La llegada

62 5 0
                                    

El coche se había detenido y mis brazos ya no tenían riego, estaba histeria por que me soltase, pero no el muy carbón tras apagar el coche todavía se tomo su tiempo para recoger sus cosas y sacar la llave del contacto, antes de abrir mi puerta se tomo su tiempo para mirar el cielo  como si estuviese buscando algo. Una vez la abrió se sentó en el pie de la puerta junto a mi me miro fijamente a los ojos.

-          vas a ser un buen pichón si te suelto o tengo que mantenerte esposada?

“mierda por que a mi”

-          voy a ser todo lo buena que pueda.

Le dije sin darle importancia pues cuando me estreso me sale lo borde y sarcástica que hay en mi

-          no juegues con migo pichón, ya te dije que no te convenía.

Solo asentí con la cabeza no merecía la pena contestarle cuando sabia que seguiría dando igual lo que dijera.

Cuando me quito las esposas mis brazos cayeron sobre mi regazo como dos pesos muertos produciendo un dolor horrible que me hizo saltar las lagrimas, y el muy tarado se me quedo mirando como si no entendiera porque reaccionaba así, comencé a frotar mis brazos pero al llegar a mis muñecas el dolor aumento y se sintieron cálidas pegajosas lo que me hizo poner cara de espanto, las levante hacia su cara con rencor en la mirada y la ira recorriendo mi sangre podía sentirla burbujear dentro de mi como algo vivo que quería salir, su rostro se descompuso de la frialdad al espanto al ver las heridas abiertas de las cuales caían ligeros hilos de sangre escarlata sus ojos adoptaron un profundo color noche, ya no tenia la expresión de prepotencia con la que se paso todo el viaje ahora su cara estaba surcada por algo que no sabia como identificar.

-          vallamos adentro hay que curarte eso antes de que nos compliques el viaje.

“Que yo le complique el viaje pero es por su culpa que yo tengo las muñecas así”

Sin decirle nada mas lo mire fijamente esperando a que se alejase del coche para poder bajar pero me arrepentí de inmediato en cuanto lo hice todo se volvió turbio y si no me llega a agarrar me hubiera tatuado el asfalto en la cara, me tomo en brazos con sumo cuidado lo que me altero mas haciendo que me pusiera completamente tensa mientras intentaba separarme de su pecho, no me gustaba como me hacia sentir su proximidad y eso me incomodaba.

-           Pero que coño te acaba de pasar, Estas bien?

-          Si gracias, pero ya puedes bajarme.

-          Por que te mareaste?

-          No me gusta la sangre

-          Es una broma verdad?

-          Déjame que pienso, no, no es ninguna broma.

-          Será mejor que te agarres si no quieres terminar donde ibas.

-          Humffff.

Sin decir nada mas puse mis manos en torno a su cuello y comenzó a caminar hacia el interior del edificio que ahora que lo veía bien tenia aspecto de hotel, cuando estábamos cruzando las puertas llegaron sus esbirros.

-          Genial ya estamos todos. ( nótese mi sarcasmo)

SECRETO DE SANGREWhere stories live. Discover now