Narra Levi

Senna baila sin ninguna preocupación, se mueve de forma muy fluida como si fuera una pequeña hoja llevada por el viento, y sin quererlo me quedo absorto en todos sus movimientos

-¿Dónde aprendiste a bailar?- le pregunto, y ella me mira sonriente

-Mi madre me obligó a tomar clases cuando era más pequeña y, al crecer... bailaba con mis hermanos por todo el comedor, nos lo pasábamos muy bien...- noto un poco de nostalgia en su voz cuando habla de su familia pero ella no cambia su expresión alegre

-¿Los echas de menos?

-¿A mis hermanos?- para de bailar de golpe y me mira con la cara neutra -Muchísimo...

-Bueno, no creo que tardes mucho en volver a verlos, los que tenéis familia podéis ir a verla de vez en cuando...- ella ríe a carcajadas por lo que digo y se sienta encima de la mesa, delante mío, pero al ver mi mirada de desaprobación se apresura en bajar y sentarse correctamente en una silla

-No creo que sea tan fácil, están muertos- la culpabilidad me golpea como un puñetazo en la cara y no tardo en disculparme

-Vaya... lo siento, no debería haber dicho eso

-El Capitán Levi disculpándose... no vas a dejar de sorprenderme hoy...

-Repito... no soy una piedra, Senna...- hago un momento de silencio y la miro de nuevo, ella está como perdida en su mundo, supongo que pensando en su familia -Yo tampoco tengo familia...- <<¿Acabo de decir lo que acabo de decir?>>

-Ostras... ¿Y eso? ¿Tu también les echas de menos?- se le ve preocupada y yo niego con la cabeza

-No puedo echar de menos algo que nunca he tenido... Mi madre... murió cuando yo era niño

-¿A sí? ¿Qué pasó?- me mira con unos ojos ansiosos por saber más pero solo dura un segundo ya que después mira a otra parte -Perdona, no quiero meterme en tus asuntos solo que... me encantaría saber más cosas sobre ti- se pone muy roja cosa que me parece bastante adorable y decido que no será tan horrible hablar de mi pasado con ella, total, está borracha, mañana no va a recordar nada...

-Tranquila... mi madre era prostituta y, un día uno de sus clientes la dejó embarazada y de esa asquerosa unión nací yo... ella murió y yo me quedé solo en su habitación, sentado como una mota de polvo que no tiene nada más que hacer que quedarse tirada en un rincón... hasta que llegó Kenny, mi tío... y me acogió, no puedo decir que haya sido un padre para mi, ni de lejos, pero él me enseñó todo lo que sé, cosas muy útiles en realidad- suelto una carcajada que acaba siendo un suspiro y continúo -Él me usaba para sus trabajos sucios, yo mataba a quién él me decía y me metía en donde él me ordenaba hasta que un buen día, se marchó y me dejó solo...- hago una pequeña pausa para ver su reacción y me quedo muy sorprendido al ver que no está asustada ni asqueada, me mira curiosa y sin decir nada así que sigo con mi historia -Pero bueno, me labré una reputación y conseguí una nueva familia, los tres nos encargábamos de trabajos que aunque fueran desagradables nos daban para vivir y no me arrepentiré nunca de aquello ya que gracias a eso conocí a esos dos...

-Levi...- ella me interrumpe -Si no es mucho preguntar... ¿Dónde vivías?

-En la ciudad subterránea- digo sin rodeos y de repente ella se pone alerta <<¿Lo de que mataba a gente por trabajo le da igual y que viviera en la ciudad subterránea le asusta? Esta chica es muy rara...>>

-¿Cómo... cómo te uniste a la Legión?- su cara de situación me hace bastante gracia pero no digo nada sobre eso

-Es una historia algo... bueno, que más da- me paso la mano por el pelo antes de continuar -Un hombre de la superficie nos encargó un trabajo... consistía en infiltrarnos en la Legión, robarle unos papeles a Erwin y acabar con él- me río un poco al recordar aquello pero vuelvo a mi expresión seria muy rápido -Así que eso hicimos, un día causamos mucho revuelo en la ciudad y Erwin y sus hombres nos pararon los pies, él me dio dos opciones, unirme a la Legión o dejar que me entregara  a la Policía Militar y... obviamente opté por la primera...

Narra Senna

Un corto flash back viene a mi mente, Furlan, otro chico y una chica arrodillados en la calle, a uno de los tres, el que parece ser el cabecilla lo tienen con la cabeza contra el suelo y, un hombre, Erwin, le da a escoger entre unirse a él o ser entregado... todo en mi cabeza se conecta, el jefe y mejor amigo de Furlan era Levi, fue él todo este tiempo...

-Levi- le interrumpo por segunda vez en una noche, espero que no me lo tenga en cuenta... él me mira para que hable y, reuniendo todas mis fuerzas le pregunto por fin -¿Cómo está Furlan?- al escucharme se levanta sorprendido y se marcha <<¿He dicho algo mal?>> me cuesta un poco reaccionar pero cuando lo hago, le persigo por todo el pasillo hasta su despacho, él cierra la puerta dando un fuerte golpe y yo la aporreo durante un rato

-Senna, márchate, no quiero seguir hablando contigo, a demás, deberías dormir, mañana te espera un día duro...

-Yo... Capitán... si he dicho algo mal, lo siento, de veras, lo he hecho sin querer, voy a esperar aquí fuera hasta que me perdone- digo en voz alta para que me escuche bien y me siento en el suelo, acerco mis rodillas al pecho y reposo mi cabeza encima <<Supongo que es normal ¿Cómo iba a saber yo sobre Furlan? Se habrá quedado flipando...>>

Narra Levi

Doy vueltas en mi despacho intentando borrar de mi cabeza a mi mejor amigo siendo comido por un titan pero no consigo deshacerme de esa imagen; tomo asiento frustrado y abro el cajón donde guardo algunas cosas que ellos dejaron atrás al morir y veo un pergamino muy hecho polvo, está plegado y cuando lo abro está tan arrugado que casi no se puede ver el dibujo que hace tantos años estaba totalmente nítido... y me doy cuenta, claro que me suena, es ella... ahora es más mayor pero no ha cambiado tanto, estoy seguro... salgo de la habitación y la veo en el suelo, hecha una bola durmiendo, no quiero despertarla así que la cojo en brazos y la dejo en el sofá de mi despacho; la observo detenidamente y me fijo en la cicatriz de su labio que me trae a la cabeza la conversación que tuve con Furlan cuando me pidió que no termináramos el trabajo de Mara Relish... no puedo aguantar mi curiosidad, cosa extraña ya que no soy una persona cotilla precisamente, pero, por una vez, sucumbo a ella, le levanto un poco la sudadera y compruebo las marcas de sus costillas... no quiero aventurarme a ver si tiene la cicatriz de la pierna sí que me aparto de ella con un rápido movimiento, me quedo absorto viéndola dormir pero vuelvo en mí antes de que pase más tiempo, le quito los zapatos, los dejo a un lado y la tapo con una manta; mañana por la mañana hablaremos del tema, mientras tanto la dejo durmiendo tranquila y yo me voy a lo alto del castillo, me siento tal y como hacía con mis dos amigos antaño y observo el cielo estrellado que tanto anhelé cuando era joven

KairosWhere stories live. Discover now