Epílogo

8.3K 320 31
                                    

No podría pedir más.

Un matrimonio, tres hermosas criaturas enanas y mi casa de ensueño. Por dios, mi vida por fin era perfecta, me sentía libre, amada, respetada y en un ambiente magnífico.

Los dos niños empezaron a corretear por la casa y enseguida me alarmé, —¡Nicole, Aday!— les llamé, —¡No corráis tan deprisa.

Mi instinto de madre enseguida me avisó de que podrían caerse y hacerse daño.

Dios, ahora entendía a mi madre.

Nicole, una chica de ojos azules y pelo marrón se acercó a mi, —Mami, ¿puedo coger a Nina?— preguntó con ojos de cordero y alcé una ceja.

—Vamos a sentarnos y la coges con cuidado, ¿si?— dije con una sonrisa y se la tendí. Nina, de apenas seis meses, hizo un sonidito.

—Hola hermanita— susurró Nicole, sus ojos brillando, —Aday es mi mellizo pero no te preocupes, entre las dos podemos molestarle— negó con un suspiro, —Es muyy pesado— susurró para que su hermano no la escuchase.

Ella es tan...

—Hola mini Almu— la voz de mi marido resonó en el patio y los tres levantamos la cabeza, viendo a Ryan vestido de traje.

Tan yo cuando era pequeña.

Él me dio un beso corto y enseguida miró a Nina.

—¡Papa!— Aday gritó y tiró su balón de fútbol para ir corriendo y abrazar a su padre, —¿Podemos jugar al fútbol?

—Claro, deja que me cambie— Ryan sonrió y sus ojos enseguida conectaron con los míos. Me dio una mirada picarona y yo me lamí los labios, divertida.

—¿Tardas casi una hora en cambiarte? La última vez tardaste eso— dijo Aday y escondí mi sonrisa. Dios, mi cara se estaba empezando a poner roja.

—Es que papá tiene cosas que hacer— dijo dándome una mirada de reojo, —Y mamá tiene que ayudarme. Volvemos enseguida.

—¿Cuidas de Nina?— pregunté a mi hija de trece años y asintió.

Empecé a andar hacia la habitación con una sonrisa y Ryan, cuando los niños ya no nos podían ver, me dio una fuerte nalgada, —Hola cariño— sonrió en mi oído y reí.

—Al final nos van a descubrir...— murmuré cerrando la puerta detrás de mi.

—Bueno, pero quiero complacer a mi esposa— se empezó a quitar la corbata poco a poco sin dejar de mirarme y un calor recorrió todo mi cuerpo, como una bomba.

Dios, mi vida era perfecta.

Le amaba, siempre lo haría.

FIN

Última nota de la autoría en esta novela: No dios que nostalgia, que pena, que todo... mi primera novela... por fin la he terminado después de tres años...

Si queréis seguir leyéndome solo seguidme, o añadir otra de mis novelas a vuestra biblioteca jaaja.

Espero que os haya gustado esta historia tan cliché y... mala, porque yo ahora la leo y me rio demasiado, no me juzguéis estaba empezando a escribir.

¡Os quiero familia!

Ready Girls?✔️ (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora