5. Instructora de piano

Comenzar desde el principio
                                    

Me bastaba con encontrar un Yoongi de 22 años que me conociese y que yo pudiera decirle lo que tenía que decir, y una vez lo hiciera, volvería a mi época. No estaba segura de cómo iba a hacerlo, pero podía averiguarlo.

Así que con ese pensamiento, seguí caminando por las calles de Daegu intentando encontrar la casa de la madre de Yoongi, donde seguramente él vivía antes de mudarse conmigo al departamento. A mi alrededor podía sentir como la noche se convertía en un amanecer de distintos colores y eventualmente el cielo brillaba con su usual color azul celeste. Miré el reloj inteligente de Yoongi en mi muñeca y lo toqué para poder ver la hora.

Ocho con treinta y seis minutos.

Y cuando alcé mi mirada, pude ver la casa de Yoongi, la fachada lucia distinta debido a que en vez del color durazno que tenía en el presente, tenía una pintura verde obscura, pero seguía siendo la misma casa. Crucé la calle mirando por ambas partes del camino y llegué a la otra acera.

Acomodé mi ropa y suspiré. Toqué la puerta levemente y esperé a que me abrieran. Mientras tanto observé cómo la gente comenzaba a salir de sus casa para ir al trabajo o a divertirse. La ropa que usaban era claramente distinta a la vestimenta urbana que yo solía ver ahora en mi realidad, sólo me hacía darme cuenta que realmente había viajado al pasado. Después de unos minutos, la puerta de la casa se abrió dejándome ver a la madre de Yoongi. Una versión que se veía mucho más joven a la que yo conocía.

—. ¿Hola?—preguntó extrañada la señora al verme—. ¿Eres nueva en el vecindario?—dijo con curiosidad ante mi vestimenta casi demasiado futurista y mi rostro que no se veía apenado al tener a la que se supone era mi suegra frente a mi.

—. No...yo...¿Min Yoongi está en casa?—pregunté comenzando a sentirme nerviosa esta vez. Cuando me ponía a pensarlo esta mujer jamás me había visto, o al menos no todavía.

—de pronto su rostro se iluminó como si me hubiese reconocido y preguntó preocupada—. ¿Sucedió algo en su escuela? ¿Algo de lo que deba enterarme?—cuestionó colocando una mano en su pecho alarmada.

Entonces me di cuenta que me había confundido con alguna maestra de su escuela, extraño debido a la edad que aparentaba, la cual creo que se adecua a la que realmente tengo. Negué con la cabeza y le pedí hablar con su hijo simplemente.

—. ¡Yoongi-ah!—exclamó la mujer hacia adentro de su hogar y después me sonrió amablemente antes de retirarse prometiendo que el chico no tardaría en hablar conmigo.

Esperé pacientemente de nuevo desviando mi mirada hacia mi izquierda observando aún las calles. No sabía exactamente cómo reaccionar cuando lo viese de nuevo, habían pasado dos semanas desde que todo pasó, pero lo extrañaba con todo mi corazón y tenía una fuerte necesidad de abrazarlo, cosa que aunque sabía que se vería extraña si en su línea de tiempo todavía no me conocía, no me importaba. Tampoco había preparado mis palabras todavía, pero viendo su rostro, algo dentro de mi me decía que las palabras saldrían solas.

—. ¿Qué sucede?

Giré mi cabeza hacia la puerta de nuevo esperando ver a Yoongi frente a mi. Pero no lo encontré, bajé mi mirada ligeramente y entonces lo vi. Mis ojos se abrieron como platos y mi mandíbula casi se cae al verlo.

—. ¿Qué...?

¡¿Era un niño?!

—. ¿T-Tú...tú eres Yoongi?—tartamudeé señalándole impactada ante lo que estaba sucediendo. El adolescente miró hacia ambos de sus lados confundido y asintió con la cabeza.

—. Ahm...sí.—respondió confundido.—. ¿Quien eres tú?

¡Esto era un error! ¡Esto estaba mal! ¡Estaba muy mal! ¡Min Yoongi no podía ser un crío de trece o catorce años! ¡No podía estarme pasando esto a mi, joder!

—. Yo...

