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Yunho entró en la habitación y vió a su novio postrado en su cama leyendo un cómic de los tantos que tenía en su habitación. Se sentó en el banquito al lado de la cama y sonrió al verlo tan concentrado en el libro que no se había dado cuenta de que el había entrado, era tan lindo. Antes de entrar a la habitación de su novio había pasado por la de San, un niño de aproximadamente unos ocho añitos del cual se había hecho muy cercano, había conocido a Sannie cuando acompañaba a su madre al patio cuando esta iba a visitar a una de sus amigas en ese lugar; el pequeño niño estaba solo junto con un enfermero mientras jugaba con una pelota bajo un techo, se veía desanimado por lo que había ido con el y le ofreció jugar con la pelota lo que el niño aceptó con una gran sonrisa adornada de dos hoyuelos, luego se enteró de que el niño estaba peleando contra el cáncer y eso lo había entristecido porque apenas era un pequeño que pronto empezaría a descubrir cosas y que pasara por eso debió ser muy fuerte para el como para sus padres.

–Yunho–Lo miró sorprendido–¿Por qué no me dijiste que estabas aquí?

–¿Ah? ¿Qué yo qué?

–Que por qué no me dijiste que estabas aquí–Sonrió.

–Es que te veías tan concentrado que no quería desconcentrarte–Se acomodó en el banquito admirandolo, se veía bastante cansado— ¿Y cómo te sientes?—era una pregunta con una respuesta bastante obvia si se ponía a pensar.

–Más cansado que antes, no lo puedo negar. Pero bien, me siento bien—dejó el libro de lado y se acomodó para verlo.

Yunho sonrió y agarró la pálida mano de su novio, estaba helada y lo único que quería era calentarla pero no podía, estás siempre permanecían en esa fría temperatura, esperaba que ese calor que tanto las caracterizaba antes volviera.

–¿Y cómo está Sannie?

– Está muy bien, hoy preguntó por tí, me dijo que quería hacerle un dibujo a su MinGi Hyung–contó con ternura y Mingi sonrió levemente, San era bastante tierno.

MinGi también conocía al pequeño Sannie, se habían conocido de casualidad en el comedor del hospital porque Yunho acompañaba al enfermero del niño a darle la comida a este y MinGi se había acercado por curiosidad, ambos se habían llevado de maravilla.

–Oh, mira quien vino–exclamó viendo como como un chico tocaba la puerta y a su lado había un niño con una hermosa sonrisa.

–Sannie–Mingi sonrió de nuevo al ver al niño entrar.

–¡Hyung! ¡Le hice un dibujo! Mire, este de aquí es usted y este soy yo, y aquí están Yunho y Changmin Hyung, estamos en un barco pirata, pero no de piratas malos es uno de piratas buenos, ¡También están Minky y shiber!–Señaló al dragón y al perrito en una de las partes del barco.

–Que lindo es tú dibujo Sannie, me gusta mucho–Lo sentó en sus piernas, le había costado mucho pero todo por el pequeño Sannie– Gracias.

– De nada Hyung.

–Lo pondré en la pared con los demás–Lo dejó al lado del cómic que estaba leyendo y luego volvió con los demás.

–Hyung ¿Ha hecho otro dibujo?–Lo miró con los ojos brillosos, le encantaban los dibujos de su Hyung.

–Aún no, pero puedo hacer uno ahora–Se levantó y fué por sus lápices al pequeño escritorio que tenía la habitación–¿Qué quieres que dibuje?

El niño se quedó pensando un rato y luego le dijo que dibujara a un superhéroe porque le gustaban mucho, le gustaba ver como salvaban a las personas de los malos villanos que querían destruir a la ciudad.

Yunho sonrió viendo a los dos sentados en la cama sonriendo y hablando entre ellos. Sabía que desde que internaron a su novio esa hermosa sonrisa que lo caracterizaba fué desapareciendo con el tiempo, sabía que esa noticia había derrumbado el mundo del castaño, aún recordaba la conversación que tuvo con su novio días después de ser internado.

Que tengas cáncer no significa que vayas a morir Min...Podrías superarlo

–¿Y si no? No todo sale como lo planeamos Yunho.

–Si lo intentas, MinGi, mírame–Puso su mano en su mejilla–Lo lograrás...lograrás vencerlo y todo volverá a la normalidad, solo si das de tú esfuerzo para mejorar todo volverá a ser como antes–trató de hacerlo razonar, desde la noticia su novio no había dejado de llorar.

San agarró el dibujo sorprendido y sonrió abrazando a Mingi, amaba los dibujos que le hacía su Hyung, la pared de su habitación estaba decorada con los dibujos que le hacía su Mingi Hyung, tenía animalitos, príncipes, superhéroes, dragones y muchas cosas más que le gustaban, esos hermosos dibujos llenaban de vida la apagada habitación del niño.

–Lamento interrumpir su linda reunión pero el debe venir conmigo–Interrumpió un hombre entrando a la habitación.

–Suerte–Le sonrió al castaño y este solo asintió yendo con el doctor.

Changmin miró a San y fué rápido con el al verlo cabeceando, le dijo a Yunho que se lo llevaría para que durmiera tranquilo y Yunho asintió parándose para despedirse del pequeño porque debía irse cuando MinGi volviera. Yumho sacó su teléfono y empezó a contestar los mensajes de su madre hasta que empezó a quedarse dormido. Despertó al sentir pequeños jalones en su cabello, era MinGi jugando con su cabello, no sabía por qué pero al menor le encantaba hacerte trencitas a su cabello.

–Buenos días bella durmiente.

–¿Cuando llegaste?–Se levantó confundido.

–¿Hace treinta minutos? La verdad no lo sé, pero te ves muy tierno durmiendo–dijo dejando un beso en su frente.

–Uhm–Asintió–¿Y cómo te fué?

–Estoy mareado, pero no es nada–Lo despeinó.

Yunho acarició su mejilla y le dijo que durmiera un rato usando eso como una escusa para que cuando se durmiera pudiera irse sin escuchar las súplicas de su novio para que se quedara con el y no lo dejara porque sabía que se quedaría allí.

Y así fué, cuando MinGi se quedó dormido el se retiró sin antes decirle lo mucho que lo amaba.

𝗠𝗜𝗡𝗞𝗬Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt