Capítulo 6

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"El Tesoro Perdido"

(T/N) despertó, soltó un largo bostezo por el profundo sueño, de no haber sido por Varian ella se hubiera desvelado como antes. El alquimista entró a la habitación para darle buenas noticias, el problema del hombre lobo fue resuelto gracias a Rapunzel y compañía, luego la invitó a la reparación del castillo de Corona, (T/N) que ya estaba más relajada, aceptó.

La inventora había olvidado el extenso camino a Corona, no lo recordaba tan lejos pero valía la pena por reencontrarse con Rapunzel, una amiga que daba sabios consejos. 

La actitud de la princesa era contagiosa, tanto que motivaba a los demás en la reparación..., aunque en cuestión de minutos surgieron discusiones. Varian y (T/N) trabajaban a la perfección, sus similitudes les permitían sincronizarse y no existían muchos conflictos y en caso de haberlos lo solucionaban.

Hasta que el golpe de una pared llamó la atención de todos, el mapa de un tesoro era la oportunidad perfecta para unir a los habitantes del reino y nada mejor que una competencia donde una máquina formaría las parejas que buscarían el tesoro.

Los dos jóvenes tenían altas esperanzas en que la máquina los uniría, así tendrían el premio asegurado, desafortunadamente los separó.

—Xavier y...— decía Rapunzel entusiasmada —. Varian

Varian sonrió al herrero, solo faltaba el compañero de (T/N), que minutos después fue mencionado.

—(T/N) y...— la joven estaba nerviosa, no conocía a muchos de los habitantes —Attila.

(T/N) buscaba al mencionado, éste hacía lo mismo hasta que se toparon. Attila era un hombre fuerte, enorme, ¿Qué ocultaba debajo de ese balde? La inventora sacudió nerviosa su mano y tragó saliva. Él sabía que aterraba a muchos por su aspecto, pero si demostró lo contrario una vez, podía hacerlo de nuevo.

Ya con las parejas formadas, hasta donde Rudiger era participante, el mapa bien memorizado y con la mente inundada de riqueza, se dispusieron a prepararse para la aventura.

—Que te vaya muy bien, Varian— dijo (T/N) limpiando sus gafas —. Espero compartir contigo parte del tesoro.

—¡Ja! Eso ya lo veremos— refunfuñó Varian que estiraba sus brazos —. Te deseo buena suerte.

[...]

La gente corrió una vez terminada la cuenta regresiva, aunque dos personas llenas de ingenio tuvieron una idea, gracias al viento crearían un globo de aire caliente que les sacaría bastante ventaja, pero las leyendas de Xavier serían un obstáculo o así lo pensaba Varian siendo lo más paciente posible.

Hay que concentrarnos en nuestra querida (T/N), que esperaba afuera de la tienda del tío Monty, esperaba a Attila y cuando salió le ofreció un cupcake que él mismo preparó, ella se llenó de pensamientos negativos por miedo de que estuviera envenenado o algo peor.

Las apariencias engañan.

Lo mordió temblorosa, en unos segundos su boca deleitaba sabores dulces, fresas, cerezas, duraznos, era como comer todo tipo de fruta, era sumamente delicioso. Lo juzgó muy mal y expresó que su miedo se había ido al halagarlo, con el estómago encantado y la mente positiva, ambos viajaron a atajos que Attila había recomendado (aquellos que ayudaron a Rapunzel y a Eugene a escapar de los guardias), que por mala suerte fueron los caminos más largos.

—¡Creí que llegaríamos más rápido!— gritó (T/N) quitando la cubierta y se sentó en el pasto —. Pero vamos por el camino correcto.

—¡Eso es trampa!— gritó Attila enfurecido, que señalaba a la princesa patinando con el mapa en manos, cargó a (T/N) en sus hombros y ambos gritaron al unísono —¡Eso es trampa! ¡Qué injusto!

Al llegar a la cripta, los concursantes estaban furiosos, como Varian que le habían robado el globo, sin embargo nunca se menciono la regla de no hacer trampa. Rapunzel se defendía al decir que el tesoro estaba embrujado, nadie le creía por tramposa. El tesoro pasó de las manos de Catalina hacia las de Eugene y Lance, ahí empezó la verdadera pelea.

Momias que se resguardaban en la cripta salieron de sus tumbas, la leyenda de los protectores de Herz Der Sonne era real como lo dijo Xavier, intentaban regresar el tesoro a su lugar y era una tarea difícil, tenían que trabajar juntos.

Estando unidos demostraban que podían trabajar en equipo, algunos deshacían esos sacos de huesos como Catalina y Stan o (T/N) y Attila, y otros se encargaban de regresar el cofre a su lugar como los héroes de Rapunzel y Feldespato.

[...]

—¡Varian!— gritó (T/N) abrazándolo por detrás —. ¡Me alegro que estés bien!

—También me alegro que estés bien—se volteó y besó su frente —. Fue una aventura demasiado peligrosa.

—S-sí que lo fue— se sonrojó —. Oye, iré con Attila para que me enseñe unas recetas, te veré en Antigua Corona.

—¡No hagas travesuras!— se despidió Varian, que luego se dirigió a Xavier —. ¡Buen trabajo, Xavier!

—Sí— asintió el herrero —. Igualmente, Varian.

—¿Sabes algo, Xavi?— preguntó apenado —. Acabo de recordar una cosa, no me terminaste de contar la leyenda del Sauce Tramposo.

Así se formaron nuevas amistades, que podía haber mucho más allá afuera donde tal vez conocieran a un amigo, aprenderían cosas de las personas y se unirían por sus diferencias o similitudes; o incluso repararían el salón del trono. 

A pesar de que la búsqueda del tesoro no salió como se esperaba, logró unir a todos.

Cuando Las Luces Se Apaguen (Varian x Lectora)Where stories live. Discover now