No podía decirle a este niño a la cara "no te suicides porque te voy a extrañar mucho y estarías echando a la basura todo lo que amas". ¡Los adolescentes son sensibles! Tampoco puedo utilizar metáforas complicadas, ¡es un crío, que no lo va a entender! ¡¿Qué voy a hacer?!

—. Yo soy...tu instructora de piano.

Era terriblemente patético. Fue la única mentira en la que pude pensar para que no me viese como una loca. Por un momento pensé que lo había arruinado todo, ¿y si Yoongi no había contratado una instructora de piano? ¿Qué tal si lo había hecho pero no era yo sino una mujer robusta y amargada? ¿Como podía hacer que esta mentira me mantuviese a flote hasta regresar a mi época? ¡Mierda, es que por qué no nací pájaro en vez de humano!

—. ¡Eomma! ¡Es la instructora de piano!—exclamó el chiquillo dentro de la casa apartándose para que yo pudiese pasar.

—. ¡Oh, yo sabía que no había pasado nada malo!—exclamó la madre del chico acercándose a mi y recibiéndome en su casa con una sonrisa amable.—. Yo pensé que no vendría nunca, los maestros están tan ocupados estos días.—la mujer desapareció por un momento en la cocina y por lo tanto me dediqué a observar la casa por dentro, a como la recordaba cuando vine por primera vez era muy distinta, pero habían cosas que se habían conservado.—. ¿Cual es tu nombre?

—. Oh, Park Jiwon...—respondí haciendo una reverencia hacia la mujer.

—Siéntase como en casa.—dijo la mujer entregándome una taza de té caliente. Yo agradecí con una reverencia pronunciada y tomé del líquido con olor a cítricos.

—. El piano está por aquí.

Indicó Yoongi guiándome a un anexo de la sala de estar donde se encontraba el gran piano de cola café en el medio de la habitación con ventanas grandes cubiertas por cortinas turquesas. Me acerqué asombrada al instrumento y pasé mi mano sobre él detallando el material con el que estaba hecho y el acabado brillante.

—. Este también habría sido mi primer amor si hubiera tenido un piano así...—dije para mi misma recordando la práctica de Yoongi para el concurso del conservatorio, y las partituras de la canción que había escrito sobre su piano.

—. ¿Qué?—preguntó el pelinegro ya sentado sobre el banco frente al piano. Negué con mi cabeza y me senté a su lado.—. Bueno, ¿cual es la primera lección?

—hice una mueca—. ¿Sabes tocar algo?

—. Sólo algunas notas...

Murmuró y colocó sus dedos sobre las teclas del piano tocando las notas que conocía por el momento, que para mi sorpresa era bastante para comenzar. De las propias palabras de Yoongi, sabía que no era lo único que conocía, sabía que había comenzado a tocar ese piano probablemente desde los ocho años aunque no fuese profesionalmente.

—chasqueé la lengua—. Se que no conoces solamente eso.—me crucé de brazos—. Toca algo y partiremos de ahí para corregir tus errores.

Yoongi supo que le había atrapado y entonces, volvió a colocar sus manos sobre el piano y esta vez tocó una suave melodía junto con otras notas que creaban solas su tempo. Muy improvisado y se notaba que era de principiante o amateur, pero era claramente una habilidad que sólo las personas con talento tienen.

—. Muy bien, ya se por donde empezar. Toca D mayor, y cambia a Fa sostenido.—Yoongi asintió ante mis indicaciones y me obedeció volviendo a tocar su melodía inicial pero con los cambios que había sugerido—. ¿Notas la diferencia? Ahora suena más limpio y mucho más estilizado.

El chico sonrió satisfecho ante el cambio en las notas. Si trabajaba en el conservatorio era por algo, este Yoongi de aparentes catorce años no era la única persona a la que alguna vez había enseñado a tocar un instrumento sino a muchas otras personas. Cuando entré al conservatorio entré con la idea de ser yo la estrella sobre el escenario y componer música de mi autoría, pero terminé produciendo música para otros artistas y dando clases. No me quejaba, me gustaba hacerlo.

Y si podía enseñarle a adolescentes, adultos jóvenes e incluso ancianos, podía enseñarle a tocar piano a Min Yoongi.

Desiderata; M.ygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora