28. La primera vez

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Y esas palabras fueron suficientes para caer en su infierno.

Me arranca las sabanas y se sube encima mío. Yo empiezo a reír y él me echa un mirada maliciosa.

—Te dije que no, Ryan— susurro y el apoya su cabeza en mi estómago.

—Me da igual lo que me digas— murmura y chupa con fuerza mi cadera. Jadeo y hago mis manos puños maldiciendo.

—Para— mi voz es demasiado débil, como un hilo.

—¿De verdad...?— pregunta acariciando mi intimidad por encima de la tela de mi pantie,
—¿...Quieres que pare?— termina la pregunta y yo echo mi cabeza hacia atrás cuando aprieta un poco más.

—S-Si— tartamudeo mordiéndome el labio.

Me mira desde abajo y me quita con delicadeza mi pantie. Me tortura dejando besos por los lados de mi entrepierna, pero no llega a esa zona, y eso me molesta y me excita a la vez.

Cuando su lengua hace contacto, me estremezco y arqueo mi espalda, esperando a que pase a la acción. Poso mi mano en mi boca para callar mis gemidos y el me da pequeños lametones.

—Ryan...— susurro y alarga la mano y me coge de la muñeca, apartándome la mano de la boca. La entrelaza con la mía y la lleva a uno de mis pechos para comenzar a apretarlo. Su pelo me hace cosquillas y no puedo pensar con claridad, lo veo todo blanco porque mi vista está demasiado nublada.

Le separo de mi humedad y veo aparecer la cara de Ryan delante mío. Le miro sin poder respirar y él me besa con desesperación, no me da tiempo a reaccionar cuando siento un dedo penetrarme y moverse con fuerza dentro de mi, lo que hace que suelte un chillido.

Echo mi cabeza hacia atrás y poso mis pies a los lados de sus caderas, para darle una mejor posición y dejarle complacerme a su antojo.

Con los dedos de mis pies, me las apaño para poder tirar del elástico de sus bóxers y hacerlos volar por el aire antes de volver a besarle.

Me levanto de la cama y me apoyo sobre mis rodillas, él se levanta también y yo le agarro de los lados de su cara antes de levantarme completamente y conducirlo hacia el centro de mi habitación, donde descansa una bonita alfombra de terciopelo blanca.

Me pongo de puntillas para poder besarle más fácilmente y el de agarra de los lados de mi cuerpo, juntándome a él, sintiéndolo por completo.

Voy dejando besos por su barbilla, cuello, clavícula, pecho y abdominales hasta llegar al final de su estómago.

—Almu...— susurra con la mirada perdida, —¿Que haces?— me pregunta y yo me pongo en el suelo de rodillas.

—¿Confías en mi?— le pregunto y él asiente lentamente con su respiración hecha un desastre.

Me hago un moño desordenado y sonrío mirándole desde abajo. Él me comparte una mirada maliciosa y yo lo cojo en mi mano. El calor subiendo por mi cuerpo.

—No tienes porque hacerlo...— susurra con una voz ronca que me da la valentía de hacerlo.

El gime mi nombre y tira de mi pelo con fuerza mientras balancea sus caderas hacia adelante y hacia atrás.

Cuando termino, su mano abandona mi pelo para cogerme de la barbilla y levantarme, —Me ha encantado— susurra y yo sonrío y junto mis labios a los de él.

Ready Girls?✔️ (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora