🌸Capítulo 20: Comenzando desastres

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Cayó al suelo por el golpe, estaba completamente conmocionada, si la vieran ahora estaría avergonzada. Ni siquiera podía hacer honor a su apodo titania. No delante de esa persona.

Minerva, su ex-hermanastra. Estuvo torturandola desde pequeña.

–Así que un mate, por eso me abandonaste mi pequeña Erza. –Minerva la jalo por sus cabellos obligándola a levantarse para volver a golpearla contra el piso.

–No es así

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–No es así... Él no tiene nada que ver en esto –Intento hablar pero no le quedaban fuerzas, tenía rasguños y moretones en su cuerpo.

–Si claro. Pero veo lo linda que estás, ese cabello largo y rojo resalta lo que eres... Una asesina que solo toma sangre sin control –la piso con molestia.

Minerva, la detestaba jamás podrá superar la muerte de su padre. Pero tenía razón fue culpa de Erza.

La pelirroja sólo mostró tristeza al recordarlo, como su espada atravesó la espalda del hombre y luego cortó su cabeza dejando que la sangre fluyera en toda la habitación manchando no solo sus manos sino todo su cuerpo.

A pesar de que lo hizo para salvar a su madre de una violación por parte de su ex-padrastro no justifica lo suficiente por lo que causó dejando sola a esa niña que permaneció inconsciente luego de lo que presenció.
Incluso al final, su madre Irene desapareció sin dejar rastro.

Y lo último que quedó en su memoria era la mirada de terror, por lo que estaba frente a ella.... Un monstruo escarlata.

La culpa la obligó a quedarse junto a esa niña que luego la empezó a odiar así pasaron los años, siendo torturada por esa mujer era la única que podía hacer lo que quisiera con ella por su pecado hasta que la pelirroja escapó.

Aún así, Minerva no sería capaz de conocer la verdad oculta tras la situación que presenció de niña, por el impacto solo recuerda las acciones de Erza.

Antes de recibir otro golpe una mano la detuvo empujándola lejos de ella.

–Jellal... –hablo sorprendida.

–Tú... –Minerva gruño al verle.

El chico se quitó su capa para cubrir a Erza luego la mantuvo abrazada como señal de protección.
No la toques, no toques a mi mujer –Dijo fríamente a Minerva, su enojo era tan evidente que ella nunca lo había visto de esa manera.

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My possessive mate [Gruvia] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora