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No puedo evitar estar nerviosa cuando Vinnie aparca frente a mi casa. He de admitir que al principio me daba cosa darle mi dirección, bueno, nos conocemos bien poco y soy nueva en la ciudad, no le he dado a demasiada gente mi dirección y es algo que pensaba que permanecería así pero... Claro, creo que en este estado, en mi estado, no puedo quejarme o poner condiciones, o mucho menos con Vinnie, que si le pido que me deje en algún sitio que no es mi casa, estoy segura de que me detestaria aún más por no confiar en el.
Estoy también nerviosa porque quiero sacarle el tema de conversación de la fiesta, estoy casi que segura, de que mi bebida, no sólo llevaba alcohol, es imposible haber acabado así con un par de copas, y no tengo la certeza de que Vinnie sabe algo sobre esto, ha estado actuando raro. Me bajo de la moto y le doy el casco que el recibe. Nos quedamos en silencio y le miro mientras el urga en el pantalón para sacar un cigarro.
—Tengo que preguntarte algo—decido romper el silencio.
—Lo sé. Por eso me enciendo uno—me dice el, saca uno del paquete y se lo lleva a la boca, lo enciende y entonces me ofrece—¿Quieres uno?
—¿aquí? ¿En la puerta de mi casa? Rotundamente no, ni siquiera tu deberías estar fumando—respondo yo sarcástica.
El se encoje de hombros—No es como que me importe mucho la imagen que le de a tus padres.
Menudo idiota. Ya se que no le importará lo que piensan mis padres de él pero debería de tener un poco de cuidado. Toda mi familia es muy sobreprotectora y sobre todo conmigo, al ser la pequeña. Bueno, estoy segura de que si ven a un chico, en moto, fumando despreocupadamente aquí afuera, y si encima saben, que vengo de una fiesta, drogada y que el me ha traído.... Bueno, creo que nada saldría bien.
—Dudo que te importe dar buena imagen a nadie—le digo con una mueca.
—¿y a ti si te importa?—pregunta el alzando una ceja—Déjalo, ni siquiera respondas, la gente como tu siempre va por ahí dando imágenes a los demás para quedar bien.
—¿la gente como yo? Ya veo que nunca dejaras de recordarme que permitimos a distintas clases sociales. Y mira que según las películas es al reves—reprimo cansada cruzandome de brazos.
Alcanzó a ver un brillo de diversión en los ojos de Vinnie que solo me confirma algo que llevo pensando desde que nos conocimos. Puede que no le caiga mal, puede que no me odie, si no que todos sus gestos, sus malas palabras, sus indirectas, sus contestaciones... Todo, sean continuas provocaciones para molestarme, para ponerme a la defensiva, para hartarme y que decida no hablarle y no estar con el. Pero no le daré ese lujo, porque yo he decidido ser una cotilla y averiguar el porqué de su manera de ser. Ya que estoy segura, que detrás de toda esa frialdad, hay algo. Así que no se lo voy a poner tan fácil, mucho tendrá que joderme para que me aleje de él sin descubrir nada.
—Deberías entrar en casa rubita, te noto estresada y cansada—me dice el llevándose el cigarro a la boca con una sonrisa burlona.
—No, antes tenemos de hablar de algo.—niego con decision
