Capítulo VII

5.4K 514 330
                                    

Trato de abrir los ojos, pero es imposible. Parece que mis párpados están pegados con adhesivo, mientras la cabeza me revienta.

¿Qué demonios pasó? ¿Dónde estoy?

—Será mejor que trates de abrir un poco los ojos para que puedas beber la medicina, de lo contrario tendré que dártela yo mismo. —Pongo mi mano sobre mi frente y respiro profundamente.

Hago lo que me dice  y trato de incorporarme.

Satoru se acerca a mí para acomodar las almohadas que están en mi espalda y así poder tener una postura más holgada. Me tiende un vaso con agua y una pastilla.

Todavía lo odio, sin embargo, me está salvando como siempre.

Este es un punto a su favor.

Tomo el medicamento que me ofrece y lo bebo de una vez, después le entrego el vaso y apoyo mis dedos en mis cienes.

—Lo lamento, debí haber sido una carga cuando fuiste por mí, solo dime cuanto tuviste que pagar y voy a devolvértelo de una vez. — Le digo mientras mantengo los ojos cerrados.

De verdad me siento muy mal.

—No te preocupes por eso, no eres una molestia de ningún modo, por lo menos, no para mí. ¿Quieres tomar una ducha?

—Sí por favor, por cierto, ¿me trajiste a la escuela? —Todavía no me ha dicho dónde estamos, pero no quiero de ninguna manera toparme con Ieri, por lo menos no ahora.

—No, estamos en otro sitio. Relájate, toma tu ducha y cámbiate, puedes volver a dormir luego si quieres, me encargaré de traerte algo de comer. —Se levanta de la orilla de la cama donde estuvo sentado y se dirige hacia la puerta, pero antes de que pueda salir, lo tomo de la muñeca para detenerlo.

—Gojō, necesitamos hablar. Sinceramente estoy cansada del tira y afloja de estas últimas semanas, debemos aclarar las cosas y necesitamos hacerlo ahora, antes de que los dos terminemos lastimados.

—¿Qué propones? —Sigue de pie, sin mirarme pero sombrío, justo como el Satoru Gojō que nunca quise volver a ver.

—Solo dame treinta minutos para que pueda componerme un poco y te buscaré más tarde.

—No. Permanece aquí, en treinta minutos vendré yo mismo.

—¿Soy tu prisionera?

—Claro que no, pero por el momento haz lo que te digo; después saldremos los dos. — Afirmo con la cabeza, lo suelto y el camina tranquilamente hacia la puerta.

—¿Kyoko? —me pregunta antes de salir y dejarme sola.

—¿Sí?

—Solo nunca olvides que te amo. —Cierra la puerta y se va, pero me deja con el corazón desbocado.

Me levanto de la cama y camino directamente hacia la puerta donde creo que está el baño, entro y me quito la ropa lentamente.

Cuando ya estoy bajo el chorro de agua tibia en la regadera, cierro los ojos, no puedo evitar que todas las imágenes con Gojō invadan mi mente.

"Solo nunca olvides que te amo"

Mis lágrimas comienzan a mezclarse con el agua que cae sobre mi cabeza y yo levanto la cara para que esta escurra directamente sobre mí.

Sé exactamente qué es lo que tengo que hacer ahora, creo que en el fondo siempre lo supe, aunque tenía demasiado miedo de admitir que yo era la que estaba equivocada.

Falling. | Satoru GojōWhere stories live. Discover now