Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
—Entonces, señorita Hossler...Usted se metió a una habitación con su actual, exnovio, Tayler Holder y se acostaron—el oficial de policía toma la conclusión que se le da la gana después de todo lo que le he contado
—No, se lo vuelvo a repetir, mi estado era...—intento hablar pero él me interrumpe
—Si, iba un poco borracha, voy a pasar por alto el hecho de que usted era menor de edad y que la fiesta estaría llena de jóvenes consumiendo como usted...—me da una mirada de desaprobación que hace que me recorra un escalofrío—Pero al fin y al cabo es lo que se hace en una fiesta...¿no? Así que me supongo que él también estaría afectado.
—No, ya se lo he dicho, él y yo consumíamos sustancias, pero siempre era Tayler el que me daba la cantidad, yo no lo noté pero me la aumento en esa fiesta, me dejo medio inconsciente, y me subió a una habitación para violarme—le insisto pero por la cara que pone, no parece estar satisfecho
—Violar es un término muy serio, Nerea—Me habla con calma y yo siento que me falta el aire
—Y lo sé, pero es lo que hizo—intento relajarme
—Mire...
—¡Maldito machista incomprendido me va a escuchar!—mi madre pierde toda la paciencia sin siquiera dejarlo hablar—No voy a permitir que siga aquí poniendo en duda las palabras de mi hija que es la víctima en esta situación. Si cree que porque sea su novio tiene el derecho de como usted dice, "acostarse con ella" a pesar de que mi hija iba inconsciente, tiene un problema y ni siquiera se ha leído la ley, en la que lo declara violación—mi madre se acerca un poco a él para añadir, en un tono más calmado—Así que si se le dificulta un caso como este por su falta de empatía, o porque es un hombre, me gustaría hablar con alguien que si lo entendiese para poner una denuncia, gracias.
Mi madre aprieta mi mano, por mucho que a vista del oficial se esté excediendo, yo sé que en verdad se ha controlado, que si hubiese querido le hubiese estampado la cara contra la mesa o le hubiese tirado una silla, porque a pesar de que he llorado, de todo lo que me ha costado contarle mi historia, no ha demostrado ni siquiera un poco de empatía, de interés o de estarme escuchando, se ha limitado a mirarme con desaprobación y a apuntar cosas en su libreta.
—Siento si mi jefe la ha ofendido—la chica que estaba ayudándolo con el informe habla esta vez después de que el oficial se vaya—Creo que será mejor que yo sea quien tome declaración
—Le juro que no miento, que esto no es un capricho o...
—Lo entiendo, tengo una hija y soy mujer, lo entiendo—me aclara dándome una pequeña sonrisa—Pero tengo que completar mi informe, y por mucho que me gustaría dar una orden de detención inmediata, faltan pruebas, Nerea.
—Pero se puede investigar—alega mi madre
—Si, pero ha pasado tiempo, dudo que haya rastros del forcejeo en el cuerpo de su hija y si iba inconsciente el juez puede poner en duda su testimonio—razona la chica
