𝗛𝗮𝗽𝗽𝘆 𝗘𝘃𝗲𝗿 𝗔𝗳𝘁𝗲𝗿 ; Stiles Stilinski (Book Of Extras) (Sin Editar)

𝑈𝑛 𝐴𝑛̃𝑜 𝑁𝑢𝑒𝑣𝑜 𝑒𝑛 𝑐𝑎𝑠𝑎

✧･ﾟ: ✧･ﾟ: - :･ﾟ✧:･ﾟ✧

Debido al desastre que fue acomodarse y llegar hasta la casa en navidad, los chicos esta vez decidieron comprar los pasajes y pasar año nuevo en Beacon.

-¡No puedo creer que estemos de vuelta! Han pasado meses, pero lo extrañaba mucho- dice Olivia desde la ventana del Jeep.

Porque si, no había mejor auto para andar por su ciudad natal que el jeep.

-Lo sé, odio admitirlo, pero a veces extraño Beacon. Sobre todo a papá- dice Stiles.

Él iba conduciendo.

-Bueno, podríamos mudarnos aquí en unos años, pero está el tema del trabajo y...- empieza su prometida.

-No, linda, no vamos a pensar en eso ahora. Solo hay que llegar a casa, tirar los bolsos, y pensar en la cena de año nuevo y la boda- corta Stiles.

Olivia lo miró con una sonrisa radiante cuando escuchó la palabra boda. La verdad era que si estaban comprometidos, pero no hablaban en concreto de cuando casarse. Ella nunca comentó nada porque no quería presionar a Stiles.

Sin contar que los gastos de una boda son demasiados, y que tenían que ver cómo juntarían el dinero, y a eso había que sumarle que estaban por graduarse de la universidad.

Demasiadas responsabilidades que todavía no sabían bien como manejar, pero lo verían con el tiempo.

Sin darse cuenta de cuando, reaccionó al ver que el Jeep no se movía. Ya habían llegado a la casa Stilinski. Después de tanto tiempo.

-Siempre le voy a tener un cariño especial a tu casa. Lo mejores momentos de nosotros están ahí dentro- dijo con una sonrisa.

Ambos se pararon juntos, frente a ella, y la contemplaron.

-Lo sé, me pasa lo mismo... Vamos, quiero sorprender a mi papá en el trabajo, Parrish me dijo que se iba a quedar hasta tarde- dijo Stiles.

Entre los dos subieron las maletas a la habitación del castaño. Noah siempre dejaba esa habitación para ellos, y es que era de ellos dos.

Ya estaban listos para celebrar año nuevo.

✧･ﾟ: ✧･ﾟ: - :･ﾟ✧:･ﾟ✧

Olivia entró con una sonrisa a la casa de Lydia. Stiles se había ido a sorprender a su padre, y ella quedó con la rubio fresa y su hermana, irían a hacer algunas compras para la cena, y también sus vestidos.

-¡Ya llegaste!- escuchó el grito de Lydia.

Corriendo las dos se abrazaron. Habían pasado unos pocos días, en realidad solo tres, porque estaban a 28, pero igual.

-Ni que hubiera pasado un año- responde con una sonrisa.

-No, pero es aburrido estar sola. Todas las chicas de mi universidad me caen mal- dijo Lydia.

Las dos empezaron a subir las escaleras hacia la habitación. Cuando llegaron Malia estaba tirada en la cama, con una mueca.

-Hola ¿Cómo está mi sobrina?- pregunta Olivia.

Su hermana dió vuelta su cara y la miró mal.

-Jamas tengan hijos- dijo.

-Está algo sensible y abrumada por el embarazo- le susurra Lydia.

Con una mirada comprensiva, Olivia fue hasta sentarse al lado de Malia.

-¿Te sientes muy mal? Quizás podemos dejar las compras para otro día- dijo.