Capítulo 21 Primer paso a ningún lado

48 3 0
                                    


- Decide tú, es tu último día de Spring Break.

- ¿Me enseñas a conducir la moto?

- No con la Icon, pero podemos conseguir una de menor cilindraje, aunque la rompas a la mitad, será menos costoso que si rayas la mía.

- ¡Vale! ¿Con botas y chamarra incluida?

- ¡Y protectores de rodillas, de codos, casco y todo lo que sea necesario para que pases por la experiencia, sin un rasguño! Es importante usarlos, mientras la dominas.

- ¡Vamos de una vez!

- Pide un taxi para ti. No tengo un segundo casco para llevarte conmigo.

Danny eligió una moto con la que pudiera practicar motocross y acepté después de asegurarme que solo lo practicaría en la ciudad. Compramos un Husqvarna FC 450 Rockstar Edition y todo el equipamiento que iba a necesitar para practicar esa modalidad, inclusive collarín y peto, además, el equipamiento para Trial, que era más ligero Mi muchacho era muy listo, la teoría la captó de inmediato y la práctica le tomó un par de horas. Cuando regresamos en la tarde, después de tomarse cientos de selfies, subir las mejores a las redes y pedirme que lo grabara conduciendo para el mismo fin, ya dominaba su segundo juguete de hombre.

- A ma le habría dado un infarto, si nos hubiera visto haciendo esto - expresó Danny melancólicamente, mientras guardábamos las motos.

- A tu madre casi le da uno, cuando le dije que te enseñaría a patinar y andar en bicicleta. Era muy sobreprotectora contigo, pero después, hasta aceptó que la enseñáramos a ella a patinar.

- ¡Sí! Recuerdo su risa cuando patinaba entre ambos. Lo disfrutaba muchísimo.

- También la extraño – musité, mientras salíamos abrazados del garaje.

- Pero ya es tiempo que la superes, pa. Deja de esconderte detrás de ese anillo.

- No me escondo, es mi manera de llevarla conmigo.

- No debes hacerlo, le dice a las mujeres que no estás disponible.

- ¡Y no lo estoy... aún!

- A eso me refiero ¡Ya deberías estarlo! Quitarte el anillo, será el primer paso, me mortifica mucho saber que estás tan solo, mientras yo estoy lejos.

Subimos a nuestras habitaciones a bañarnos y descansar un rato, antes de almorzar. Salí del baño secándome el cabello, me senté en la cama y me quedé mirando mi aro matrimonial «No puedo ser una razón, para que mi hijo se preocupe» cavilé, mientras lo hacía girar en mi dedo. «Sé que nunca más estaré disponible, no para eso, pero puedo hacer que él se sienta mejor, más tranquilo» Me lo quité, también me quité la cadena con el dije y abrí la caja fuerte. Saqué el joyero de Eva Luna y los guardé dentro, con el resto de sus joyas.

Bajé en short, sin camisa y encontré a Danny preparando una ensalada. Miró mi pecho, mi mano y asintió con la cabeza. Encendí el grill eléctrico, puse dos buenos trozos de carne a asar, una berenjena abierta a la mitad y varias rodajas de calabacín. Desde el refrigerador, Danny me mostró una cerveza y yo le dije que sí quería, sacó otra para él, destapó ambas, puso una en mi mano y chocó la suya con la mía en un brindis silencioso que yo entendí. Mi hijo estaba celebrando al creer que hacía un momento, había dado el primer paso para continuar con el resto de mi vida, no iba a ser yo quien lo desilusionara diciéndole que solo había sido un primer paso a ningún lado.

SUBLIME PLACERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora