convirtiéndome

650 75 21
                                    

Luego de haber sido drogado por Wyvern para que se calmara, le golpeó fuertemente la cabeza y lo encerró en la cajuela del auto. Era muy difícil moverse para él y no había logrado mucho. El viaje era más largo que los mil demonios y comenzaba a sudar por su estado. El rubio no tardó mucho en sacarlo de allí y abusar de él en la parte de atrás del vehículo, como la droga había sido demasiado fuerte, no había podido moverse durante todo ese tiempo y sólo sentía el frío de sus lágrimas recorrer su rostro.

Luego de ello, había llegado a una casa frente a la playa y Wyvern le arrastró a la que sería su nueva habitación. Invadido por una profunda tristeza y cólera de haber sido forzado no solamente a ir a ese lugar sino a tener sexo con ese hombre, se acostó en la cama y abrazó su almohada. Quedó así por unos días, no solía salir y mucho menos comer, estaba completamente agobiado de verse separado de sus hermanos mayores y sobre todo, estar en una mansión tan enorme a kilómetros de distancia junto a Wyvern. No le volvió a violar luego de ello.
Secó sus lágrimas en la colcha y se quedó dormido hasta la tarde del día siguiente. Se levantó y caminó hacia la cocina en busca de algo de beber, no encontró a nadie más que una mujer anciana que le atendió, pero comentó que el dueño de la casa vendría esa misma noche acompañado por su mujer, una señorona millonaria e igual de antipática.
No tardó mucho en conocerla, ella le miró con desagrado cuando se posicionó frente a él en la llegada al anochecer.

-¿Así que este es tu hijo? -dijo, la forma de hablar era de completo asco mientras le miraba, debía tener al menos cuarenta años o el maquillaje le estaba arruinando la piel se, llevaba un tapado de piel, unos enormes aros y joyas, era atractiva, pero no tanto-. Es flacucho.

-Sí, querida -habló el rubio-. Párate bien, Jeongin -obedeció.

La mujer caminó alrededor de él, tomó un mechón de cabello y lo olió, luego tomó el brazo y pasó su dedo sobre la piel, estaba examinándolo centímetro por centímetro, buscando algún detalle, hasta había checado con sus manos la cintura y cadera del más joven.

-Bueno, tiene el pelo grasoso y brilloso, además de piel seca.....pero no importa, parece tener buenas caderas para sostener un niño -mira el reloj de diamantes que tenía.

-¿De qué hablan? ¿Un niño?

-¿Pensaste que te traía aquí solamente porque me gusta ser padre de un mocoso? -Habló el rubio y le tomó del brazo-. Estás aquí para darme un hijo, con Anne lo anotaremos como nuestro, tú solamente lo darás a luz.

-¿Q-qué? -Jeongin se separó espantado.

-Ni creas que meteré mi miembro en Aron o Felix, no, tú siempre has sido mi niño favorito, le conté a Anne sobre ti y quedó fascinada al saber que podrías engendrar un bebé para ella.

-Ni de broma perderé mi cuerpo por un mocoso -se acomodó el cabello-. Esta noche empezaremos, espero que tengas aguante cariño.

-¡No quiero tener un bebé! Soy demasiado joven y....-mira con terror al hombre-. Tú eres mi padre.

-Durante la noche no seré tu padre -se acerca, Jeongin comienza a caminar hacia atrás-. ¿A dónde crees que vas?

-¡Lejos de ti! -grita y comienza a correr seguido de Wyvern .

Jeongin logra salir de la casa y continuar un camino hacia la nada, con solamente una playera que le llegaba hasta las caderas y un short de jean corto. Ni siquiera miró si los autos estaban andando o no, cruzó las calles como pudo esquivando una bicicleta que casi lo atropella. Llegó hasta la playa y continuó su recorrido, la luz del sol comenzaba a desaparecer y la noche se hizo presente. A partir de ahí empezó a caminar, mientras miraba las estrellas, le gruñía el estómago, debió pensar antes de salir huyendo como estúpido, debió abastecerse de comida.
Suspiró y salió de la playa pasear por la ciudad, probablemente lograría encontrar algo de comer pero no había nadie, la gente le miraba como si fuera un lunático, debido a que estaba lleno de arena en los pies y el pelo revuelto de tanto correr.
Se acercó a una plaza y se sentó en una fuente, miró aquel local de comidas rápidas que se encontraba justo frente a sus narices y como familias salían felices de allí. Se quedó un rato y sus ojos se iban cerrando, estaba bastante cansado.

𝐋𝐄𝐓𝐓𝐄𝐑𝐒 (  𝐵𝑎𝑛𝑔ℎ𝑖𝑛𝑜 )Where stories live. Discover now