012

403 48 2
                                    

PRESENTE

—Por favor, hágale saber que es con carácter urgente —pedí, a quién era la mano derecha de mi padre, quién restringía la puerta de la habitación dónde se quedaba aquí en Kyoto

—Señorita Pheles, sabe que cuándo su padre está atendiendo asuntos privados, me es imposible interrumpirlo.

—Oh vamos Beli, sé que puedes decirle

—No será necesario, puedo escucharte desde adentro, así que, debido a tu insistencia, he salido yo mismo

—Tengo que hablar contigo —exclamé firme, viéndole a aquellos verdosos ojos que le caracterizaban

—Adelante —dijo abriendo la puerta, para hacerme pasar—. Dime Dai, ¿qué necesitas? Por cierto, ya recibí la respuesta del Vaticano con respecto a tu colocación en el mismo, estarás trabajando junto a Lewin y Angel

—¿Qué? —exclamé sin poderle dar crédito—. Pero... dijiste que podría darme un tiempo en la academia, después...

—Tú enviaste la solicitud no yo, que hayas cambiado de opinión, ya no es asunto mío

Oh ya veo, ya entendí. Sonreí, un tanto dolida, estaba por hacerlo de nuevo.

—Es una lástima, ¿no?

—¿De qué hablas Dai?

—Padre... hacerte el que no entiende anda, jamás te ha quedado, sabes bien de que va el asunto, piensas hacerlo de nuevo, ¿verdad?

—Sigo sin comprenderte —exclamo, mostrando su sonrisa afilada, aquella que indicaba un, detente ahí

—Sabes bien que sí, lo sé padre, no es necesario que lo ocultes ya, entiendo porque odias a los gemelos, porque no apruebas que Yukio pueda gustarme...

Mi padre rio, con ganas, como si no lo hubiera hecho hace tiempo. Solo, lo miré extrañada.

—¿Quién te contó eso? ¿Shura? Cariño, ella no sabe que sucedió hace 18 años, suficiente

—Eso es lo que tú piensas, pero creo que hay pruebas que le avalan —exclamé, mostrando la fotografía de mis padres—. Quizá pudiste haber mencionado a mi padre, y que murió defendiendo...

—¿A los gemelos?, ¿para qué? Dai, él cabo su propia tumba, fin cariño

—En ese caso, también mi madre. Sin embargo, a ella no le responsabilizaste como a mi padre

—Fue tu padre quién mato a tu madre, él fue quién le dijo que salvarán a Yuri, del camino que ella había elegido

—Basta, padre —exclamé pidiendo silencio, extendiendo mi mano frente a él—. ¿Realmente fue eso o qué mamá, no te quiso como lo hizo con mi padre?

—Dai...

—No es necesario que intentes protegerme, soy lo suficientemente grande para forjar mi propio camino, independientemente del pasado, de aquellas flamas azules a las que tanto les temes

—No lo entiendes, esas mismas fueron quienes mataron a tu madre, a Lilibet

—Lo has dicho, mataron a mamá, no a mí, estaré bien

—No, irás al Vaticano y trabajarás con Lewin y Angel

—No lo haré, ya he hablado

—Prometiste una apuesta, aún no la has cumplido

—Pagaré el precio —reté

—Irás al Vaticano con Angel y Lewin; fin —exclamo, poniéndose de pie y con ambas manos frente a aquel escritorio improvisado que estaba en la habitación

—Lamento decirte que soy lo suficientemente grande para poder tomar mis decisiones, con o sin tu aprobación —espeté, arqueando una ceja; sin romper el contacto visual que habíamos establecido.

—Cariño, eres mi hija, legalmente aun tengo poder sobre lo que decidas, así como puedo intervenir en lo que hagas

—No quiero retar tu autoridad —sonreí, con sarcasmo—. Pero tampoco estoy dispuesta a ser una marioneta más. No iré al Vaticano, esa es mi decisión

—Esta bien, entiendo tu decisión. No iras al Vaticano, pero tampoco a la academia

—¿Qué?

—Tu apuesta dice algo así, "en cuatro años déjame volver a Japón y demostrarte que logré ser una buena exorcista, iré al Vaticano y me dejarás hablar con Yukio ¿tenemos una apuesta?" Ya cumpliste hablar con Yukio, el trato es ir al Vaticano —sonrió victorioso—. Sin embargo, puesto a que no piensas hacerlo, te enviaré de nuevo a Inglaterra, sin regresos a Japón; ese no es el verdadero precio por romper una apuesta conmigo, pero, estoy dispuesto a minimizarlo contigo por ser mi pequeña hija

No, nada podía ser así de simple, ¿cuál es la verdadera trampa aquí? Lo miré con intriga, cuidado, analizando cada movimiento corporal.

—¿Cuál es el verdadero precio de romper un trato con un demonio? —pregunté, aunque verdaderamente, no quería saberlo

—Créeme cariño, no quieres saberlo

Y esta vez, no se equivocaba.

•☆•☆•☆•☆•☆•

Mil años después, traigo capitulo uwu.

Y nos estaremos viendo seguido jeje, ya estoy trabajando en el final de la obra, y sí amigos, esto esta por llegar a su fin^^
Cuidenseee

-Seok

ʙʟᴜᴇ ғʟᴀᴍᴇs | ʏᴜᴋɪᴏ ᴏᴋᴜᴍᴜʀᴀ [FINALIZADA]Where stories live. Discover now