22. Río de sangre

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Tras mi silencio, la pesadez entre los cuatro se pudo sentir casi al instante. Volker ya no sonreía, tan solo miraba a Liam encolerizado. El del cabello rojizo solamente estaba ahí, regresándole el gesto a quien me había hecho tanto daño. ¿Karen? Ella yacía en medio de la habitación, con la ropa desgarrada y manchada en el semen de su amo. Yo, por otro lado, tan solo estaba amarrada a la cama, desnuda y atormentada. Presa del pánico y de todo el dolor que me invadía… aunque si lo pensaba bien, no podía sentir nada realmente. Esta vez porque, con tanta pelea y golpes, ya me sentía hinchada de cuerpo, manos y rostro.

—¡Así que te vendría igual si lo hiciera de nuevo! —Gruño desesperado el que tanto tenía por decir

Yo estaba bañada en mis lágrimas y angustia. No quería escuchar la voz de aquel hombre, menos aún las respuestas que tendría Liam al respecto, ya que con su último comentario había declarado, entre palabras, que no le interesaba ni un solo cabello mío.

—¡Anda, haz algo! —Grito quien se acercaba a mi cuerpo— ¿No te molestaría que la tocase de nuevo?

El escuchar su pregunta y sentir su esencia y sudor caminando hacía mí, me hizo desear desvanecerme en la fría brisa de la noche o las manchadas sabanas de aquella cama; más sabiendo la obviedad de que aquello no pudiese ser, no pude más que abrir mis ojos con pavor acumulado y pegar un chillido silencioso cuando una de sus manos volvía a estrangular mis mejillas.

—¿No te molesta que la toque de nuevo? —Clamo irritado— ¡En serio! ¿En serio no te molesta?

Yo en ese instante tan solo estaba a punto de desvanecerme. Había comenzado a gritar de nuevo, a llorar para que me dejase libre. ¿Por qué Liam no hacía algo? Estaba ahí frente a nosotros, mirándonos como si no le importase nada.

—¡Maldición! —Volker dejo de tocarme— Si crees que con no contestarme vas a lograr algo, mejor piénsalo dos veces Liam Dagon

Mis ojos lagrimosos se posaron en Liam, intentando al menos entender que es lo que estaba pasando. El vampiro, que tan solo había soltado una sonrisa cínica, ahora me miraba complacido.

—Ya lo he dicho —Mi amo hablo al fin—. Es una humana Volker, realmente no me interesa

Mi cuerpo tembló ante la respuesta. Creo que quien me había violado justo hacía lo mismo que yo. ¿Cómo era posible que dijese eso? Sabía bien que no gustaba de mi presencia o mi figura, pero… ¿Por qué frente a él?

—¡Pobre de ti pequeña! —Rió el de la cicatriz en voz audible— Tu bastardo amo no va a hacer nada para auxiliarte así que… ¿Te apetece una segunda ronda?

—Cuidado de como hablas —soltó repentinamente el pelirrojo, tocándose la sien y caminando lentamente hacia nosotros—, y aún más de lo que tocas

—¿Ah sí? —Sonrió el ignorado Volker, que, sin acatar palabras, me tocaba de nuevo el cabello— ¿Qué no te interesaba esta humana?

—¿Ella? Es cierto, ella no me interesa. Me interesa más el hecho de que eres el primero que osa tocar mis cosas —Él que había estado todo el tiempo observando, escuchando y aguantando los despliegues de drama de Volker simplemente sonrió como nunca antes lo había hecho.— Y claro, no dejo que nadie ensucie lo que me pertenece

Era vampiricaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora