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La noche había llegado rápidamente entre conversaciones y abrazos por parte de aquellos dos chicos que deslumbraban en la oscuridad de aquel mágico bosque.

SeungCheol conducía devuelta a casa con una mano en el volante y otra en el muslo de un dormido Jihoon, habían jugado todos los juegos de mesa que habían llevado, se habían enfadado por las trampas de cada uno, se habían mojado con el agua del rio, habían conversado de la vida bajo los rayos del sol y se habían sacado muchas fotos para el recuerdo.

Había sido un día realmente agotador pero muy mágico y maravilloso, sobre todo el momento en que viendo las luciérnagas del rio ambos quedaron muy cerca del otro, se separaron riendo con el corazón a mil y las mejillas rojas, paso a paso ese día había creado razones para seguir a Jihoon y esperanzas a SeungCheol pues el pequeño parecía haberlo por fin notado y aceptado sus muy imperceptibles coqueteos, todo estaba saliendo perfecto y rogaba porque eso se quedara así.

Mientras manejaba y las luces de la calle alumbraban de vez en cuando el interior del auto pensó que hubiera pasado si no se hubiera encontrado con Jihoon aquella noche, eran dos posibilidades las que se le venían a la mente en esos momentos, la más probable era que nadie hubiera salvado al pequeño dejando que se fuera sin darle una segunda oportunidad para disfrutar la vida y la otra era que ambos siguieran caminos diferentes, amistades diferentes y parejas diferentes, dos caminos solo borrados por la idea de ir caminando a su casa.

Solo pensarlos al mayor le dolía el corazón, él era alguien que creía en el destino, en los lazos, en las parejas destinadas, si decidió no ir con sus amigos fue por algo y ese algo fue Jihoon, sus caminos debían unirse, estaba en sus destinos encontrarse y conocerse, o por lo menos así lo pensaba el pelinegro.

Dobló la esquina llegando a su edificio y miró al pequeño cuando dio rojo en el semáforo, lo quería, lo amaba con locura y nunca podría hacerle daño, Jihoon era en ese momento lo más preciado en su vida.

Estacionó el auto en los estacionamientos del edificio una vez llegaron, con cuidado bajó sacando las bolsas y subió tan rápido como podía al departamento, al abrir la puerta encontró a sus amigos llenos de pintura y suciedad, sonrió nervioso y ellos rápidamente corrieron ordenando el lugar y escondiéndose en la cocina.

JeongHan le entregó aquel antifaz para dormir que le había pedido y agradeció saliendo por la puerta nuevamente, bajó nervioso al estacionamiento donde abrió la puerta del copiloto teniendo el corazón a mil, contrario a lo que pensaba Jihoon, las sorpresas todavía no terminaban.

Despertó delicadamente al rubio quien salió del auto y tomó la mano del mayor para que lo guiara correctamente a la casa, ahora que había regulado sus horas de sueño gracias a las pastillas de Yeosang y consejos de JunHui cuando recién despertaba o tenía mucho sueño se volvía muy torpe, más de lo que podía ser despierto pues su cuerpo se confundía, así que agarrando fuertemente la mano del mayor llegaron a la puerta donde ya un poco más despierto vio que el pelinegro le entregaba un antifaz de jirafa, se lo colocó confundido ante la tierna petición y se dejó guiar por la casa escuchando ruidos y murmullos que identificaba como alguien quien no era SeungCheol.

El pelinegro lo dejó en un lugar quieto, escuchó una puerta abrirse y como le retiraban el antifaz lentamente, parpadeó acostumbrándose a la luz fuerte que producían los focos de la casa y saltó asustado cuando gritaron un ruidoso "sorpresa".

Aquel cuarto donde SeungCheol guardaba sus instrumentos y cosas de la casa estaba completamente remodelado, las paredes eran de un celeste muy clarito casi tirando al blanco, con algunas plantas colgadas de la pared, una cama blanca al lado de la puerta, un closet para su ropa a los pies de esta, un escritorio y varias cositas más que le daban una comodidad indescriptible más los cuadros con algunas de las fotos que se sacaron en la tarde.

Se giró completamente asombrado a aquellos chicos manchados de pintura y les agradeció de mil maneras posibles, miró al mayor y saltó a sus brazos agradeciéndole repetidas veces, cada vez lo confirmaba más, a cada paso de hora y minuto, Choi SeungCheol le había devuelto las ganas de vivir, lo quería, lo quería muchísimo y tenía que encontrar la manera de compensarlo.

Luego de compartir un rato más con los chicos quien le desvelaron el plan que había armado SeungCheol, estos se fueron dejándolos solos.

--Realmente no puedo creerlo...eres lo mejor que me ha pasado...-- Susurró Jihoon volviendo a entrar a aquel lugar que sería su cuarto -- ...Dime que no hay más sorpresas, porque no creo que aguate mi corazón...

-- No tranquilo esta era la última, me alegro de que te guste, ahora podré dormir mejor al no usar ese incomodo sillón, no sabía cuan horrible era...-- Contestó el mayor estirando su espalda la cual lloraba de alegría al saber que tendría su cama de vuelta.

-- Me hubieras dicho, yo podría haber dormido en el sillón ... como soy pequeño no es mucho problema—Respondió levemente enojado con SeungCheol, lo que menos quera era que el sufriera por su culpa, al final de todo era su habitación.

--Pequeño o no, no te hubiera dejado dormir ahí, necesitabas tu espacio... ya es mejor que nos vallamos a dormir es un poco tarde y no te puedes desvelar más – Aclaró el mayor apagando la luz de la pieza y prendiendo la pequeña lampara de pared que había a un lado de la cama.

--Si tú lo dices ... nos vemos mañana...buenas noches Cheollie – Se despido Jihoon llamándolo por aquel apodo que esa tarde se le había salido, un apodo que surgió a raíz de todo lo que sentía por el mayor y de lo que aún no quería reconocer.

--Buenas noches Jihoonie...que duermas bien, recuerda cualquier pesadilla solo llámame ...--Se despido el mayor cerrando la puerta y apagando las luces de la casa, Jihoon suspiró cansado y con una sonrisa se puso el pijama para dormir pensando en ese maravilloso día.

A la mañana siguiente todo fue normal hasta que el rubio llamó a SeungKwan pidiendo que lo acompañara a una parte, este aceptó y unos minutos más tarde apareció en la puerta del edificio esperando por Jihoon.

El mayor lo acompañó hasta abajo parta despedirse del más pequeño, siendo el de grandes cachetes el que tuvo que escuchar, como todas las veces que salían, la extensa despedida de aquellos dos chicos, una vez el mayor lo soltó, ambos se despidieron partiendo al centro.

Caminaron mucho pero luego de unos largos minutos Jihoon pudo encontrar aquella tienda que había investigado por internet, entraron sin saber bien que buscaban, pero después de recorrer toda la tienda y escuchar cada explicación de los objetos por la amable dependienta que los atendió lograron dar con su objetivo, era un poco caro, pero no le importaba, era lo mínimo que podía hacer por el mayor.

Posteriormente de comprar aquel objeto SeungKwan lo dejó en la puerta de casa deseándole lo mejor pues el pequeño estaba muy nervioso, al entrar SeungCheol lo esperaba con la cena lista, comieron entre risas y cuando el mayor sacó el tema de la salida supo que era hora de entregarle aquel regalo.

--¿A dónde fueron con Kwan? se les hizo hasta de noche...--Río el pelinegro tomando un poco de la bebida que había servido.

--...Fuimos a comprar algo...espera aquí...--Dijo parándose de la mesa y corriendo a su habitación por la bolsa que contenía el regalo, volvió en segundos a dónde SeungCheol quien lo miraba confundido y le entregó aquella bolsa de cartón. – Es para ti.

--¿Para mí?... Jihoon no tenías porque...Jihoonie, no...-- Habló el mayor abriendo ese paquete y sintiendo como su corazón empezaba a latir extremadamente rápido, no se esperaba eso, realmente no esperaba que el menor le comprara un micrófono profesional, lo tomó entre sus manos admirando el negro brillante y mate que lo adornaba en conjunto, lo giró mirando cada detalle y casi se le salieron las lágrimas cuando encontró en la parte más baja del mango una grabación en plateado con su nombre, un corazón y la inicial del rubio.

--Cuando me llevaste al ensayo noté que tu micrófono te daba algunos fallos...así que pensé que sería un buen agradecimiento por lo del cuarto comprarte uno, así podrás cantar sin miedo a que falle en alguna presentación...-- Comentó el rubio con las mejillas sonrojadas, miró al mayor quien no podía creer lo que tenía en la mano y en segundos ya estaba abrazando todo su cuerpo.

--Gracias... de verdad gracias Jihoonie... no tenías porque...dios muchas gracias – Susurró el mayor en su oído con la voz cortada, el rubio le correspondió el abrazo y por primera vez en meses de conocerse sintió los gruesos y tibios labios del mayor en su mejilla.

He's in the Rain ~• JicheolWhere stories live. Discover now