo ví salir de aquí solo  —mintió, porque había sido ella la que lo había llevado a su apartamento.
—Ahora entiendo por qué se está acercando.
—¿De verdad? —preguntó impresionada.
—No, pero quiere comerte con la mirada.
La ansiedad y los nervios se hicieron cargo de la pelinegra, sólo podía recordar la noche anterior y esa mañana antes de salir de la casa del platinado, —deja de bromear conmigo Leroy.
—No bromeo, eres una mujer hermosa y él definitivamente está de acuerdo conmigo.
—Estoy tentada a sentarme.
—Bien, dejaré de molestarte y aprovecharé este acontecimiento. ¿Cuando podré bailar contigo nuevamente y vestida de esta forma tan atrevida?
—Me sentaré ahora mismo.
—¡No! Te prometo que me quedaré callado.

EN LOS BRAZOS DEL ENEMIGOWhere stories live. Discover now